Ultramar. ¡Quíteseme de delante!
«De autoproclamados presos políticos a godos que se dicen buena gente»
Canarias 7, 16-09-2006Isabel García Marcos, ex primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Marbella, encarcelada por la presunta ejecución de delitos de cohecho, prevaricación, alteración de concursos y subastas públicas, tráfico de influencias y malversación de fondos públicos se declara, tras su ex carcelación bajo fianza, como «presa política». ¡Cómo no tiene poco trabajo Amnistía Internacional en este mundo plagado de cárceles secretas y desmanes contra los derechos humanos, ahí tiene un caso más, y otro puñado que tendrá a poco que se corra la voz, que no son pocos los cargos públicos en similares circunstancias!
José Manuel Soria considera que el preámbulo del recién aprobado, casi en soledad y sin los votos del PP, nuevo Estatuto de Canarias invita a los vecinos todos del continente africano a venirse a las Islas porque da cuenta de una verdad histórica, que los antiguos pobladores de este Archipiélago procedían de esas tierras. Y eso que buen cuidado se ha tenido de polemizar sobre la condición de nación o nacionalidad de esta comunidad, contentándose con la obviedad de Archipiélago Atlántico.
Los servicios oficiales anuncian con detalle la hora y lugar del arribo del próximo cayuco que se espera en las Islas, dando pie a la concentración de curiosos en el lugar anunciado, mientras nos lamentamos del daño que esta incesante llegada de barcazas cargadas de seres exhaustos provoca a la imagen turística.
Unos piden un pacto de Estado para unificar criterios con los que abordar el problema de la inmigración irregular; otros lo rechazan porque no se ajusta a su estrategia política de desgastar a quien gobierna, drama al margen; y los hay a los que se les afea, con bien poco talante, la conducta por no haber firmado firmado el convenio de acogida de inmigrantes irregulares. Más bla, bla, bla, cuando lo que hacen falta son medidas, más medidas, para atajar la situación.
Senegal cancela, minutos antes de la partida, los vuelos previstos que repatriarían a unos cuantos cientos de sus ciudadanos que llegaron hasta aquí en barquillas. Y va la segundita. Que ya lo hizo antes alegando maltrato a sus compatriotas.
Un consejero insular marisquea ilegalmente. ¡Qué tiempos aquellos en los que los representantes públicos debían predicar con el ejemplo!
Se fabulan conspiraciones sobre la sangre de las víctimas del 11 – M.
La chorralera se extiende por distintos municipios sobre los que planea el ojo vigilante de la Justicia.
Una bandera se lleva más dinero que el presupuestado para la adquisición de libros para bibliotecas públicas o acondicionar nuestros palmerales, por ejemplo.
Y un nota, de nombre Javier Calvo, se atreve a escribir, y se lo publican en el periódico ADN, por muy gratuito que sea, que la solución a la tragedia de los inmigración irregular está en «renunciar a la soberanía de las Canarias. Que se las queden (los africanos). Problema solucionado. Así, en vez de repartirnos inmigrantes por la península nos repartimos a los canarios. Que vean que los godos somos buena gente. Yo mismo me ofrezco para alojar a un canario en casa. A condición de que planche y sepa cocinar».
¡Quíteseme de delante, cristiano!
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