Zack Polanski, el 'eco-populista' que quiere revolucionar la política británica
Público, , 04-12-2025ack Polanski tiene claro quiénes son sus enemigos: los millonarios, multinacionales de la economía fósil como Shell y “charlatanes como Nigel Farage”, líder del partido ultraderechista Reform. Así lo afirmó en su discurso de aceptación del liderazgo del Partido Verde, el pasado septiembre. Polanski ha adoptado sin reservas el manual del populismo de izquierdas que ya utilizaron antes que él otros líderes europeos como Alexis Tsipras, Pablo Iglesias o Jean-Luc Mélenchon. Y por ahora le está funcionando: el Partido Verde, que durante 14 años solo tuvo una diputada nacional, está a punto de empatar en las encuestas con los laboristas del primer ministro Keir Starmer, en crisis por sus políticas de recortes y su giro conservador.
Polanski ha definido abiertamente su estrategia como “eco-populista”. Su objetivo es conectar emocionalmente con el electorado desencantado con los partidos tradicionales, dejando atrás la política de “estadísticas y hojas de cálculo” del Partido Verde, que, en palabras del periodista Owen Jones, tiene “reputación de ser extremadamente de clase media. Ahora Polanski quiere canalizar “la ira de la gente”, un objetivo que hasta ahora está consiguiendo Reform, en primera posición en todas las encuestas. Miles de nuevos militantes se han unido al Partido Verde desde la elección de Polanski, alcanzando los 175.000 miembros.
El ecopopulismo de Polanski se traduce en una apuesta por el “socialismo, redistribuir la riqueza para financiar los servicios públicos”. Unas palabras que recuerdan poderosamente a la exitosa campaña de Zohran Mamdani por la alcaldía de Nueva York. El ecologismo sigue siendo central en la agenda del Partido Verde, pero lejos de la culpabilización de los ciudadanos. “Estoy enfadado porque el gobierno espera que los más pobres de este país sean quienes den el paso hacia las cero emisiones netas, esperando que la gente instale bombas de calor”, ha dicho Polanski, que en cambio defiende financiar la transición verde con impuestos a los más ricos, una propuesta de la que los laboristas no quieren oír hablar.
La estrategia de Polanski pasa por atraer electores laboristas decepcionados, pero no se cierra a captar el voto de abstencionistas, conservadores o incluso votantes de Reform, a los que se cuida de criticar. “Creo que muchos de ellos están solo desilusionados con el establishment político y quieren ver cómo bajan las facturas, quieren ver servicios públicos y quieren políticos que escuchen de verdad”, dijo en una entrevista. Al mismo tiempo, el diputado ecologista se opone frontalmente a la retórica xenófoba de Farage y a su postura anti-inmigración. Polanski grabó un vídeo en una playa de Inglaterra para denunciar la obsesión con las embarcaciones de migrantes que llegan en situación irregular. “El problema son los súper ricos y sus yates”, afirma en el vídeo.
Polanski quiere atraer a electores de todos los colores con propuestas como nacionalizar las compañías de agua y energía para bajar las facturas, más vivienda asequible y una renta básica universal. En el terreno internacional, el nuevo líder ecologista – judío y gay – se opone al incremento del gasto militar, ha denunciado con fuerza el genocidio en Gaza e incluso defiende la salida de Reino Unido de la OTAN. Ideas muy similares a las que llevaron a Jeremy Corbyn al liderazgo del Partido Laborista en 2015.
Una de las amenazas a las que se enfrenta Polanski es justamente la división de la izquierda. Corbyn y la diputada Zarah Sultana – suspendida del Partido Laborista por votar en contra de los recortes de Starmer – han creado Your Party, una formación que pretende competir por la izquierda con los laboristas… igual que Polanski. Según las encuestas, el nuevo partido podría atraer un 20% del voto. Sin embargo, los enfrentamientos entre Corbyn y Sultana han arrojado dudas sobre el futuro de Your Party, que celebró su conferencia inaugural el pasado fin de semana. Polanski y Corbyn se verán forzados a colaborar si no quieren que su división eche por tierra las esperanzas despertadas en la debilitada izquierda británica.
El meteórico ascenso de Polanski demuestra que la hegemonía de la ultraderecha no es un destino inevitable, ni siquiera con un gobierno que, bajo al etiqueta del laborismo, está llevando a la práctica buena parte de la agenda antiinmigración de Farage – una estrategia para parar el crecimiento de la ultraderecha que ha fallado en todas partes, como demuestra esta investigación sobre 12 países europeos.
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