Zapatero sólo logra buenas palabras de Merkel para frenar la oleada de cayucos en Canarias
La canciller explicó que «África está muy muy cerca» y que el problema se
La Razón, 13-09-2006meersburg (alemania) – La canciller alemana, Angela Merkel, prometió al
presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, el apoyo de
su país y de la UE al problema de la inmigración. Se trata de un problema
de todos, como quiso recalcar Merkel durante la cumbre germano – española
celebrada ayer en Meersburg.
La canciller cristianodemócrata apostó
por una mayor implicación de la agencia europea de protección de fronteras
para frenar la llegada de cayucos desde las costas de África. «Quizá el
Frontex debería adaptar sus métodos de trabajo a la realidad para que
realmente sea capaz de actuar», comentó Merkel.
Las
palabras de la canciller, que fueron recibidas con agradecimiento por
Zapatero, cuentan con especial relevancia a la vista de que Alemania
asumirá la Presidencia de la UE en la primera mitad de 2007. «Tendremos
que ver cómo agilizar algunos de estos procesos durante nuestro semestre
de turno», declaró la jefa de Gobierno germana.
Cooperación
Por su parte, Zapatero manifestó su confianza en que «esa expresión de la
canciller sea un elemento que contribuya a que en el seno de la UE y de la
Comisión demos la agilidad, los medios y los esfuerzos que requiere un
desafío tan importante a través de Frontex».
También
es preciso hacer hincapié en «la cooperación que a la larga es lo más útil
para afrontar el desafío migratorio», aseguró Zapatero.
«África está muy, muy cerca», explicó la canciller en la misma línea,
convencida de la necesidad de fomentar además el diálogo político con ese
continente, agilizar la cooperación y luchar así contra las razones que
impulsan la inmigración. Y es que «el problema puede alcanzarnos a todos»,
recordó, y España es la principal afectada porque supone la frontera sur
de la UE.
Zapatero y Merkel, que acudieron a Meersburg acompañados
de los ministros de Industria, Educación, Defensa, Interior y Trabajo,
coincidieron en la necesidad de una Constitución europea. «Si no se
producen avances en el tratado, se corre el riesgo de un estancamiento en
el proceso europeo y no se podrá profundizar en el funcionamiento de las
instituciones», aseguró la canciller, que no quiso pronunciarse sobre las
iniciativas surgidas para relanzar la ley fundamental europea después de
los fracasados referéndums en Francia y los Países Bajos.
Merkel y sus ministros recibieron con honores militares a los miembros
del Gobierno español en el castillo de la histórica ciudad de Meersburg,
bajo un sol radiante muy poco común en el septiembre germano. Zapatero
saludó a la canciller alemana con dos besos en un encuentro que resultó
cálido, aunque como suele ser común en este tipo de cumbres también fue
breve.
«Hemos enseñado lo mejor de Alemania a los españoles» aseguró
Merkel, quien tuvo problemas para pronunciar correctamente el nombre
completo de su homólogo español. La vigésima cumbre germano – española,
celebrada a orillas del Lago Constanza y entre los viñedos que han dado
fama a la región del sur de Alemania, fue la primera que reúne a Zapatero
y Merkel, que ya se habían encontrado el pasado mes de abril durante una
visita del presidente del Gobierno español a la capital alemana.
Las consultas regulares, que se retrasaron durante más de un año debido
al cambio de Gobierno en Alemania, se celebraron en un ambiente de
cordialidad. Zapatero destacó las excelentes relaciones que unen a ambos
países y recordó que Alemania siempre ha sido una aliada determinante para
España en el proceso de integración europea, así como en su desarrollo
económico. Los vínculos bilaterales se ven reforzados por los diez
millones de turistas que cada año visitan España y que de este modo
«demuestran su sabiduría con esa opción» explicó Zapatero.
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