Seguridad sin prejuicios

Un debate serio y honesto sobre el aumento de delitos debe abordar la complejidad del fenómeno y evitar el simplismo

Diario Vasco, Editorial DV, 14-12-2025

La seguridad en el País Vasco empieza a ser una cuestión prioritaria para la ciudadanía. El aumento de delitos dibuja una realidad emergente en un … contexto marcado por una historia traumática de tensiones políticas, sociales y de convivencia. El debate sobre la seguridad tiende a simplificarse, reduciéndolo ahora a la identidad o el origen de los detenidos, y derivando el asunto a ser un arma arrojadiza entre partidos. Esta mirada reduccionista no solo oscurece las causas reales del problema, sino que también distorsiona una reflexión profunda sobre la complejidad de la cuestión y las múltiples miradas que encierra. No se trata de señalar con facilidad culpables o chivos expiatorios, estigmatizar a colectivos, sino de entender las raíces estructurales de la inseguridad. Hay que abordar los factores socioeconómicos, la falta de integración social y la actuación de los poderes publicos y los mecanismos judiciales ante una realidad delictiva que se ha incrementado y que exige un análisis solvente. Cerrar los ojos al fenómeno es dar alas a los extremismos. Pero una deficiente gestión comunicativa de este tema puede conducir a una simplista equiparación entre delincuencia e inmigración que solo alimenta los caladeros más intransigentes. Por eso sigue siendo necesario la adaptación de la ley a nuevas demandas sociales. Una de las grandes lagunas del sistema de prevención, tanto judicial como policial, radica en la falta de flexibilidad ante los cambios que la sociedad vasca ha experimentado en los últimos años. La ley debe adaptarse a esa mutación, que no existía en la misma magnitud hace unos años. La seguridad no puede ser un concepto rígido ni un sistema que solo reacciona ante los problemas cuando ya han estalladoo. Las leyes y las políticas de seguridad pública deben anticiparse con habilidad a estos riesgos. Pero lejos de agarrarse a respuestas sencillas, el verdadero desafío está en tejer una estrategia integral y armonizada entre todas las partes implicadas, que van desde una respuesta policial eficaz a una política social adaptada. Es decisivo que todos los actores –instituciones, fuerzas de seguridad, comunidades locales y ciudadanía en general– trabajen juntos hacia un objetivo común: garantizar la seguridad sin renunciar a los derechos fundamentales. Es hora de que el debate sobre la seguridad en el País Vasco sea más serio, honesto y esté libre de prejuicios y de proclamas propagandísticas. Solo de esta manera podremos saber de qué suelo partimos para construir un futuro más seguro.

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