La inmigración clandestina a Canarias cada vez presenta más frentes. Mientras continúa la llegada de ‘ilegales’ en cayucos desde la costa de África – ayer se rescató una embarcación con 57 subsaharianos, de los que uno había muerto por deshidratación y cinco han sido hospitalizados – las autoridades trabajan en el proceso de identificación de los asiáticos que viajaban a bordo del barco negrero ‘Al Mari’ con vistas a deportarlos. Y, simultáneamente, prosiguen las repatriaciones por vía aérea hacia Senegal: la prensa del país africano afirmaba ayer que ya se había devuelto a 240 ciudadanos, sin contar los 180 que hicieron el viaje ayer mismo, según la Delegación del Gobierno.

Un avión de Salvamento Marítimo localizó la patera a 60 millas del litoral y requirió la actuación del remolcador ‘Punta Tarifa’, que la condujo de madrugada hasta el puerto de Los Cristianos. El equipo de rescate encontró ya fallecido a uno de los integrantes de la expedición, que no pudo soportar la sed y los rigores de la travesía, mientras que otros cinco han ingresado en Nuestra Señora de la Candelaria con síntomas de «hipotermia y deshidratación severa», según explicó un portavoz de Emergencias.

La dramática rutina de la inmigración ilegal se suma este fin de semana a la presencia en Tenerife de los ‘ilegales’ asiáticos del ‘Al Mari’, que según el último recuento son 160. Uno de ellos sigue hospitalizado, también con problemas de deshidratación, mientras que el resto esperaba en una nave del puerto a que se decidiese su destino. La Policía los está identificando para repatriarlos lo antes posible, pero la Delegación del Gobierno puntualizó que hasta mañana no se va a conocer el origen de todos los extranjeros, al parecer pakistaníes. Ayer se esperaba la llegada desde Madrid de un segundo traductor que facilitará la tarea. Mientras tanto, la Guardia Civil continúa sus interrogatorios a los cinco presuntos tripulantes del buque.

«Vendidos» por dinero

La Delegación confirmó ayer que otros dos aviones con 180 indocumentados habían partido hacia Senegal a primera hora de la tarde. En el país africano, el diario ‘Walf Fadji’ recogía en su edición de ayer los primeros conflictos con los repatriados, ya que la Policía local se vio «obligada a usar la violencia» en el aeropuerto de Saint – Louis contra varios ciudadanos devueltos el viernes. Algunos de los recién llegados declararon a los periodistas su «cólera» contra el Gobierno senegalés, que los ha «vendido» por veinte millones de euros – la donación de España para un plan agrícola – mientras «los emigrantes de otros países africanos no son molestados» en Canarias. Las autoridades españolas sólo han informado de dos vuelos entre jueves y viernes, con 110 ocupantes, pero el periódico senegalés hablaba de cuatro aviones y 240 repatriados a lo largo de esas jornadas. La Confederación Española de Policía ha alertado de que «no hay agentes para patrullar las calles» debido al dispositivo para custodiar a los repatriados.

El presidente del PP, Mariano Rajoy, exigió ayer al Ejecutivo una «rectificación total» de su política de extranjería y criticó que el secretario de Estado de Asuntos Exteriores esté en La Habana y no «hablando con Senegal».