Las leyes no se están quietas. (Manuel Alcántara)
Canarias 7, 13-09-2006Manuel Alcántara
La única inalterable es la ley de la gravedad, a pesar de que no ha sido votada en ningún parlamento. Las demás, una vez comprobada su ineficacia, se renuevan de manera constante, quizá para que todo el mundo pueda darse cuenta de que las nuevas son peores que las derogadas. Cambiar la Ley de Extranjería para prohibir nuevas regularizaciones venía siendo urgente desde su promulgación, pero ahora Rajoy propone un Pacto de Estado y que se nombre un único responsable. Ojalá no sea Luis Aragónes, que es nuestro plusmarquista en materia de contradicciones. “Me voy, me voy, pero me quedo”. Como rectificar es de sabios, el llamado ‘sabio de Hortaleza’ lo ha hecho en un tiempo récord: de la mañana a la tarde.
Hay que establecer una nueva ley y no conformarse con buscarla, pero es mucha tarea para responsabilizar a una sola persona. El proyecto quizá se retrase, como la vacuna de la gripe. Si sólo los inmigrantes legales pueden empadronarse se pueden volver locos los del catastro, ya que la situación es catastrófica. Por una vez, que ojalá sirva de precedente, los dos grandes partidos, que si bien se mira no son tan grandes, están de acuerdo y desean dialogar sobre el problema que más preocupa a los españoles según las encuestas, que no es el trasvase Tajo – Segura, sino el trasvase de africanos a la Península Ibérica.
Quienes las han contado aseguran que en los últimos 20 años ha habido ocho regularizaciones extraordinarias, cifra que las convierte en ordinarias. En los últimos tiempos, una vez demostrado que el ministro señor Caldera no es ningún superdotado, las cifras han crecido mucho y ya no caben en las estadísticas. Se ha dicho que las leyes valen lo que valen las costumbres de los ciudadanos, pero éstas se mueven con mayor rapidez. Para cambiar las leyes hay que correr. Correr, que es mejor.
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