«El triunfo del PP en las autonómicas y municipales será la antesala de la victoria de Rajoy»

ABC, 17-09-2006

FRANCISCO CAMPS

Presidente de la Generalitat Valenciana

VALENCIA. Ha respondido a la moción de censura planteada por los socialistas valencianos redoblando una actividad institucional volcada en su única preocupación desde que, en el año 2003, accedió a la presidencia de su región: gestionar su compromiso con todos los valencianos. Aparentemente ajeno a las interioridades internas de su partido, exhibe, sin embargo, una fe ciega en el liderazgo de Mariano Rajoy, que, según dice, le llevará a imponerse en las próximas elecciones generales. Sostiene que esa victoria encierra un primer desafío: el de asegurar en las elecciones de mayo un triunfo suficientemente amplio como para lograr el gobierno en al menos dos o tres comunidades en las que hoy el PP ejerce la oposición: Aragón, Castilla – La Mancha y, por qué no, Extremadura.

- Acaba de firmar con el ministro de Exteriores la consolidación de un foro en el que debatir con los países vecinos de la Unión Europea medidas sostenibles para su desarrollo. ¿Por ahí debe ir la respuesta al problema de la presión migratoria?

- Una sociedad solidaria es la que atiende los problemas de sus vecinos y busca con ellos soluciones a medio y largo plazo. En lugar de esto, el Gobierno ha optado por articular un discurso irreal que trata de improvisar remedios urgentes dirigidos a aplacar una situación sobrevenida, que escapa a su control.

- La imagen que se impone por el momento es la de los cayucos que arriban a las costas de Canarias.

- Los gobiernos del PP activaron proyectos contra las mafias que trafican con seres humanos y, una vez más, ha sido el PSOE el que, haciendo uso de un discurso tan frívolo como inútil para abordar con eficacia un problema serio, ha ido desmontando durante los dos últimos años hasta encontrarse desarbolado para tomar decisiones adecuadas, desacreditado en Europa e incapaz de afrontar un desafío que nos implica a todos, no sólo a los canarios.

- ¿Ese discurso ha hecho perder peso a España en el mundo?

- España no cuenta en la toma de decisiones, carece de voz propia, de influencia. El PSOE ha dilapidado un capital que costó mucho crear y ahora, cuando nos enfrentamos a una llegada masiva de personas desesperadas, dos años de descrédito dificultan enormemente la tarea de persuadir al resto de la UE de que se implique en la lucha contra la inmigración ilegal.

- ¿Esa situación es reversible?

- A grandes problemas, grandes gobiernos, y del mismo modo que ocho años de gestión del PP en el Ejecutivo acabaron con problemas prácticamente endémicos, estoy seguro de que un gobierno serio presidido por Mariano Rajoy será capaz de revertir el actual estado de cosas.

- ¿Qué le pide la Comunidad Valenciana a Rodríguez Zapatero en materia de inmigración?

- Lealtad y cooperación. Lealtad para que planifique con nosotros cuántos inmigrantes van a llegar a esta región, la que más extranjeros ilegales acoge de toda España. Y cooperación: precisamos cerca de 500 millones de euros para afrontar las políticas sociales y sanitarias con que atender a los inmigrantes.

- Esa demanda cobra mayor sentido cuando las inversiones del Estado privilegian a Cataluña respecto a otras Comunidades…

- Estamos ante un escándalo mayúsculo. Es demencial un agravio de esa magnitud por el hecho de que un Estatuto proclame que una autonomía debe tener más inversiones que el resto. Valencia no consentirá esta situación. Nadie cuestiona que Cataluña precisa inversiones, pero otra cosa muy distinta es que, de partida, el Gobierno esgrima el Estatuto catalán para escamotear al resto de las comunidades parte del presupuesto del Estado. Es un sinsentido.

- Son circunstancias como ésa las que han acabado por desencadenar una guerra de recursos de inconstitucionalidad entre varias comunidades.

- Eso está ocurriendo porque hay un Gobierno incapacitado para gestionar con eficacia las políticas autonómicas. Vivimos una pésima etapa autonómica, la peor de la democracia, algo atribuible a que este Gobierno no se preocupa por propiciar propuestas conjuntas. Nunca como ahora se ha vivido tanta tensión ni tanta insolidaridad interregional.

- ¿Puede un determinado resultado en las próximas elecciones catalanas contribuir a aplacar esa crispación?

- Lo necesario es que el Gobierno se centre y deje de frecuentar el disparate. No se precisa más.

- ¿Tiene alguna opinión sobre la conferencia que el PSOE cierra hoy en Madrid?

- Se está haciendo a varias velocidades, tantas como los discursos que los socialistas emplean según la región en la que gobiernen. La autonomía supone comprensión mutua, cooperación, solidaridad y lealtad. Pero para el PSOE es el privilegio, la tensión y la incoherencia, de modo que no sé qué tipo de conferencia están celebrando, porque entre un presidente regional y otro no coincidirán nunca aunque aparentemente estén bajo el mismo paraguas.

