Este lunes por la mañana, a las 6.32, en el Mediterráneo Central a 40 millas al sur de Lampedusa, el buque Aita Mari ha llevado a cabo un rescate de 26 personas; diez adultos de los cuales tres eran mujeres (una es la madre del bebe y otra está embarazada) y siete hombres, un bebé y quince menores de edad, según ha informado SMH. Se trata de la decimoséptima y última misión de rescate de 2025. Partió el pasado jueves del puerto valenciano de Sagunt.

Según los primeros datos recogidos de las personas asistidas, los países de procedencia son Somalia, Etiopía y Sudan. Las personas rescatadas se encuentras a salvo y están recibiendo la asistencia humanitaria a bordo del Aita Mari. Durante el rescate la embarcación Louise Michel ha prestado ayuda en el lugar facilitando las labores de rescate.

Desviados a las inmediaciones de Roma

Finalmente, el puerto asignado por las autoridades italianas es Civitavecchia (Roma) a dos días de navegación de su posición actual. «La política de asignación de puertos lejos de la zona de rescate supone reducir los recursos de salvamento y los testigos de la violación de derechos humanos en esta zona del Mediterráneo», ha denunciado SMH.

«Una vez más, hemos podido ser testigos de la violencia que se ejerce en las fronteras exteriores europeas con total impunidad contra las personas migrantes», ha añadido.

«El marco legislativo que propicia el pacto migratorio europeo pretende hacer pasar como legales hechos que son intrínsecamente contrarios a las más elementales normas de Derecho internacional: negar la obligación de prestar ayuda a personas en situación de riesgo vital», ha subrayado.

Acuerdos con estados fallidos

«Más aún se consideran socios sólidos a terceros países en la lucha contra el tráfico de personas y la migración irregular a estados fallidos con múltiples denuncias contra los derechos de estas personas a estados como Libia o Túnez. La organización Refugees in Libia ha dado testimonio incluso en el Parlamento Europeo de las detenciones arbitrarias, torturas, malos tratos, violaciones y situación de esclavitud que sufren las personas migrantes en esos países sin que la Comisión Europea modifique las condiciones para entregarles las partidas millonarias en concepto de lucha contra la inmigración irregular», ha destacado.

«Tras diez años de estar presentes en las fronteras exteriores de la UE, SMH no ha podido apreciar en este tiempo una mejora en el trato a las personas migrantes, más bien al contrario, las nuevas medidas que se implementan en esos espacios de ‘no derechos’ son la criminalización y deshumanización de las personas migrantes y la de las entidades que las prestamos ayuda humanitaria», ha concluido.