Ibtissam, propietaria del restaurante “Alf Layla wa Layla” “(”Las Mil y una No ches"), en la localidad belga de Gosle, ha sufre una campaña de odio, tras anunciar que dejaría de servir bebidas alcohólicas en el local, que lleva más de treinta años sirviendo cocina marroquí.

Se han producido reacciones agresivas de algunos clientes, imcluidos comentarios racistas e islamófobos.

Ibtissam argumentó que eligió respetar la cultura culinaria marroquí, donde la mesa no se asocia con el alcohol; considera su local un espacio para el gusto y la tranquilidad, no para el comportamiento indisciplinado derivado del consumo excesivo de alcohol. Sin embargo, esta decisión pacífica se convirtió repentinamente en un pretexto para una retórica excluyente que incluía frases provocativas como: “Están en un país cristiano” y “¡Regresen a su país, islamistas!”.

Aunque considera Bélgica su segundo hogar y cumple con todas sus obligaciones, un segmento de la sociedad, como ella misma explica, aún ve con recelo todo lo relacionado con la identidad islámica. La ola de ataques incluso se ha dirigido contra algunos de sus clientes que la defendieron.

A pesar de la injusticia que ha sufrido, Ibtissam mantiene su compromiso de gestionar su restaurante de acuerdo con sus valores, reiteró su respeto por las leyes del país y su rechazo a cualquier chantaje o amenaza.