The Base, la red terrorista ultra que quiere colapsar Occidente con atentados, llega a España
La primera célula desmantelada en nuestro país estaba formada por tres individuos que disponían de armas, munición y entrenamiento paramilitar para perpetrar ataques de forma inminente El jefe del grupo, de sólo 24 años, tenía contacto directo con el líder mundial de la organización, Rinaldo Nazzaro, que se oculta en Moscú tras huir de Estados Unidos
ABC, , 02-12-2025Tienen problemas de socialización, por lo general son jóvenes, proceden del mundo de la ultraderecha, odian a judíos, musulmanes, negros, homosexuales, antifascistas, a los partidos políticos y a las Fuerzas de Seguridad. En The Base, una organización terrorista que funciona con células independientes asentadas en cada país, encuentran una hermandad, donde a través de canales informáticos cifrados se comparte todo: desde manuales de explosivos, a otros de guerrilla, propaganda o cursos para fabricar armas con impresoras 3D. En 2011 la red actuó por primera vez en Europa, en concreto en Oslo. Y como era de esperar ya ha llegado a España, donde la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía ha desarticulado por primera vez uno de estos grupos, que ya tenía armas de fuego, munición y sin duda la determinación de atentar. La operación, por tanto, era inaplazable.
The Base nació en Estados Unidos, donde ha crecido de forma exponencial en los últimos años, al mismo ritmo que sus atentados. Se trata de una organización supremacista y ‘aceleracionista’; es decir, consideran que la inmigración y el multiculturalismo han provocado la decadencia de Occidente, de modo que lo que hay que hacer es adelantar su final con atentados que provoquen el caos en nuestras sociedades. Quieren, en suma, crear un ‘etnoestado’ blanco.
El discurso cae en terreno abonado en ambientes de la ultraderecha, donde no son pocos los jóvenes desarraigados, solitarios y violentos que ven la oportunidad de hacer ‘algo importante’ en su vida. Normalmente comienzan en esos grupos ultras cuyas actividades, sin embargo, no les llenan por considerarlas demasiado blandas. De ahí pueden pasar a enrolarse en las peñas más radicales del fútbol, donde protagonizan actos violentos. El siguiente paso es el de cometer algunos ataques más serios, con daños a los colectivos que consideran sus enemigos, y el último estadio es The Base, adonde llegan captados a través de internet y donde viven un proceso de ‘superradicalización’ que les lleva al convencimiento de que tienen que perpetrar atentados de envergadura para acabar con la insoportable decadencia
Este es el proceso, a grandes rasgos, que han sufrido los tres españoles detenidos en Castellón por los delitos de pertenencia a organización terrorista, captación, adoctrinamiento y adiestramiento con fines terroristas, además de tenencia ilícita de armas. Tienen 48, 25 y 24 años, respectivamente, eran ya conocidos por los servicios de información policiales desde hace años tienen antecedentes por lesiones, incendios y contra los derechos fundamentales y quien lideraba la célula era, paradójicamente, el benjamín del grupo, más que nada por ser el que mejor se manejaba en internet, que era clave para su funcionamiento.
Los tres llevaban una vida muy austera y su medio de vida eran los empleos que les salían en Empresas de Trabajo Temporal (ETT). Aun así consiguieron dinero suficiente para pagar las armas y su correspondiente munición, de un nivel similar al que puedan tener organizaciones del segundo escalón del narcotráfico.
La primera alerta de las actividades criminales se tuvo a través del seguimiento que se hace en las redes para detectar a organizaciones terroristas. Antes de llegar al grupo se había actuado contra otros individuos que daban los primeros pasos para constituir una célula estable, pero en esta ocasión se comprobó que estaba mucho más organizada. La consideración de The Base como grupo terrorista por la Unión Europea (UE) facilitaba las cosas, porque hasta entonces estos casos se acababan instruyendo como un mero delito de odio, cuando la peligrosidad del fenómeno es muy alta.
Contacto directo
Tras meses de intenso trabajo, en febrero se judicializó la investigación al detectarse que las actividades de los sospechosos iban ‘in crescendo’. Los agentes encargados del caso detectaron la compra de armas a través de internet, además de actividades de captación. Y lo que era aún más preocupante: el líder de la célula mantenía contacto directo con Rinaldo Nazzaro, el fundador de la organización terrorista creada en 2018 que tuvo que huir de Estados Unidos para no ser detenido y que se afincó en Rusia.
Los seguimientos de los sospechosos eran complicados, porque al vivir en barrios de las afueras de localidades sin mucho movimiento sabían detectar cualquier presencia no habitual o coches que no solían circular por allí. Cuando eso ocurría tomaban sus precauciones. Aun así, los agentes de la CGI consiguieron detectarlos en dos ocasiones cuando realizaban entrenamiento militar, en naves abandonadas.
Los que les observaban discretamente se percataron de inmediato de que ese entrenamiento era bastante exigente, con entradas en los inmuebles simulando que estaban en combate, y la práctica de otras técnicas para conseguir la mayor letalidad posible en el momento del atentado. Por si fuera poco, en los últimos meses habían endurecido su discurso radical, alentando a llevar a cabo atentados. Tampoco tenían inconveniente a la hora de mostrar su disposición a perpetrar ataques selectivos para la causa.
La alerta de la Policía ya estaba muy alta, pero la gota que hizo que la operación se precipitara fue el llamamiento realizado hace un mes por Rinaldo Nazzaro a todas las células de The Base para que ejecutaran atentados con el objetivo de colapsar las instituciones democráticas occidentales.
Rinaldo Nazzaro, de 46 años, fundador de The Base, usa también los alias de Norman Spear y Roman Wolf. Tras saberse investigado por el FBI, hace dos años se fue de Nueva York a San Petersburgo para eludir la acción de la justicia. Un vídeo publicado en internet en marzo de 2019 muestra a Nazzaro en Rusia vistiendo una camiseta con una imagen del presidente Vladímir Putin junto con las palabras ‘Rusia: poder absoluto’. Casado en el 2012 con una ciudadana rusa según algunas informaciones vivirían en una propiedad de lujo en el centro de San Petersburgo, Nazzaro difundió imágenes y vídeos del grupo ilegal británico National Action, elogió a Al Qaeda y solicitó voluntarios para diversos trabajos.
Con todos estos elementos sobre la mesa, el titular del Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Antonio Piña, autorizó la explotación de la operación, que se llevó a cabo en la madrugada del martes de la semana pasada. En ella, además de las tres detenciones, se realizaron cinco registros, todos ellos en la provincia de Castellón. Se intervinieron nueve armas, dos de ellas de fuego, munición, más de una veintena de armas blancas, un completo equipamiento táctico militar que utilizaban en las actividades de capacitación, material y documentación de carácter ‘aceleracionista’ y supremacista, propaganda de The Base, parafernalia neonazi y documentación que ensalzaba otras organizaciones terroristas.
El líder de la célula española está en prisión incondicional y fuentes policiales consultadas por ABC alertan de que The Base es un fenómeno terrorista que «sin duda, va a crecer, porque en estos momentos la polarización de la sociedad es muy fuerte». Recuerdan en este sentido que la operación de la CGI es la tercera que se hace en Europa, tras las realizadas en Italia y Holanda. Europol, por su parte, ha pedido a todas las policías europeas que extremen la vigilancia y los controles, porque se trata de un fenómeno en auge. Así que no será la última vez que se oiga el nombre de The Base en España.
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