¿Quien no ha sentido la tentación de hacer trampas jugando al solitario? Es tan fácil que hasta los gobiernos pueden caer en la debilidad de engañarse a sí mismos. Un buen ejemplo es lo ocurrido con las sucesivas reformas de la ley de extranjería. Los ejecutivos del PP respondieron a cada crisis migratoria con reformas cuyos resultados han sido siempre irrelevantes. Hasta cuatro veces cambiaron la ley de extranjería, mientras las avalanchas de pateras seguían su propia lógica y cada año entraban 600.000 irregulares por tierra, mar y aire. Zapatero parece tener ahora la tentación de entrar en el mismo juego. Ante la oleada de cayucos, reforma legal. Habrá que ver qué cartas pone sobre la mesa.

LAS REGULARIZACIONES >> Como san Pedro con Jesucristo
El Ejecutivo del PSOE solo ha avanzado hasta ahora que no piensa llevar a cabo nuevas regularizaciones, pero eso no es ninguna novedad y, sobre todo, no parece creíble. Los gobiernos actúan con las regularizaciones como san Pedro con Jesucristo. Las niegan siempre un mínimo de tres veces antes de aprobarlas. Ha sido así aquí y en cualquier otro país. Lo hizo Mayor Oreja, lo hizo Rajoy en su regularización por arraigo y también el actual ministro Caldera. Este rizó aún más el rizo y para evitar críticas le cambió el nombre. Aún la llama normalización.
Las regularizaciones se aprueban cuando la bolsa de sin papeles es tan grande que la situación se hace insostenible. Y si se prohiben por ley, como el pasado lunes propuso Rajoy, siempre puede venir algún ministro que reforme de nuevo la norma o les cambie el nombre como Caldera. Italia legalizará próximamente a 470.000 irregulares y los Estados Unidos sigue debatiendo la propuesta de Bush de regularizar a 14 millones de indocumentados.

LAS EXPULSIONES >> La policía propone alargar el tiempo de internamiento
Los sindicatos policiales y Coalición Canaria (CC) han apuntado la posibilidad de alargar el período de estancia de los irregulares en los centros de internamiento. Ahora está limitada a 40 días, un plazo a veces insuficiente para identificar el país de procedencia y negociar con este los complejos trámites de repatriación. En Malta, un país muy preocupado por la llegada de embarcaciones, el periodo es indefinido. La medida tendría un fuerte efecto disuasorio pero no sería fácil de gestionar. España debería construir campos de internamiento para decenas de miles de personas.
Para que la amenaza formulada por De la Vega -“quien entra en España de forma ilegal tarde o temprano saldrá”- se haga realidad, es necesario conseguir que los países de origen readmitan a sus nacionales, pero esto tampoco es suficiente. Supongamos que en España viven hoy 400.000 irregulares. ¿Podría el Gobierno expulsarlos aunque tuviera luz verde? Ecuador ya admite repatriaciones y sin embargo estas se hacen con cuentagotas. Una frase similar a la de la vicepresidenta De La Vega -“Los que entren de forma ilegal tarde o temprano saldrán de España”- era ya el santo y seña de todos los ministros de Interior del PP -Oreja, Rajoy y Acebes-, con los resultados conocidos por todos.

LOS DERECHOS >> Limitar las prestaciones sociales a los irregulares
La derecha siempre ha sostenido que un modo efectivo de reducir la inmigración ilegal es recortar sus derechos. Nadie vendría a España si supiera que nuestro país es un infierno para los sin papeles. Esta es la tesis. El PP ya recortó a los irregulares los derechos de manifestación, reunión y participación sindical. También propuso retirarles la sanidad y la educación, pero de esto hizo marcha atrás. Ahora ha lanzado la idea de que no puedan empadronarse, lo que sería llegar al mismo punto por camino distinto. El padrón es lo que les permite acudir al médico y les proporciona maestros para sus hijos.
En las mismas tesis andan dando vueltas varios países europeos, especialmente Francia. Las propuestas son variadas. Desde limitar la reagrupación familiar hasta implantar exámenes de idioma o de conocimientos del país. El Gobierno tendrá abundante materia prima donde inspirarse. ¿Y los resultados? Muchos de los subsaharianos que llegan a España ya se han instalado más allá de los Pirineos, según señalan los informes policiales. ¿Será que toda Europa se hace trampas en el solitario?.