La ONU reduce su petición de ayuda para el 2026 por el efecto Trump

Las políticas del presidente de EE. UU. y otros grandes donantes occidentales obligan a la organización a recortar su presupuesto a la mitad respecto al del 2025, a pesar del aumento de las necesidades

La Vanguardia, Redacción y agencias, 08-12-2025

A pesar de que el sistema humanitario atraviesa una profunda crisis, marcada por un aumento desbordante de las necesidades de ayuda en diversas partes del mundo, las políticas de recorte de financiación impulsadas por la administración Trump, entre otros gobiernos, han obligado a la ONU a ajustarse el cinturón.

En concreto, Naciones Unidas ha anunciado que su petición para el presupuesto de ayuda del 2026 se reducirá a la mitad, reconociendo una caída en la financiación de los donantes. Según ha comunicado la propia organización, esta solicitud de 23.000 millones de dólares dejará fuera a decenas de millones de personas que necesitan ayuda urgente, ya que la reducción del apoyo obligará a priorizar a los más desesperados.

Para este año 2025, la ONU solicitó unos 47.000 millones de dólares en su presupuesto de ayuda, una cifra que se vio cortada a la mitad después de conocerse la magnitud de los recortes de ayuda del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. A la administración republicana también se sumaron otros grandes financiadores occidentales como Alemania, quien decidieron disminuir el volumen de ayuda económica destinada a la organización.

La reducción fue drástica, habiendo recibido hasta noviembre únicamente 12.000 millones de dólares, la cifra más baja en 10 años. Según Naciones Unidas, con este volumen de donaciones solamente se pudieron cubrir poco más de una cuarta parte de las necesidades de ayuda humanitaria a nivel global.

Frente a los limitados resultados del año pasado, la ONU ha decidido ajustar su petición de ayuda al contexto actual, por lo que el plan para este próximo año 2026 prevé un presupuesto de 23.000 millones de dólares. Según el jefe de ayuda de la ONU, Tom Fletcher, son los recortes “los que nos obligan a tomar estas decisiones tan duras y brutales”.

“Estamos desbordados, faltos de fondos y bajo ataque”, expresó Fletcher, en unas declaraciones recogidas por Reuters. “Conducimos la ambulancia hacia el fuego. En su nombre. Pero ahora también se nos pide que apaguemos el fuego. Y no hay suficiente agua en el depósito. Y nos están disparando.”

Para este nuevo plan ajustado a los recortes, se priorizará a 87 millones de personas cuyas vidas están en peligro. Sin embargo, la organización señala que el total de necesitados asciende a alrededor de 250 millones de individuos que requieren asistencia urgente. Si se disponen de los recursos, aseguran, se intentará ayudar a 135 millones de personas, con un coste de 33.000 millones de dólares.

La falta de ayuda obliga a priorizar algunas crisis humanitarias sobre otras, como el conflicto entre Israel y Hamas en la Franja de Gaza, donde más de 70.000 palestinos han perdido la vida en ofensivas israelíes. Debido al impacto de esta crisis, se destinarán 4.000 millones de dólares a los territorios palestinos ocupados, con un enfoque particular en el enclave, donde casi todos sus 2,3 millones de habitantes han quedado sin hogar y dependen de la asistencia humanitaria.

En segundo lugar en orden de prioridad se encuentra el conflicto de Sudán, donde se encuentra la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con casi 12 millones de personas forzadas a abandonar sus hogares dentro del país y más allá de sus fronteras. En este Estado africano se calcula que 30 millones de personas requieren de asistencia humanitaria.

Por último, la organización destaca a Siria, uno de los países más inestables y frágiles en la actualidad, que hace un año vivió la caída del régimen de Al Assad tras 52 años de poder. Tras una enorme crisis de refugiados que se extiende 14 atrás, más del 90 % de los refugiados sirios dependen de la asistencia humanitaria para sobrevivir, en países como Líbano, Turquía o Jordania.

Según Fletcher, los grupos humanitarios se enfrentan a un panorama desolador de hambre creciente, propagación de enfermedades y violencia sin precedentes. Esta petición, afirma, se centra en “salvar vidas allí donde las crisis golpean con más fuerza”.

Las agencias humanitarias de la ONU dependen principalmente de las donaciones voluntarias de los donantes occidentales, siendo Estados Unidos, con diferencia, el principal donante histórico. En el 2025, EE. UU. mantuvo el primer puesto, a pesar de los recortes, aunque su contribución se redujo de más de un tercio del total a tan solo un 15,6% este año.

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