Saltan chispas entre Jara y Kast en un debate de alto nivel, con la seguridad, la inmigración y Venezuela como ejes

Fue un debate agudo, completo y crudo por momentos, moderado por un grupo de periodistas que exprimió a los candidatos apelando al arma más efectiva de la profesión: la repregunta

El Mundo, Sebastian Fest, 10-12-2025

Con la crisis de seguridad ciudadana, la inmigracion irregular y la situación en Venezuela como ejes, Chile fue escenario este martes de un debate de alto nivel político y periodístico en el que Jeannette Jara, la candidata de la izquierda, buscó recuperar posiciones ante José Antonio Kast, el postulante de la derecha y favorito para ganar la presidencia este domingo.

“Hay candidatos que en base a promover odio y miedo obtienen votos, y yo no quiero eso para Chile”, dijo Jara, cabeza de una coalición de izquierdas y miembro del Partido Comunista (PC), en una noche en la que buscó desequilibrar a Kast, candidato por tercera vez y al que los sondeos señalan como claro vencedor.

Fue un debate agudo, completo y crudo por momentos, moderado por un grupo de periodistas que exprimió a los candidatos apelando al arma más efectiva de la profesión: la repregunta, la insistencia sin tregua en el tema ante respuestas vagas y evasivas.

Los candidatos también pusieron lo suyo al aprovechar un formato que permitió diálogo directo, interrupciones y preguntas cruzadas entre uno y otro. Jara le hizo notar con insistencia a Kast que se lo veía “nervioso”, cosa que era cierta. El candidato de la derecha chilena resbaló en más de una ocasión: llegó a decir que en Chile se asesina a 1,2 millones de personas al año el país tiene 19 millones de habitantes para luego decir que no había dicho eso y corregir la cifra a “1.200 millones”.

Pero la agresividad de Jara en la esgrima verbal con Kast era a su vez señal de desesperación: tras meses de desgaste ante las divergencias en la propia coaliciòn, e incluso críticas y desautorizaciones desde su partido, el PC, a Jara se la vio liberada en los últimos días. Perdida por perdida, salió a quemar las naves.

La candidata de la izquierda prometió “cárceles, policías, fortalecimiento de carabineros (policía militarizadas) y PDI (Policía de Investigaciones). Pero también seguir la ruta del dinero sucio”, en una frase hasta hace poco impensable en un candidato de su grupo político.

Si en la elección de 2021 la demanda social era la de una nueva Constitución que sustituyera a la sancionada durante la dictadura de Augusto Pinochet objetivo fracasado, cuatro años después el gran reclamo de los votantes es el de una solución a la crisis de seguridad ciudadana, un asunto en el que la ventaja es claramente de Kast.

Es por eso que, por momentos, la candidata de la derecha parece Jara: “Voy a redoblar la capacidad de Carabineros, si es necesario [un estado de excepción] lo voy a declarar. Voy a usar todas las medidas que el estado de derecho me da”.

Kast se mueve con comodidad en el tema, una comodidad quizás excesiva que lo lleva a anunciar medidas poco concretas o de compleja realización, como el “Escudo fronterizo” con el que promete que los 330.000 inmigrantes irregulares que presuntamente hay en el país abandonaran Chile casi de inmediato en caso de que llegue al Palacio de La Moneda.

“No vamos a regularizar ni empadronar a ninguno. Les quedan 92 días [el tiempo que falta hasta la asunción del nuevo presidente el 11 de marzo de 2026] para que dejen nuestro país libremente. Lo mismo le decimos a los prófugos, regresen hoy día, porque si luego al buscarlos nos cuestan un peso, lo van a pagar con más cárcel”, dijo Kast.

Los periodistas le recordaron a Kast su anuncio de que si los países fronterizos no cooperan, “Chile tomará represalias diplomáticas y económicas”, y Jara se montó sobre la pregunta para acusar a su rival de que se expresa con “frases dichas al pasar, sin contenido”.

Kast hizo lo imposible para eludir una respuesta clara a la pregunta de cuán viable es su propuesta de expulsar a todos los inmigrantes irregulares. ¿Lo haría incluso en el caso de inmigrantes que sean padres de niños chilenos, de hijos nacidos en Chile?

