Delincuencia

¿Euskadi insegura?: entre el aumento de delitos, la percepción real y una respuesta integral

La decisión del Gobierno Vasco de publicar el origen de los detenidos y las medidas contra la reincidencia han avivado el debate sobre la seguridad. DV busca la opinión de las partes afectadas para un problema sin soluciones fáciles

Diario Vasco, Miguel Villameriel, 14-12-2025

La delincuencia y la inseguridad ciudadana se han colado por primera vez entre las tres mayores preocupaciones de los vascos, según el último Sociómetro, solo por detrás de la vivienda y los problemas del mercado de trabajo. ¿Es Euskadi hoy más insegura? ¿Es una percepción real? Este periódico ha puesto bajo la lupa las estadísticas de seguridad, que constatan un aumento de los delitos presenciales desde la pandemia, aunque en este último año empiezan a estabilizarse. Pero más allá de los fríos datos, ha pulsado la opinión de los diferentes actores implicados en la búsqueda de soluciones a este problema para que arrojen luz sobre las medidas que se pueden adoptar, que requieren de una respuesta integral. Desde los responsables de la labor policial en Gipuzkoa, pasando por los jueces y fiscales que trabajan en dar una respuesta penal a la delincuencia, o el tratamiento que se da en las cárceles a los delincuentes que son condenados y encarcelados. El debate de la seguridad también se enfoca hacia una vertiente social que alerta de que el principal motivo para que una persona delinca no es tanto su lugar de origen como una posible situación de exclusión social.

La publicación del origen. Aquí entra de lleno la polémica decisión adoptada por el Gobierno Vasco de desvelar el origen de los detenidos, que ha puesto el debate de la seguridad en el centro de la escena política, y que desde ámbitos sociales y grupos de la oposición denuncian que puede contribuir a la «estigmatización» de los inmigrantes . La medida ha generado discrepancias incluso entre los socios de gobierno, ya que el PSE ha censurado al PNV que la información sobre el origen se extienda a cada detención concreta, en vez de limitarse a los informes anuales. En Cataluña, los Mossos seguirán los pasos de la Ertzaintza y publicarán el origen de los arrestados, pero con el importante matiz de que solo lo harán en los informes anuales de delincuencia, no en cada caso concreto. Desvelar la procedencia de los detenidos ha sido la medida más efectista que ha tomado el Departamento de Seguridad en el último año, aunque desde el Ejecutivo vasco destacan también iniciativas como la intensificación del patrullaje focalizado en las zonas más conflictivas o la mejora de la coordinación entre la Ertzaintza y las policías locales en planes contra las armas blancas o los hurtos.

Crecimiento sostenido. Las estadísticas delictivas muestran que en los últimos años se ha producido un aumento del número de infracciones penales que se cometen en Gipuzkoa. Unos datos que hablan de casi 10.000 delitos más al año en la última década, tras un aumento del 40% en el total de infracciones penales, aunque el gran salto se ha producido en los últimos cinco años, a partir de la pandemia de Covid. Si en 2019 el total de los delitos contabilizados en Gipuzkoa fue de 25.016, en 2024 había escalado hasta los 33.425, un 33% más. Y si se pone el foco exclusivamente en los delitos presenciales, excluyendo la cibercriminalidad, el incremento desde 2019 es del 22%. Lo que equivale a decir que se cometen 4.730 delitos presenciales más al año en Gipuzkoa. O lo que es lo mismo: 13 más cada día.

Más de la mitad, en Donostia. Estas estadísticas se suelen comparar a año completo, aunque las trimestrales de 2025 conocidas hasta ahora, que incluyen de enero septiembre, apuntan a un mantenimiento de los datos delictivos respecto a 2024, con un aumento general del 1,1% y una leve bajada del – 0,5% en los delitos presenciales. Tomamos como referencia para este análisis las estadísticas oficiales publicadas por el Ministerio de Interior, que son las más completas porque se nutren de los datos facilitados por la Ertzaintza, las policías locales, la Policía Nacional y la Guardia Civil, por lo que ofrecen una foto global de la criminalidad en cada territorio y en los municipios de más de 20.000 habitantes. En ese análisis detallado se aprecia que Donostia concentra más de la mitad del incremento delictivo detectado desde 2019, ya que las infracciones penales registradas en 2024 fueron 3.133 más que cinco años antes, lo que supone un incremento del 53%, hasta superar los 9.000 delitos al año. Sin embargo, el aumento de la criminalidad se ha dejado notar en la mayoría de los municipios más poblados de Gipuzkoa en el último lustro.

