El Gobierno logra después de 24 horas de negociación que Senegal admita a un centenar de inmigrantes

ABC, 15-09-2006

Luis de Vega
El mismo día que España conseguía repatriar a Senegal a casi un centenar de inmigrantes, tras el primer intento fallido, un barco con 216 irregulares llegaba a las costas tinerfeñas. Sus ocupantes eran asiáticos y paquistamíes, una imagen poco habitual en unas islas acostumbradas a ver llegar cayucos repletos de subsaharianos. A las ocho de la tarde hora local la embarcación fue retenida a dos millas de Las Galletas, al sur de la isla, por autoridades marítimas y militares que se desplazaron hasta allí, junto al delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, para determinar su estado y comprobar si éste justificaba una ayuda humanitaria.
Finalmente, y tras dos horas de inspección, fuentes de la Delegación del Gobierno informaron de que el barco no se encontraba en estado de continuar navegando, por lo que decidieron que atracase en la isla. Al cierre de esta edición aún no habían decidido a qué puerto podían escoltarlo. Sus ocupantes podrían recibir el mismo tratamiento que los subsaharianos. Además, otra embarcación tipo patera fue localizada ayer a última hora próxima a Fuerteventura con 39 ocupantes.
Poco antes, Interior comenzaba con las repatriaciones a Senegal, uno de los principales emisores de inmigrantes irregulares a Canarias; que, sin embargo, ha tardado más de seis meses en comprometerse con el Gobierno español en aceptar las repatriaciones de sus compatriotas. Ayer salía del aeropuerto de Fuerteventura, tras un intento fallido el día anterior, el primer vuelo con destino a Senegal desde hace meses —cuando la repatriación de un grupo de casi un centenar de inmigrantes provocó una serie de movilizaciones y altercados en el país —. En esta ocasión, el inicio del plan de traslados a África estaba previsto para el miércoles por la noche, pero tuvo que ser suspendido.
Con todos los trámites preparados, desde Senegal se opusieron a que los vuelos aterrizasen en el aeropuerto de Dakar y «ofrecieron las instalaciones de San Luis como alternativa». Sin embargo, explicaron ayer a ABC fuentes policiales «los pilotos se negaron tajantemente a dirigirse hacia ese destino por la peligrosidad de las condiciones de vuelo».
Problemas «técnicos»
Problemas «técnicos», declaró ayer a ABC el ministro del Interior de Senegal, Ousmane Ngom, —secundando la versión ofrecida por el ministro de Asuntos Exteriores español—, para explicar los motivos por los que su Gobierno había paralizado repentinamente y a última hora la operación para repatriar a sus ciudadanos. «El presidente no ha tenido nada que ver», ya que, según añadió, este problema se gestiona a «nivel ministerial» y el presidente Abdoulaye Wade y Zapatero «sólo han dictado las directrices».
Lo cierto es que, según declararon fuentes oficiales españolas y senegalesas consultadas, esos problemas técnicos son en realidad políticos. Fue el Gobierno de Senegal el que se negó a que los vuelos llegaran al aeropuerto de Dakar, como estaba previsto, porque eso iba a causar mucho revuelo entre la población, que se opone firmemente a que sus gobernantes acepten las presiones de Madrid.
Ese es aparentemente el motivo del desplazamiento de los vuelos a la ciudad norteña de San Luis, a unos 60 kilómetros de la frontera con Mauritania, cuyo aeródromo no dispone de las mismas infraestructuras que el de la capital. De ahí los problemas «técnicos» aludidos por el Gobierno senegalés una vez que se negó a recibir a sus compatriotas en Dakar. Según confirmaron fuentes presenciales, desde primeras horas de la tarde el aeropuerto de la ciudad de San Luis permanecía fuertemente vigilado por miembros de la policía, la gendarmería y el ejército; hasta allí se desplazaron también algunos miembros de Cruz Roja.
Uno a uno, a las siete de la tarde hora local, los casi cien inmigrantes repatriados subieron —con las manos atadas— las escalinatas de un Boeing 747 de la compañía aérea Air Europa con destino a San Luis, donde el primer avión aterrizó a las diez de la noche. Según fuentes policiales, «mañana (por hoy) se fletará otro vuelo con un grupos de unos cincuenta o cien inmigrantes cada uno».
El centenar de senegaleses que finalmente regresaron ayer a su país continuaron retenidos hasta las seis de la tarde de ayer en un módulo especial de El Matorral, el centro de internamiento majorero. No son los únicos que se repatriarán en los próximos días. Cerca de medio millar más de inmigrantes ha sido reconocido como senegalés por los oficiales de este país que se encuentran en Canarias realizando tareas de identificación. Ahora se han desplazado a los centros de la provincia tinerfeña, donde todavía no han terminado su trabajo. Con ellos hay otra delegación de Guinea Bissau.
A pesar de las dificultades con que se está encontrando España para trasladar a los senegaleses a su país, el presidente de la Asociación de Senegal en Valencia, Mouhamadou Bamba, explicó a este periódico que en los próximos días viajarán a España los ministros de Vivienda y Exteriores del país africano para presentar un plan con el que pretenden facilitar el retorno voluntario a Senegal de los inmigrantes que se encuentran en España en situación irregular.
Lo que está claro es que el Ejecutivo central «tendrá que darse prisa en sacar indocumentados de Canarias», senteció ayer Juan Pablo González, representante regional del Sindicato Unificado en Canarias (SUP). La paralización en el plan de derivaciones a la Península (reactivado hace apenas unos días) y de repatriaciones, sumado al incensante goteo de cayucos, han provocado una «total saturación» de los centros canarios. Más de nueve mil indocumentados continuaban ayer repartidos entre estas instalaciones, comisarías, polideportivos, y carpas habilitadas provisionalmente para atender a los «sin papeles».

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