Francia culpa a España de crear un «efecto llamada» con su política de inmigración
Rajoy acusa a Zapatero de dejar que gobiernos como el senegalés se burlen
La Razón, 15-09-2006París / madrid – Que a la UE no le gustó el proceso de regularización
masivo de inmigrantes que efectuó el Gobierno de Zapatero es de dominio
público. Y a aquel que le quedase algún atisbo de duda, se lo despejó ayer
de un plumazo el ministro del Interior francés. Nicolas Sarkozy acusó al
Ejecutivo socialista de haber creado un «efecto llamada» que motiva que
ahora el propio Gobierno «no pueda controlar el flujo de redes
clandestinas». «Miren lo que pasa en las Canarias», afirmó Sarkozy a la
televisión France 2.
El ministro galo recriminó a Zapatero que
pida ahora ayuda para solventar un problema que él solo se encargó de
crear sin consultar a nadie. «No se puede decir a Europa decido solo
cuando se trata de regularizar a 500.000 inmigrantes clandestinos y
después venid en mi ayuda cuando se trata de controlar las consecuencias
de estas regularizaciones masivas», sentenció.
Mofa de
Senegal
No le llovieron a Zapatero las críticas por su política
migratoria sólo desde Francia. «Se están burlando de un Estado democrático
y civilizado como España». Estos fueron los duros términos con los que
Mariano Rajoy valoró los resultados del esfuerzo diplomático que está
haciendo el Gobierno para atajar el problema. En el centro de la diana
colocó el «triste espectáculo» de Senegal, país que, a su juicio, «está
tomando el pelo» al Ejecutivo. Ante las dimensiones de la crisis, el jefe
de la oposición instó al presidente del Gobierno a llamar la mandatario
senegalés para «decirle que lo que está haciendo es inaceptable porque le
está costando la vida a muchas personas y es una inmoralidad».
El líder del PP destacó que «la obligación más importante de un Gobierno es
gobernar y en este tema no está gobernando», sino que «está superado y
desbordado» porque desde el principio «ha hecho las cosas muy mal».
El PP presentará la próxima semana su alternativa sobre inmigración al
presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y también la
formalizará en el Congreso de los Diputados.
Política exterior
Por cierto, la celebración de la Cumbre de Países no Alineados, y la
presencia española en ella, le dio pie para concluir con una dura
descalificación de la política exterior del Ejecutivo. «Ésta es la
síntesis de la política exterior española. Allí estamos, con Cuba, con el
señor Evo Morales, con el señor Chávez y con Irán. Nosotros, con los
países no alineados mientras otros, como Senegal, nos toman el pelo».
Mientras, el Gobierno lograba reanudar ayer las repatriaciones de
inmigrantes irregulares a Senegal después de que dos vuelos con un
centenar de «sin papeles» fueran suspendidos en el último momento en la
madrugada de ayer. Según informaron fuentes policiales, el traslado no se
realizó, tal y como estaba previsto, por «cuestiones técnicas» y, en
concreto, porque los comandantes de vuelo se negaban a aterrizar en el
aeropuerto de Saint Louis del país africano por las malas condiciones que
ofrecía para el aterrizaje de las aeronaves . Las mismas fuentes apuntaron
que en la tarde de ayer despegaron dos aviones con destino Senegal y hoy
está previsto que lo hagan otros tres.
El ministro del
Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que las repatriaciones de
inmigrantes irregulares «se están desarrollando con normalidad». Por su
parte, el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, anunció que 500 menores
extranjeros no acompañados, de los 796 que se encuentran en Canarias,
serán trasladados a la península.
A la par que se
producían los traslados, la bronca política continuaba en el Congreso.
Tras las duras críticas que la vicepresidenta, María Teresa Fernández de
la Vega, dedicó el miércoles al Gobierno canario por su actitud ante la
avalancha de inmigrantes, CC no ocultó ayer el mal momento por el que
pasan sus relaciones con el Ejecutivo. El pleno debatía una moción
presentada por CC para reforzar el control de la inmigración irregular y
el portavoz canario, Paulino Rivero, aprovechó para reprochar el
«comportamiento» de De la Vega, que en su opinión «agredió» al Ejecutivo
de las islas. Rivero recordó a los socialistas que «la prioridad está en
el mar» y advirtió de que si el hipotético pacto de Estado sobre
inmigración ofrecido días atrás por la vicepresidenta contiene medidas
concretas, su grupo lo respaldará, «pero si es de silencio no va a contar
con nuestro apoyo». Lo cierto es que la ruptura fue palpable a la hora de
la votación.
CC abrió la mano en su propuesta para admitir una
enmienda del PP que recogía la prohibición expresa de emprender nuevos
procesos de regularización. La «alianza» con los populares fue la excusa
perfecta para el rechazo del PSOE. La abstención de CiU y PNV hizo el
resto y la moción fue rechazada.
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