“Si ellos abandonan a sus hijos tendremos que hacernos cargo nosotros”, respondió Kast, insistiendo en la idea de dividir familias y que el Estado se haga cargo de esos hijos.

“José Antonio, has dicho primero que expulsarías a los inmigrantes irregulares, luego que los invitarías a salir y ahora tienes una tercera deriva y dices que les negarás los servicios públicos. ¿Cuál es tu política?”.

“Todo junto”, respondió Kast, un tanto atolondrado ante el ataque de su rival.

“¿Vas a negarles el empadronamiento? Lo peor que nos puede pasar es no saber quién está en Chile. Mandar [al exterior] 330.000 personas son nueve años de un avión al día de cien personas. Basta de mentirle a la ciudadanía para arañar unos votos por allí y por allá”, insistió Jara.

Así y todo, Kast fue exitoso en el vínculo que busca instalar entre inmigración irregular y delincuencia, un asunto en el que a Jara le cuesta hacer pie. El candidato de la derecha planteó incluso la posibilidad de indultar a condenados por delitos de lesa humanidad por razones de salud y le presentó un argumento llamativo a su rival de izquierdas:

“Parece que nunca escucho al juez [Baltasar] Garzón, que dice que nadie merece morir en la cárcel”.

El debate entró entonces en meandros profundamente chilenos: Kast le recordó a Jara una foto en la que aparece vistiendo “la popera matapacos”, refiriéndose a una camiseta en la que aparece la figura de un perro que mata policías.

“Fue un error”, dijo Jara, que antes había anunciado que si es elegida presidenta renunciará a la militancia en el PC, cosa que Kast consideró irrelevante, pese a que él también anunció que no militará en el Partido Republicano.

El candidato de la derecha elogió el modelo de seguridad del presidente salvadoreño, Nayib Bukele -"los prisioneros

van a cumplir la ley, van a usar uniforme, se van a cortar el pelo, se van a hacer la comida"-, y le hizo ver su rival que los sectores menos favorecidos de la sociedad no son ya necesariamente coto de caza electoral para la izquierda: “¿Has visto los sectores populares el miedo que tienen?”

Venezuela
Kast enfatizó que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, “tiene que dejar el poder vivo para que pague con cárcel”, y añadió una pulla a su rival comunista: “No como el dictador [de la Alemania Comiunista, Erich] Hönecker, que fue celebrado y recibido en Chile [por el PC local]. Que [Maduro] se entregue y cumpla su pena, que libere a Maria Corina Machado y que se vaya a una cárcel en Cuba o NIcaragua”.

Jara trastabilló en el apartado venezolano. Definió a Maduro como dictador tras unas elecciones manipuladas, pero acusó a María Corina Machado, receptora del Premio Nobel de la Paz, de haber promovido “intentonas golpistas”, asunto que tampoco fue capaz de aclarar en. una rueda de prensa posterior.

“Jamás me haría el sueco [con ese tema]”, respondió Kast. “El premio que recibe Maria Corina Machado es algo que no han sido capaces de hacer organismos internacionales”.

Pese a que Jara fue más agresiva y contundente en el debate, el final llegó con la impresión de que no tiene tiempo ni votos para revertir la diferencia con Kast, que hace cuatro años perdió la segunda vuelta con el actual presidente, Gabriel Boric, por 56 a 44 por ciento, y que según los sondeos podría ganar esta vez por una diferencia similar a aquella o aún mayor.

“La aguja de los chilenos se movió frente a los fracasos de este gobierno”, dijo Kast al explicar el notable cambio político de un país que hace cuatro años pedía poco menos que la revolución y hoy exige “mano dura” en cuestiones de seguridad ciudadana.

A su vez, el candidato de la derecha dura hizo notar que hoy es ya más que eso: “No soy solamente yo, hay una confluencia con partidos y personas con las que teníamos diferencias”.

A Jara se la vio molesta por lo que calificó de “fake news” en el tramo final del debate una pregunta sobre multas de tráfico, pero se fue sonriente tras tres horas en las que echó el resto e intentó por todos los medios acorralar a su rival.

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