De la Vega recoge el guante del PP y le ofrece un gran pacto por la inmigración

La Razón, 13-09-2006

Madrid – Hay síntomas de que empiezan a hablar el mismo lenguaje. La
inmigración es ya el gran reto de la España del siglo XXI, y como tal, si
no es con la concertación de los principales partidos, difícilmente se
pueden dar respuestas. Lo que ocurrió ayer no es, desde luego, un
reconocimiento de errores pasados ni mucho menos una enmienda parcial a la
gestión del Gobierno, pero sí un síntoma de que PSOE y PP podrían
encontrar un punto en el que converger en este camino. Apenas habían
transcurrido 24 horas desde que Mariano Rajoy presentara una ambiciosa
iniciativa para frenar la inmigración ilegal, y la vicepresidenta primera,
Teresa Fernández de la Vega, recogió el guante. Es más, ofreció al PP
suscribir un «gran pacto nacional por la inmigración», en lo que se
entendió como un claro reconocimiento de que las políticas en este ámbito
deben ser concertadas. Algo es algo. Nadie sabe si las declaraciones de
intenciones servirán de algo, sobre todo cuando De la Vega pidió a
diputados, senadores y eurodiputados del Partido Socialista que defiendan
públicamente el proceso de regularización de inmigrantes que puso en
marcha el ministro Caldera hace poco más de un año, y calificó de
«ejemplar» la medida en el marco de una «política responsable, sensata y
firme». La sociedad, «compasiva» La vicepresidenta defendió con ahínco
ante el plenario que la regularización ha permitido que cerca de 600.000
inmigrantes tengan un contrato de trabajo a través de un acuerdo entre
empresarios y agentes sociales. «Fueron los gobiernos en los que estaba el
señor Rajoy – apostilló – los que hicieron regularizaciones en ocho años sin
contrato de trabajo y sin acuerdo social». Luego, sostuvo que el reto
requiere de soluciones imaginativas, y que la sociedad española es
«profundamente compasiva aunque, legítimamente, también quiera seguridad y
certidumbre». En todo caso, confió en que Rajoy «no tendrá inconveniente
en suscribir un gran pacto nacional» en este asunto, ya que todas las
medidas que ha propuesto como solución ya las ha puesto en marcha el
Ejecutivo. La incógnita: ¿saldrá la inmigración del debate partidario?
Pero la inmigración no fue el único asunto del que habló la vicepresidenta
primera. El proceso de negociación con ETA también está en la agenda
política, aunque «el Gobierno no está dispuesto a poner en riesgo la paz
en el intento de que ésta llegue antes» ¿Hay cambios en el calendario? De
eso no habló. Tampoco del atentado de este fin de semana. Sólo de que «se
trabaja para lograr el fin de la violencia» y de que no cabe «la
precipitación, ni la presión de ningún tipo». El PP interpretó como una
«maniobra» la oferta de pacto de Estado que ahora hace el Gobierno.
Mariano Rajoy ya le propuso un acuerdo en esa línea a José Luis Rodríguez
Zapatero en el debate de investidura y en la primera entrevista que
mantuvo con él en La Moncloa. La respuesta la recibe ahora – se quejan en
el PP – «cuando la llegada de irregulares ha desbordado todas las
previsiones». El portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, explicó que el
ofrecimiento del Gobierno «llega tarde» y es «muy difícil» que pueda haber
acuerdo si previamente el Ejecutivo no asume «el error» que ha cometido en
política migratoria. «Deben reconocer el error, ponerse de acuerdo entre
ellos mismo, poner orden en su propia casa, tener un mismo discurso y, en
la medida de lo posible, atender las propuestas que nosotros hacemos»,
indicó. Escépticos sobre las verdaderas intenciones del Gobierno con la
oferta de pacto de Estado, los «populares» entienden que no pueden
acompañarle si antes no rectifica su política, asume que no debe haber más
regularizaciones y retira formalmente sus competencias al ministro Caldera
- después de que ya le haya vaciado de poderes por la puerta de atrás con
la remodelación en Interior – . «Nosotros siempre estamos dispuestos a
dialogar, pero lo que no puede pretender ahora el Gobierno es utilizarnos
para que le saquemos las castañas del fuego después de que ha hecho lo
contrario de lo que desde el primer día le hemos propuesto», señalan
fuentes de la dirección del PP. Zaplana no se anduvo por las ramas al
denunciar que Zapatero, a su juicio, quiere desviar la atención sobre su
mala gestión. «Con independencia de que se pueda hablar o no, si la
propuesta se hubiera hecho hace dos años nos habríamos evitado tragedias
que hemos vivido y tendríamos un mayor respeto entre los países de la UE»,
afirmó. Consideró, además, «lógico» que la vicepresidenta asegure que
todas las medidas sobre inmigración propuestas por Rajoy ya han sido
adoptadas. «El Gobierno no puede decir otra cosa después del fracaso de su
gestión», indicó, antes de defender que las iniciativas de su partido son
«lo sensato y lo que, desde luego, todos los países de la UE apoyan y
respaldan, porque la inmigración no se puede afrontar desde la frivolidad
con la que lo hizo el PSOE». En la misma línea se manifestó la responsable
del PP en Inmigración, Ana Pastor. «Si quieren rectificar la política de
inmigración el camino no son las fotos y las declaraciones de telediario,
sino que se cambien de verdad las normas y las políticas», sentenció.

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