Más de 200 asiáticos llegan en barco a Tenerife y son llevados a tierra tras varias horas retenidos en el mar

El Mundo, 15-09-2006

T. C.. Corresponsal

LAS PALMAS.- Más de 200 inmigrantes asiáticos, en su mayoría de origen paquistaní, llegaron ayer a bordo de un barco pesquero a las costas canarias, en una condiciones de hacinamiento lamentables. Un total de 18 fueron evacuados debido a su precario estado de salud, mientras que el resto fue remolcado por la Guardia Civil y Salvamento Marítimo hasta el puerto de Santa Cruz de Tenerife, donde estaba previsto desembarcarles hoy, según informó el delegado del Gobierno en Canarias, José Segura.


El buque estuvo varias horas fondeado a una milla de distancia de Las Galletas, al sur de la isla de Tenerife, a la espera de que las autoridades en Canarias recibieran las órdenes del Ejecutivo central sobre el futuro del mismo, según informaron fuentes de la Capitanía Marítima.


El delegado del Gobierno afirmó a este diario que los inmigrantes asiáticos no fueron desembarcados anoche, ya que el puerto más cercano, el de los Cristianos, es muy pequeño y, por este motivo, decidieron remolcarles hasta el puerto de la capital tinerfeña, de mayor tamaño.


El delicado estado de salud de 18 de los indocumentados obligó a la Delegación del Gobierno a tomar la decisión de evacuarlos a tierra en una embarcación de Salvamento Marítimo para ser atendidos en el muelle. Dos de ellos tuvieron que ser ingresados debido a que presentaban problemas de deshidratación. Segura declaró que los inmigrantes llevaban cuatro o cinco días sin comer durante la travesía.


El buque, de nombre Al – Mari y bandera desconocida, tiene 40 metros de eslora y fue inspeccionado por los agentes de la patrullera Río Gallo de la Guardia Civil desde un primer momento. En un principio se pensó en evitar que el barco atracase en puertos canarios pero, como presentaba ciertos riesgos para la navegación, se decidió trasladarlo al puerto de la capital tinerfeña. La embarcación fue avistada por el Instituto Armado cuando se encontraba a 4 millas de distancia de la costa. El capitán marítimo de Tenerife, Antonio Padrón, manifestó desde un principio que si bien «el barco aparenta estar en buenas condiciones para la navegación, el sobrepeso al que está sometido lo pone en peligro».


El barco estuvo custodiado por la Salvamar Alpheratz, el buque Punta Salinas y una patrullera de la Armada. Las autoridades españolas se encargaron de aprovisionar a los tripulantes de agua y alimentos

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)