Adiós, América, adiós
La Vanguardia, , 11-12-2025Ante los discursos críticos contra Europa de la Administración de Donald Trump, la reacción de los principales dirigentes de la UE se había dividido entre los que defendían una estrategia prudente de defender el vínculo transatlántico por encima de todo y los que consideraban que había llegado el momento de romper amarras y superar la dependencia americana. La reciente publicación de la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha supuesto una bofetada para los palomas que defendían la política de mano extendida y gestos aduladores hacia Trump y una confirmación en sus sospechas para los halcones, que creen que ha llegado la hora de que la UE se declare independiente de Estados Unidos.
Las bases trumpistas del documento dejan claro que el enemigo de América no es ni China ni Rusia, sino esa vieja y decadente Europa que pone multas a sus empresas, que censura la libertad de expresión y se llena cada vez más de inmigrantes que amenazan al mundo civilizado. Lo mejor de Trump es que no tiene doblez y actúa sin careta para decir lo que piensa y así las almas cándidas que aún creen en la bondad del lazo transatlántico se quedan sin argumentos para defenderlo. Y, por si esto no fuera suficiente, el documento afirma que solo las formaciones de ultraderecha pueden salvar a Europa de la “aniquilación civilizatoria”.
En estas circunstancias, el problema para la UE es cómo hacer frente a esta amenaza que se cierne sobre su futuro. Hace ya tiempo que todos ven como Europa se acerca hacia el abismo,
los políticos nos ofrecen argumentos e ideas para evitar la caída –informes Letta, Draghi–, pero nadie da un volantazo para cambiar de dirección. La actual gobernanza de la UE sigue paralizada y se requeriría un aumento significativo del presupuesto comunitario y grandes reformas estructurales –por ejemplo, abolir la unanimidad en el sistema de toma de decisiones o tender hacia una pérdida de soberanía de los estados– para hacer una política más efectiva. Europa no quiere romper con Estados Unidos. Es EE.UU. quien nos quieren dejar. Por tanto: adiós, América, adiós.
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