CUMBRE SOCIALISTA / Pla, ponente de la Comisión, admite que hubo críticas por lo ocurrido este verano / Ségolène Royal y De la Vega fueron las estrellas del día y sólo la mesa sobre Igualdad duró más que alguna de las comisiones

El PSOE hace «autocrítica» y propone endurecer la política de inmigración

El Mundo, 17-09-2006

La Conferencia Política afirma que la inmigración «desordenada» es «nociva» para los ‘sin papeles’ y la sociedad Plantea vincular la llegada de extranjeros al mercado laboral Preocupación en los candidatos socialistas por las consecuencias de la situación actual en las próximas elecciones La Conferencia Política del PSOE confirmó ayer el evidente cambio producido en las últimas semanas en el mensaje del Gobierno sobre su política de inmigración, con un claro endurecimiento en el discurso, y vinculando la llegada de inmigrantes exclusivamente a la legalidad y a las necesidades del mercado laboral.


Los motivos del giro del Ejecutivo pueden estar vinculados a la avalancha de cayucos llegados a las islas Canarias este verano, pero en el PSOE se vislumbró ayer otra razón más prosaica: la preocupación por la influencia electoral de este problema en los próximos comicios municipales y autonómicos.


El primer ponente en la Comisión Segunda de la Conferencia Política y candidato a la Generalitat Valenciana, Joan Ignasi Pla, lo expresó claramente en la rueda de prensa que siguió a la reunión: «La inmigración clandestina no es sólo nociva para los propios inmigrantes, sino también para la sociedad que les acoge».


Pero, además, el propio Pla admitió que en el debate a puerta cerrada de las enmiendas al texto marco hubo autocrítica interna por la situación general de la inmigración, aunque no para la labor del Gobierno.


Pla defendió, además, «la necesidad de luchar contra la inmigración ilegal y de ordenar de acuerdo con la ley la llegada de inmigrantes, siempre vinculada al mercado laboral».


El giro político lo intentó dulcificar el ponente explicando que el PSOE sigue apostando por la integración y la multiculturalidad, así como por la lucha contra «la inmigración clandestina y la explotación sexual».


Sin embargo, muchos candidatos, sobre todo a las municipales, aplaudieron el endurecimiento del discurso al entender que éste debate va a ser central en las próximas elecciones del 27 de mayo de 2007, porque se está convirtiendo en el más grave problema en muchas poblaciones.


El tema de inmigración también fue tratado en la reunión entre Ségolène Royal y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. En la conferencia de prensa posterior que dio la más que probable candidata del PSF a las elecciones presidenciales francesas, respaldó plenamente la política del presidente español y hasta la regularización que éste hizo hace un año.


«Fue una regularización que sirvió para sacar de la clandestinidad el trabajo negro, a los marginados y a los explotados», afirmó, si bien no se atrevió a afirmar que su partido fuera a aplicar una medida similar en caso de llegar al poder en Francia.


Además, la dirigente socialista francesa suscribió los tres ejes de la política socialista en este problema. En este sentido apoyó flujos migratorios controlados, el apoyo a los países de origen y control del trabajo clandestino. El objetivo, según dijo, es equilibrar la aportación de los inmigrantes al desarrollo económico con la ordenación de su llegada.


Fue éste el único asunto novedoso de una Conferencia Política multitudinaria, mediática, atractiva y moderna, pero sin más contenido político y sin debate interno ni externo, donde la sociedad civil pasó sin pena ni gloria, más allá de una intervención de Fernando Trueba y una fotografía de José Blanco.


De hecho, fueron la francesa Ségolène Royal y la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, las grandes estrellas del evento. La primera, porque fue la invitada internacional única a la Conferencia Política y había un gran interés en el socialismo español por conocerla. La segunda, porque sigue escalando posiciones en el PSOE. De hecho, nada más entrar a la convención socialista, no paró de hacerse fotos con «compañeros/as» del partido.


La prueba de magnetismo de ambas fue que en el salón plenario no cabía un alfiler cuando se abrió la mesa redonda por la Igualdad, en la que también participó Carmen Alborch, candidata a la Alcaldía de la ciudad de Valencia. Éste era el debate que le interesó a los socialistas, porque no hubo otro.


Como ejemplo, baste decir que duró más dicha mesa redonda que algunas de las cuatro comisiones políticas, que se despacharon en apenas hora y media, y sin debate, discusión ni disputa interna alguna.


De hecho, la media de enmiendas aceptadas rondó el 80%, conscientes todos los asistentes de que su concreción no tendrá carácter ni vinculante ni ejecutivo para programas electorales ni para políticas concretas del partido.


Sin embargo, tanta placidez empieza a gustar en el PSOE. Todas las federaciones salieron contentas. Ni extremeños, ni catalanes, ni madrileños quisieron protagonizar nada. Nadie se quejó, nadie protestó y nadie dijo nada especial, salvo hablar de candidatos y de las próximas elecciones.


De hecho, la Confrerencia que clausura hoy Zapatero se ha diseñado como pasarela y escaparate de candidatos como Pla, Simancas o Alborch, entre otros.


Fue como el falso Comité Territorial del PSOE, convocado la noche del viernes por el partido. Más allá de los chascarrillos y chistes de Felipe González, glosados por José Blanco en su blog, no hubo nada. Ni José Luis Rodríguez Zapatero intervino, ni se habló de la España plural, ni siquiera se le preguntó a Rodríguez Ibarra si finalmente se iba a presentar. Hubo simplemente una cena entre todos los dirigentes autonómicos del PSOE – junto con José Blanco, María Teresa Fernández de la Vega, y otros miembros de la Ejecutiva del PSOE – que uno de los asistentes resumió con esta ironía: «Ha sido una cena para afianzarnos: todos vamos a ganar las elecciones autonómicas».


Por no haber nada, ayer, ni siquiera el PSOE arremetió contra este diario. La consigna, ahora, es volver al silencio… durante un tiempo.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)