El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar , dijo ayer que la presión policial y diplomática española para combatir la inmigración ilegal ha desplazado los puntos de embarque de clandestinos a zonas del África subsahariana donde es imposible evitar su salida.

El ministro, que este martes se reunió con su homólogo mauritano, Mahfoudh Ould Bettah, para firmar cuatro convenios judiciales, se felicitó por la colaboración de Mauritania y Marruecos para intentar frenar las oleadas de indocumentados, pero advirtió que la cooperación de estos dos países no va a reducir las llegadas. López Aguilar señaló que ahora los cayucos parten del sur de Senegal, por debajo de Gambia, desde la zona fronteriza con Guinea Bissau, un área «sin control» por parte de las autoridades de Dakar.

El ministro de Justicia se hacía así eco de varios recientes informes diplomáticos enviados al Gobierno que desvelan que las mafias de la inmigración , tras ser acosadas en Mauritania y el norte de Senegal, han elegido como nueva zona de partida de las embarcaciones con destino a Canarias el parque de Casamance.Mahfoudh Ould Bettah hizo un análisis parecido a López Aguilar . El dirigente mauritano señaló que su país está haciendo un «esfuerzo tremendo» para frenar la inmigración clandestina y que, de hecho, en los primeros siete meses del año han sido detenidos más de 8.000 subsaharianos (no mauritanos) que pretendían embarcarse con rumbo a Canarias.

Respaldo de la UE

Por su parte La canciller alemana, Angela Merkel , trasladó ayer al jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, su solidaridad en la lucha contra la inmigración ilegal, que recalcó que no es un problema exclusivamente de España y afecta a toda Europa.

Merkel expresó ese apoyo a Zapatero en la conferencia de prensa conjunta con la que culminaron las sesiones de trabajo de la XX Cumbre bilateral, que se celebró en la localidad alemana de Meersburg. La canciller reconoció que el problema de inmigración ilegal que está sufriendo ahora especialmente España afecta a toda Europa y, por ello, trasladó a Zapatero que puede contar con la solidaridad alemana para afrontar sus consecuencias.

Al hilo de ello, consideró que la UE debe ofrecer su ayuda y, «a lo mejor, la Agencia de Fronteras europea, Frontex, debería adaptar sus métodos de trabajo a la realidad para que realmente sea capaz de actuar». Informó también de que, en su reunión, analizaron las causas de la inmigración ilegal.