Horas antes de que Chile lo eligiera con un abrumador respaldo como su nuevo presidente a partir del 11 de marzo de 2026, Jos� Antonio Kast hizo algo absolutamente inusual para los tiempos que corren: elogiar p�blicamente al periodismo.

“Por favor, yo les voy a pedir que desde el primer d�a nosotros mostremos respeto. No hay nada m�s importante que la prensa para que se nos fiscalice a todos”, declar� Kast ante una multitud que lo hab�a acompa�ado a votar este domingo y de la que brotaban gritos de “fuera periodistas comunistas”.

En medio de la rueda de prensa ante el local de votaci�n, una periodista se hab�a presentado antes de hacer su pregunta y un nutrido sector de la multitud reaccion� abuche�ndola. Kast los par� en seco y pidi� “respeto”: “Y eso tiene que ser permanente”.

La defensa clara del trabajo y la importancia del periodismo no es el planteo habitual de los extremismos, ni los de derechas ni los de izquierdas. Es, en todo caso, una se�al m�s de lo que Kast asegura ser: un pol�tico de derechas, no un “ultra”.

“Yo soy de derecha. Siempre lo que planteamos es que representamos el sentido com�n y la libertad. Y eso es lo que la ciudadan�a ha reconocido en nosotros”, afirm� el hoy presidente electo durante una entrevista con EL MUNDO en 2024.

Chile elige a la derecha dura de Jos� Antonio Kast para gobernar el pa�s
“Nosotros no hemos planteado nada que salga del marco de los principios que permiten el desarrollo de una sociedad libre. Por lo tanto, no nos hacemos cargo de eso. Generalmente, las cr�ticas vienen de un sector bastante ideologizado de la izquierda. Gente que no se reconoce como izquierda roja, que no se reconoce como radical. O que no reconoce las dictaduras como la de Venezuela, la de Nicaragua y la de Cuba”.

El presidente Boric (i) saluda al presidente elector Kast (d) en el palacio de La Moneda
El presidente Boric (i) saluda al presidente elector Kast (d) en el palacio de La MonedaRodrigo ARANGUAAFP

Kast, de 59 a�os, es uno de nueve hermanos y padre de nueve hijos. De origen alem�n, est� casado desde hace 34 a�os con la abogada Mar�a P�a Adriasola, profundamente cat�lica y muy dispuesta a recuperar el rol de la “primera dama”, perdido durante el Gobierno de Gabriel Boric.

Kast es pol�ticamente af�n a Donald Trump, aunque quienes lo conocen se�alan que sus personalidades son muy diferentes.

“Kast es un humanista cristiano, educado, que no tiene el ADN televisivo y af�n de protagonismo de Trump. Son muy distintos”, explica a EL MUNDO Eugenio Ravinet, ex integrante del Gobierno del socialista Ricardo Lagos y consultor estrat�gico en temas internacionales.

“La de Kast es una derecha sin complejos, que se para y se sostiene y nutre de la energ�a de la opini�n prevalente de los chilenos”, se�ala su vez un hombre que figura en las quinielas para ser parte del nuevo Ejecutivo.

�A qu� se refiere cuando habla de la “opini�n prevalente de los chilenos”? La afirmaci�n tiene que ver con que Kast es un pol�tico que aprendi� y con que el Zeitgeist, el clima de �poca, le sonr�e.

“Kast siempre dijo que las cosas deben solucionarse con mano dura, siempre estuvo en ese eje”, sostiene a EL MUNDO Felipe Gonz�lez Mac-Conell, autor de Kast, la ultraderecha a la chilena, un libro que retrata al veterano pol�tico.

Esa “mano dura” es hoy un reclamo de la sociedad chilena mucho mayor que hace seis a�os, cuando el estallido social hizo que el p�ndulo pol�tico se fuera a la izquierda. “Kast hablaba del ‘estallido delictual’, y lo sigue diciendo hoy”, recuerda su bi�grafo.

Hijo de un ex oficial alem�n en la Segunda Guerra Mundial, Kast es un devoto cat�lico. Uno de sus hermanos fue ministro y presidente del Banco Central durante la dictadura de Augusto Pinochet, un hombre al que elogi� muchas veces. “Si estuviera vivo, me votar�a”, lleg� a decir Kast, el primer presidente de la democracia inaugurada en 1990 que vot� s� en el plebiscito de 1988 en el que el dictador plante� su continuidad en el Gobierno. En esta campa�a, Kast logr� en general evitar el asunto.

�De qu� se trata el aprendizaje que hizo Kast? De evitar su moralismo conservador para que no se convirtiera en eje de la campa�a. Su r�gida postura sobre el aborto le cost� el voto femenino en 2021, cuando perdi� en la segunda vuelta con Boric. Esta vez busc� seducir a ese electorado, y lo hizo sobre todo situ�ndose como garante de la seguridad, como el hombre que le habla a las mujeres prometi�ndoles que sus hijos, hijas y esposos no ser�n v�ctimas de la criminalidad, la principal preocupaci�n de la sociedad chilena.

El de la inmigraci�n irregular fue otro tema que le report� centralidad y votos a Kast, que hace cuatro a�os propuso cavar un foso para evitar la inmigraci�n ilegal en el norte del pa�s. “Nosotros tenemos un l�mite con Bolivia y Per�, en el norte del pa�s, que es una meseta altipl�nica, donde se puede circular libremente de un pa�s a otro. Y eso permite el contrabando y la trata de personas. Por eso la fosa, la zanja”, explica el candidato a este diario. El modelo Bukele es una inspiraci�n para Kast, que ha afirmado rotundamente que apoyar� a Donald Trump si este invade Venezuela.

Kast, que a�os atr�s lider� una escisi�n del centro derecha tradicional chileno, insatisfecho con lo que ve�a como “concesiones” a la izquierda, tiene opini�n sobre lo que sucede en Espa�a en general y sobre el presidente Pedro S�nchez en particular: “Ha transado el poder con grupos minoritarios que son separatistas, que han acogido a terroristas, y creo que eso le hace mal a la democracia. Le est� haciendo un da�o a la patria. Y creo que tiene que aclarar muy bien los temas judiciales que est�n afectando a su esposa y a su hermano”.

Invariablemente amable, Kast se maneja con un tono pausado y reposado y, de tanto en tanto, sorprende a propios y ajenos, como en aquel programa de televisi�n de hace unos a�os en el que el presentador le trasladaba algo que la hab�a contado un conocido: “El otro d�a fui a una playa de Estados Unidos y estaba lleno de gays, nosotros �ramos los �nicos normales”. Kast, casi sin pesta�ear y sin subir el tono, lo interrumpi�: “Heterosexuales. Porque todos somos normales”.