Jueves, 11 de diciembre. Una de la madrugada. En la carretera S8, en direcci�n a Biaystok, dos autobuses con aficionados del Rayo Vallecano circulaban por un tramo rural y boscoso, a 80 kil�metros al noreste de Varsovia, cuando algo oblig� al conductor a frenar en seco. Era el preludio de una escena de violencia �sacada de una pel�cula de acci�n�, seg�n relatan testigos presenciales a este diario.

�Est�bamos medio dormidos, y de repente el autob�s se para en medio de la carretera. Est�bamos donde Cristo perdi� el mechero, empezamos a escuchar gritos y, de la nada, aparece una manada de t�os encapuchados con palos, porras extensibles, martillos y bates de b�isbol que ven�an hacia nosotros�, comenta uno de los pasajeros que, �por seguridad�, pide que nos refiramos a �l como Juan.

Los primeros instantes fueron de estruendo y confusi�n: alaridos dentro y fuera de los autobuses, golpes secos contra la chapa y gente tratando de acceder al interior. �Ah� ya estaba claro, ven�an a por nosotros�, recuerda Juan.

Entonces, algunos pasajeros se levantaron para tratar de bloquear las puertas con equipajes, mochilas o cualquier objeto que encontraban en los habit�culos, con el fin de mantener a los agresores fuera.

Un episodio que la polic�a polaca ha descrito como una emboscada organizada. Los atacantes, vinculados a los grupos m�s radicales del Jagiellonia Biaystok, usaron cizallas para abrir un hueco en la valla lateral de la S8, lo que les permiti� permanecer ocultos hasta que los coches detuvieron los autobuses en el punto acordado y dar as� comienzo al asalto.

Los asaltantes, seg�n coinciden los agentes, los testigos presenciales y las dashcam de los coches que circulaban por la v�a, llevaban el rostro cubierto con pasamonta�as (algunos con los colores del equipo) y estaban armados con porras extensibles, barras de metal, martillos y otras armas improvisadas.

Tras la refriega, los agentes se incautaron de bufandas y otros objetos del Jagiellonia Biaystok, cuyo grupo ultra tiene uno de los historiales m�s violentos del noreste de Polonia. Durante casi diez minutos �que se hicieron eternos�, puntualiza Juan la refriega se desarroll� en los aleda�os de los accesos a los autobuses. �Tratamos de defender las puertas porque, si consegu�an entrar en tromba, nos hubieran dado la del pulpo�. Mientras unos golpeaban sin descanso los laterales del veh�culo, otros intentaban romper los cristales.

La agresi�n solo se detuvo cuando el primer coche patrulla de la polic�a polaca lleg� al lugar de la emboscada, lo que oblig� a los encapuchados a huir de nuevo a pie hacia el bosque y provoc� que los coches que se hab�an cruzado en la carretera trataran de escapar.

Sin embargo, estos veh�culos-en los que viajaban tres hombres y una mujer, que fueron detenidos- fueron interceptados. En su interior se hall� material identificado con UJB y UJB2002, las principales facciones ultras del club. Estos grupos combinan tifos y coreograf�as con una fracci�n violenta implicada en todo tipo de delitos alrededor del f�tbol.

�Cuando lleg� la polic�a, nos tuvieron parados casi otra hora y nos estuvieron interrogando. Fue surrealista�, recuerda Juan. Entre el ataque y las pesquisas posteriores, los autocares permanecieron m�s de una hora detenidos. Un episodio que, seg�n fuentes policiales, se sald� con 10 personas heridas: un polaco y nueve espa�oles. Aunque la mayor�a fue atendida in situ por los servicios de emergencia, tres de los heridos fueron trasladados posteriormente al hospital para descartar lesiones graves. �Afortunadamente, nadie ha quedado gravemente herido, pero podr�a haber sido una tragedia�, se�ala Juan.

El ataque, in�dito para las aficiones espa�olas, se inscribe en un contexto de extrema violencia de los grupos ultras polacos, cuya actividad sigue de cerca la polic�a y la fiscal�a del pa�s centroeuropeo. Concretamente, los del Jagiellonia Biaystok cuentan con numerosos antecedentes penales que incluyen agresiones organizadas, secuestros, proxenetismo y v�nculos con grupos skinheads de ideolog�a fascista, racista y neonazi.

En una de las principales operaciones contra este entorno, la Fiscal�a Nacional polaca proces� a 46 ultras vinculados al entorno hooligan del Jagiellonia por pertenencia a grupos criminales organizados. Las investigaciones acreditaron delitos graves y una estructura jer�rquica que coordinaba tanto la actividad violenta como la criminal.