Una de las decisiones más llamativas que el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco ha adoptado durante los últimos tiempos ha sido la de empezar … a revelar la nacionalidad de las personas que detiene tras cometer algún delito. La medida ha sido defendida por el consejero Bingen Zupiria y reprochada por los principales representantes del PSE, el socio minoritario del Ejecutivo. Este miércoles el lehendakari ha defendido la medida asegurando que «en una democracia se debe tratar a las personas como adultos, permitirles que se formen una opinión con transparencia». «A la realidad hay que mirarla de frente aunque no nos guste», ha pedido.

Durante su intervención en el Foro Expectativas Económicas organizado por El Correo y Banco Santander Imanol Pradales ha asegurado que la labor policial «no ha cambiado su objetivo» más allá del nuevo criterio sobre la nacionalidad de los arrestados. «Seguimos buscando atajar el problema de de inseguridad con mecanismos democráticos y tolerancia cero con el que delinque». Aún así, el máximo dirigente vasco cree que todo esto se sigue llevando a cabo «sin estigmatizar a nadie».

Hace unas semanas Zupiria ya ahondó en esta idea de que revelar las nacionalidades símplemente supone aportar un dato nuevo. Una medida que también ha asumido posteriormente la Generalitat de Cataluña. Los Mossos de Esquadra ya lo aplican también. Hoy Pradales ha considerado que el cambio de estrategia es «una decisión que se ha magnificado», y que ha defendido aportando tres argumentos.

El primero es que, a su juicio, «el discurso de la extrema derecha» que señala a los extranjeros como responsables de una gran parte de los delitos que se cometen en Euskadi «no ha conseguido cambiar la percepción de inseguridad» y por tanto revelar la nacionalidad no va a provocar problemas de xenofobia. El segundo ha sido reconocer que no aportar el origen era ahora mismo una práctica «con la que cada vez más ciudadanos no se estaban reconociendo». El tercero ha sido poner en valor la transparencia comunicativa de la Ertzaintza como una aportación a «profundizar en la cultura democrática».