El valle de la pandemia.. Las estadísticas policiales correspondientes a Gipuzkoa muestran una curva ascendente en el total de infracciones penales desde 2016, con un valle en 2020 y 2021 por la irrupción del Covid y las restricciones a la movilidad que conllevó la pandemia. La diferencia entre el total de infracciones de 2016 (22.079) y el de 2024 (33.425) asciende a 11.346 delitos. Estos datos incluyen las estafas informáticas, ya que Interior no empezó a desglosar el apartado de cibercriminalidad hasta las estadísticas de 2019 en adelante, pero en la fotografía global crecen tanto los delitos presenciales como los informáticos. Así, si 2020 se cerró con 21.846 infracciones penales en Gipuzkoa, los siguientes ejercicios la cifra siguió aumentando: 24.331 delitos en 2021, 29.017 en 2022, 32.920 en 2023, 33.425 en 2024… Esa tendencia al alza se ratifica en los delitos presenciales cuando, a partir de 2021, se dibuja una línea ascendente desde las 19.539 infracciones penales hasta las 25.699 de 2024.

Estancamiento en 2025. No todo son datos alarmantes. Las estadísticas publicadas este año, de enero a septiembre, apuntan a un estancamiento en el crecimiento de los delitos en Gipuzkoa. La cifra global sigue aumentando un 1,1% empujada por la ciberdelincuencia, pero por primera vez desde la pandemia se pone freno a los delitos presenciales, que descienden un ligero – 0,5%. A falta de completar los datos anuales con el cuarto trimestre, las estadísticas apuntan a un cambio de tendencia respecto al crecimiento sostenido de los delitos desde 2021, algo que confirman tanto desde la Ertzaintza como desde la Guardia Municipal de Donostia. Este descenso es posible sobre todo por la mejoría registrada en San Sebastián, donde los delitos presenciales bajan un 3,2%. De todas formas, los máximos responsables policiales de Gipuzkoa, consultados por este periódico, no se atreven a asegurar que la delincuencia haya podido tocar techo en el territorio.

Entre las tres mayores preocupaciones. El debate sobre la seguridad en las calles de Euskadi ha llevado a que esta cuestión alcance por primera vez los tres primeros puestos entre las principales preocupaciones de la ciudadanía, según el último Sociómetro publicado por el Gobierno Vasco el pasado día 5. El 26% de los ciudadanos ya lo sitúan como una de sus grandes inquietudes, tras experimentar una subida sin freno desde 2021, cuando solo un 7% de la ciudadanía lo mencionaba. El gran salto se ha producido en este 2025, cuando ha pasado del 16% del pasado enero al 26% registrado en noviembre. Jon Udakiola, director de la Guardia Municipal de Donostia, apunta que «la relación entre criminalidad objetiva y percepción subjetiva es más compleja de lo que sugiere una simple causalidad lineal. Estudios especializados demuestran que el miedo al delito no es una respuesta proporcional a la delincuencia real, ya que entran en juego diversos factores psicológicos, sociodemográficos o mediáticos que configuran la percepción de inseguridad».

Un problema con varias aristas. El aumento de la delincuencia no es algo que afecte solo al ámbito policial, ya que también repercute de forma directa en el ámbito de la Justicia, así como en el penitenciario. Tampoco se puede soslayar la vertiente social, ya que el incremento del número de personas en riesgo de exclusión social en muchas ocasiones puede conllevar un crecimiento de las infracciones penales por la situación de necesidad que viven.

Una Justicia saturada. Además de la vertiente policial, el incremento de la criminalidad también tiene un impacto directo en la saturación de los juzgados de lo Penal, que en ciudades como Donostia están asumiendo «el doble» de casos de los que gestionaban hace una década, según confirman fuentes jurídicas. Una «acumulación de trabajo» que retrasa la celebración de los juicios y que puede alimentar la «sensación de impunidad» de algunos delincuentes, «que ven que sus actos no tienen consecuencias». Lo que enlaza con otro debate de actualidad en las últimas semanas, como es la lucha que las instituciones han emprendido contra la multirreincidencia.

