Entregará a Barroso un programa de política exterior europea Rajoy: «Un Gobierno tiene la obligación de decir que se ha equivocado» Dada por confirmada la inacción gubernamental del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero en materia de inmigración, Mariano Rajoy anunció ayer que su partido pasará a la acción. El PP entregará el próximo miércoles al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, una propuesta para crear una política común de todos los países que integran la Unión Europea.

Tras asegurar que es necesaria «una rectificación total» en políticas de inmigración, Rajoy abogó por modificar las leyes españolas para ilegalizar cualquier otra regularización masiva, pero priorizó otras medidas de ámbito supranacional. En su opinión, «es ridículo» que todavía no exista una política exterior común, por lo que reclamó que sean los Veinticino los que establezcan una serie de «convenios de readmisión y de repatriación» con países emisores de mano de obra ilegal. Ese tipo de colaboración, explicó, podría ser utilizado como contrapartida para que la UE asegure su ayuda al desarrollo a los gobiernos extracomunitarios que colaboren con las directrices de Bruselas y luchen en origen contra las mafias y la inmigración ilegal.

Asimismo, Rajoy exigió que sea el Gobierno europeo el que fije una política común que deshabilite acuerdos unilaterales de sus estados miembros en materia de inmigración, un punto de ataque contra la política desarrollada por España en los dos últimos años, y que le ha valido el reproche de los principales gobiernos estatales de la UE, además de la propia Comisión Europea. Según el presidente popular, la propuesta que su partido canalizará a través del Partido Popular Europeo es de «sentido común y se puede poner en práctica». Y es más, es necesaria «si Europa quiere ser Europa».

‘Efecto llamada’

Rajoy censuró de arriba abajo la política emprendida por el Gobierno socialista, al que acusó de catalizar el efecto llamada y, además, provocar las críticas de la Unión Europea. En especial se refirió a la última regularización de inmigrantes, aunque también recuperó la acusación por el descuidado estado del control fronterizo de la Junquera (Gerona), de los aeropuertos o la permitida dejadez de funciones del Gobierno senegalés, que no impide la salida de pateras ni da facilidad a la deportación de sin papeles desde Canarias.

Mariano Rajoy también aprovechó ayer el acto de proclamación de Josep Piqué como candidato a la presidencia de la Generalitat para, arropado por 1.200 personas en Viladecans (Barcelona), arremeter contra la primera jornada de la Conferencia Política que el PSOE celebra este fin de semana. Lo que empezó con gallega ironía lo acabó con una contundencia meridiana. Especialmente por el especial protagonismo que la cúpula socialista brindó el viernes al PP, al que acusó de «amarillista».

Primero agradeció – dijo estar «muy honrado» por ello – el protagonismo dado a su persona y al partido que preside. Después, cargó una larga enumeración para advertir a los socialistas que deberían estar preocupados por otras cosas, ya que «un Gobierno tiene la obligación de decir que se ha equivocado».

La lista negra que salió de boca de Mariano Rajoy no fue corta: el nombramiento sin elecciones de un nuevo alcalde para Barcelona, los incendios en Galicia durante el verano, el «descontrol de las fronteras» y la lucha contra la inmigración ilegal, la OPA de Gas Natural sobre Endesa y el desprestigio de los reguladores españoles en toda Europa, el caos en el Aeropuerto de Barcelona el último fin de semana de julio…

Rajoy llegó a incluir al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el listado, aunque con un tono más grave que el resto de materias. A él se refirió cuando habló de la supuesta «trama organizada» a la que se aludió durante la crisis de los incendios en Galicia. Rajoy insistió: «¿Cómo puede afirmar que hay una trama y después no practicar una detención de los miembros de esa trama?»

Y, entre otras, lanzó otra referencia al PSOE cuando se refirió a Pepiño – José Blanco – como el tapado de Zapatero a pugnar por la alcaldía de Madrid en las próximas elecciones municipales. «Bromas aunque sean ciertas aparte», sentenció Rajoy, que «hasta al tato» le han ofrecido el puesto de candidato para enfrentarse a Alberto Ruiz Gallardón.