Un inmigrante de origen liberiano llegó ayer al Puerto de Zorroza a bordo de un barco con bandera de las islas de San Vicente y las Granadinas. El buque zarpó de Senegal y allí embarcó el polizón con la idea, según fuentes de la Subdelegación, «de solicitar el asilo político a su llegada a Vizcaya». Y así fue. Ayer por la mañana el ‘Tsarina’ atracó en Zorroza y el inmigrante clandestino «solicitó al Ministerio de Interior el estatus de asilo político que tardará en resolverse un máximo de tres días». El joven de 23 años fue atendido por la Cruz Roja y, según Javier Galparsoro, presidente de CEAR, «le detectaron fuertes síntomas de agresiones por todo el cuerpo que pueden deberse a que desde los 10 años fue un niño soldado en las guerrillas de su país». Galparsoro comparó su situación con la del polizón de Burundi al que se le concedió el asilo político.

Este es el quinto caso de polizones que en menos de un mes solicitan asilo político en Vizcaya. El pasado 22 de agosto, cuatro inmigrantes de origen subsahariano llegaron clandestinamente al Puerto de Santurtzi. Los cuatro polizones solicitaron el asilo pero sólo a uno se le admitió a trámite y se le permitió pisar tierra. Los otros tres permanecieron en el buque y, «tras seis días en huelga de hambre», según aseguró CEAR, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Madrid dictó unas medidas cautelares «en base al mal estado de salud de los polizones» y, ordenó el desembarco de estos en las Dependencias Fronterizas del Puerto. Allí estuvieron seis días a la espera de la resolución del recurso de asilo que decidiría su futuro. La salida del buque cambió el escenario y la Subdelegación les permitió la entrada en el país «de manera transitoria» hasta la resolución de asilo. La denegación llegó el pasado miércoles. Al día siguiente el Subdelegado «inició los trámites de expulsión».