- Los socialistas valencianos anunciaron una moción de censura contra usted que aún no han presentado. ¿Le sorprende la iniciativa?

- La veo como el fruto de la desesperación y como la culminación de tres años de sucesivas deslealtades. Un votante del PSOE de 2003 en la Comunidad Valenciana lo tiene muy difícil para repetir opción el próximo 27 de mayo porque los socialistas no han hecho absolutamente nada por esta región en los tres últimos años. Bueno, algo sí han hecho: nos han quitado el agua, nos han reducido el nivel de inversiones y no han creído en nuestros grandes proyectos. La única acción del secretario de los socialistas valencianos, Joan Ignasi Pla, ha consistido en plegarse a los intereses de otras regiones y a los del Gobierno. Su moción de censura es la imagen de la desesperación, de la ausencia de discurso político, de la falta de pulso y de compromiso con la Comunidad Valenciana. Toda esta estrategia no persigue el beneficio de los valencianos, sino el de una parte muy concreta de unos dirigentes políticos conscientes de que cuentan con sólo unos meses para evitar que les manden a su casa.

- ¿Cree que el aspirante socialista debería dimitir si no presenta la moción o la pierde, si finalmente lo hace?

- No le he escuchado decir que se marchará si la pierde, por lo que me temo que es el primer líder de la oposición que se agarra al sillón.

- ¿Se ha sentido arropado por su partido en este agitado comienzo de curso político?

- Me siento muy agradecido ante el apoyo dispensado por la cúpula nacional del PP, especialmente por Ángel Acebes y, sobre todo, por Mariano Rajoy, quien estará en Valencia el próximo 29 de septiembre. El comportamiento de nuestro presidente refuerza mi convencimiento personal de que tenemos un líder excepcional en la figura de Rajoy, alguien que sabe ejercitar ese liderazgo de muchas maneras; por ejemplo, apoyando a un compañero.

- ¿Y percibe el mismo entusiasmo en este sentido entre todos los dirigentes del PP?

- Sin duda. Al cien por cien. Hace unas semanas, los presidentes de las comunidades gobernadas por el PP nos reunimos con el presidente y el secretario general del partido, y todos pudimos constatar la enorme motivación que existe por lograr unos grandes resultados en mayo.

- Por encima de las razones invocadas por el PSOE para reprobarle, como el accidente en el metro de Valencia del pasado mes de julio, el gran tema de confrontación sigue siendo el agua…

- Estoy seguro de que el PSOE valenciano acabará por romperse a cuenta de la cuestión hídrica. Pero es que ni el Gobierno observa un discurso coherente en materia de agua… El ministro Jordi Sevilla defiende los minitrasvases y Narbona se los niega veinticuatro horas después. En Alicante, los socialistas no comparten en absoluto la política de la ministra de Medio Ambiente. El PSOE valenciano está cuarteado hasta el punto de que yo creo que vamos a asistir en pocas semanas a su ruptura interna.

- ¿Cuáles son sus vibraciones respecto a las próximas elecciones de mayo?

- Yo creo que hay dos comunidades autónomas gobernadas por el PP, Valencia y Baleares, que constituyen un ejemplo de eficacia frente al vértigo que supondría la pesadilla de un tripartito. De hecho, en Baleares nuestro partido retornó rápidamente al Gobierno porque la gente se asustó. A los ciudadanos les produce temor esa amalgama de formaciones radicales. Por lo mismo, estoy convencido de que Núñez Feijóo será el próximo presidente de Galicia. Yo considero que un antídoto contra este tipo de ensayos extraños es el buen gobierno, pero otro, igualmente infalible, es la comparación con aquellas comunidades que tienen o han tenido la desgracia de ser gobernadas por dos o tres partidos radicales. Estas impresiones también beben de nuestras encuestas, por ejemplo, ese sondeo interno que nos acaba de confirmar que, en la Comunidad Valenciana, estamos en disposición de revalidar con creces la mayoría absoluta.

- ¿Acoge su previsión de ganar las elecciones autonómicas como un anticipo de la victoria del PP en las próximas generales?

- Estoy convencido de que vamos a ganar en Valencia y en todas las comunidades donde ya estamos gobernando. Y como mínimo, hay otras tres, Castilla – La Mancha, Aragón e incluso Extremadura, en las que tenemos muchísimas posibilidades de obtener los votos necesarios para gobernar. Estoy seguro de ello. Tengo la ilusión de brindar por la victoria del PP en la Comunidad Valenciana para brindar luego por la de Rajoy. Creo que nuestra victoria será la antesala del triunfo de Rajoy y del resto del partido en las próximas elecciones generales.

TEXTO: ISAAC BLASCO FOTO: MIKEL PONCE
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