«Los niños mauritanos se escondían en el autobús para venir a España»
La Razón, 14-09-2006Javier Rodríguez (e.e.)
Saint Louis (SENEGAL) – Los 87 adolescentes madrileños de la ruta «Madrid
Rumbo al Sur» llegaron en la madrugada de ayer a Senegal procedentes de
Mauritania. En el país de los cayucos tendrá la oportunidad de conocer
algunos de los proyectos que la Comunidad de Madrid impulsa en el estado
subsahariano. De hecho, a primera hora de la mañana, visitaron el delta
del río Senegal, próximo a la localidad de Saint – Louis.
Se
trata de una zona declarada «Reserva de la Biosfera» por la Unesco, en la
que se crían numerosas especies en peligro de extinción. Entre ellas
destacan tres gacelas que en su día donara don Juan Carlos. La iniciativa,
puesta en marcha conjuntamente por el Gobierno regional junto a la
Asociación Amigos de Doñana, contempla talleres sobre ecoturismo, gestión
de áreas protegidas, hostelería, restauración e igualdad de género,
dirigidos especialmente a mujeres y jóvenes de la región y en los que
hasta el momento se han beneficiado 21.000 personas.
Tras conocer el
proyecto, los jóvenes madrileños se desplazaron a la playa, donde, tras
darse un chapuzón en aguas del Atlántico, procedieron a limpiar la arena
de desperdicios. Se trató de una actividad en la que también participaron
adolescentes senegaleses, con los que intercambiaron impresiones e
inquietudes más con gestos que con palabras.
La experiencia se
repetirá.
El viceconsejero de Inmigración, Carlos Clemente,
tuvo la oportunidad de dirigirse a los menores madrileños, y anunció que
la ruta volverá a repetirse el año que viene. Además, destacó que Senegal
se ha convertido en uno de los países prioritarios de las ayudas y
subvenciones de la Comunidad. «De lo que se trata es de generar
oportunidades y puestos de trabajo para los ciudadanos de Senegal y que no
se vean obligados a abandonar su país en estas circunstancias»,
refiriéndose a la tragedia que viven numerosos inmigrantes en su afán de
llegar a España.
Algunos de los jóvenes madrileños creían que
aún era pronto para valorar lo que estaban viviendo en Senegal, pero sí
sobre lo que hasta ahora habían vivido en los casi 5.000 kilómetros ya
recorridos por África. Lo que más les había impresionado ha sido los niños
mauritanos quienes trataban de esconderse en los bajos de sus autobuses
para poder volver con ellos a España.
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