Coto a la reincidencia. Los últimos datos ofrecidos por el Departamento de Seguridad indican que uno de cada ocho detenidos por la Ertzaintza en lo que va de año acumula más de una detención por el mismo delito. Gipuzkoa es el territorio donde más se produce este fenómeno, y Donostia también aparece a la cabeza entre las capitales vascas. Aunque fuentes policiales y judiciales aseguran a este periódico que en los últimos años han tratado de mejorar su colaboración para frenar la reiteración delictiva, el Congreso tramita actualmente una reforma del Código Penal para endurecer las penas a aquellas personas que acumulen tres delitos por hurto leve o imponer penas de cárcel de uno a tres años (hurto agravado) si los objetos sustraídos son móviles o similares.

Diferencias por tipo de delito. La senda ascendente que ha marcado el global de los delitos en Gipuzkoa en los últimos cinco años no es homogénea cuando se baja al detalle de cada tipo de infracción penal. La mayoría sube, aunque se producen excepciones en los homicidios consumados (que bajan de 5 a 3 de 2019 a 2024, lo que supone un 40% menos) y en los robos con fuerza en domicilios y establecimientos, que descienden un ligero – 0,8%. Entre las subidas, destaca el incremento del 153% en los delitos de lesiones y riña tumultuaria (que pasan de 338 a 857), seguido del aumento del 90% que han experimentado los ciberdelitos. Otros tipos que experimentan crecimientos considerables son los robos con violencia (79%) o los delitos contra la libertad sexual (77%).

Los hurtos, a la cabeza. El aumento de los delitos contra el patrimonio es una de las causas que explican el crecimiento sostenido de las infracciones en el último lustro. Entre ellos, el hurto es el rey. Es el tipo delictivo que mayor número de infracciones concentra, y el año pasado superó por primera vez la barrera de los 8.000 en Gipuzkoa. Se trata del tipo de robo más leve porque se suele realizar al descuido, sin el uso de violencia o intimidación. Por lo general las penas son menores que en otros delitos y, precisamente por ello, también es el más proclive a la reincidencia, según apuntan fuentes policiales. El dato positivo es que el importante incremento contabilizado desde 2022 ha empezado a remitir en el presente año. De enero a septiembre, los hurtos han bajado un – 1,9%. Los robos con violencia, por su parte, han aumentado un 79% desde 2019, aunque en cantidad son mucho menos que los hurtos. El año pasado se cerró con 530 robos.

Crecen las peleas. Otra tendencia que se ha acrecentado en Gipuzkoa desde la pandemia es el aumento de las peleas callejeras. Bajo el epígrafe ‘delitos de lesiones y riña tumultuaria’, las infracciones penales crecen un 153%. Si en 2019 se registraron 338, en 2024 fueron 857. Y el incremento no cesa, porque de enero a septiembre de este año se ha producido un aumento del 6%.

Los delitos sexuales siguen al alza. Otras infracciones que no dan tregua son los delitos contra la libertad sexual, que han aumentado un 77% desde 2019. En los últimos cinco años se ha pasado de 202 delitos sexuales al año en Gipuzkoa a 359, lo que casi supone que se produce un delito de este tipo al día, en una tendencia que se mantiene en 2025.

Los ciberdelitos ya son uno de cada cuatro. Aunque la ciberdelincuencia no tiene un impacto en la percepción de inseguridad ciudadana como el que pueden provocar los delitos que se cometen a pie de calle, no se puede pasar por alto un fenómeno que actualmente ya engloba casi uno de cada cuatro delitos registrados en Gipuzkoa. Desde 2019, cuando se contabilizaron 4.047 infracciones penales cometidas a través de internet, hasta las 7.723 que se registraron el año pasado se da un incremento del 90%. Y en lo que va de año siguen ganando peso con un aumento del 6%.

Una peculiaridad de las estadísticas es que no ofrecen una foto homogénea de la actividad delictiva en los principales municipios. Lo que da lugar a que localidades cercanas como Donostia, Zarautz o Hernani presenten datos divergentes. En los últimos cinco años, los delitos presenciales han crecido un 53% en la capital, mientras que han bajado un 12% en Hernani o un 18% en Zarautz. Aunque estos dos municipios son los dos únicos que descienden de entre los que tienen más de 20.000 habitantes de Gipuzkoa (Tolosa no se incluye porque alcanzó esa población en 2023). En Irun el incremento de los delitos presenciales entre 2019 y 2024 ha sido del 28%; en Errenteria, del 9%; en Eibar, del 51%; y en Arrasate, del 27%. El cómputo general de delitos, incluyendo la cibercriminalidad, crece en todas las localidades.

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