Sirimiri: Las peligrosas raíces de una enredadera

Jornada de sol durante todo el día y de encendido de las luces de Navidad al atardecer

Diario Vasco, DV, 29-11-2025

Cuidado de alcorques

Escribe Baltasar de la Hera: «En Donostia hay muchos y variados árboles que crecen hasta cotas inesperadas sin poder controlar ni mantener el estado actual de los mismos a pesar del alto grado de conocimiento arbóreo que presume el equipo de conservación municipal. Alcorques hay de todos los tipos, modelo de materiales y circunstancias: hay árboles sin alcorque, que ocasionan barrizales y tropiezos, otros son las raíces del árbol las que hacen la función, –calle Urbieta–, los hay de asfalto de color, también hay alcorques sin haber árbol –una rareza, en Aiete–, y lo más normal son rejillas metálicas. En la calle Matia las hay con, sin y de una sola pieza, en la calle Hondarribia las piezas de fundición se alzan con la tierra y raíces sobre el nivel de la acera mas de 10 centímetros. Un desbarajuste, descuido por parte de Mantenimiento Urbano, que necesita más revisión. La atención que se afronte por calles será costosa, pero si no por los árboles, permitirá mejorar por la seguridad de los peatones, por la imagen de ciudad, en fin, para que la savia natural de los árboles circule. También se espera que la ‘otra sabia’, la nueva municipal en el Ayuntamiento, arregle, repare y ajuste esos elementos de los árboles para la seguridad de los ciudadanos y la imagen de la ciudad».

Linchamientos

María Jesús comenta: «Contestando a J. Gaviria, no son 40 los chicos que duermen en la calle, sino 400. Y muchos de ellos la única comida caliente que reciben al día es la de las cenas solidarias. La mayoría de estos chicos están estudiando, primero el idioma y luego cursos profesionales de Lanbide, la ESO o ciclos formativos, deseando encontrar un puesto de trabajo. Por supuesto que existe un porcentaje mínimo de ellos que delinquen, indudablemente, y está muy bien que haya aumentado la presencia policial. En más de una ocasión, el Gobierno central y el Gobierno Vasco han desmentido la afirmación ‘delincuencia igual a inmigración’. Vemos continuamente a qué situaciones puede llevar esta afirmación en diferentes lugares de España. Aquí ha habido también linchamientos de inmigrantes por grupos de jóvenes de Donosti, concretados en el destrozo de las tiendas de campaña y alguna paliza. El Servicio Social del Ayuntamiento hace un seguimiento de estos chicos inmigrantes y cuando se ve una actitud positiva durante año y medio, se les busca un alojamiento. Para poder obtener un contrato de trabajo tiene que constar su estancia de 2 años, por lo cual tampoco pueden hacer prácticas en empresas, norma absurda teniendo en cuenta la falta de mano de obra en muchas empresas. Entendemos la escasez de recursos y aplaudimos el aumento del gasto social en los presupuestos municipales, pero le rogamos al nuevo Alcalde que revise el protocolo de apertura del albergue de Igeldo, que no hace muchos años se mantenía abierto durante el invierno hasta el 31 de marzo. Si tuviéramos un poco de empatía, seríamos conscientes de lo que supone dormir en la calle con 7º de temperatura, sin esperar al riesgo de heladas, cosa poco habitual en Donosti».

Desahucio

Apunta Julián: «No doy crédito de que haya varias asociaciones que pidan ‘una alternativa ocupacional’ a los delincuentes que moran desde hace años en el edificio de los Agustinos de Martutene, que pretende ser rehabilitado como equipamiento de formación para jóvenes. Nos hablan de personas ‘vulnerables’. Bueno, tan ‘vulnerables’ que tienen acceso a magníficos abogados que son capaces de detener el desalojo del edificio. Igual esos letrados y esas asociaciones pueden acogerles en sus domicilios, darles de comer y aguantarles sus peleas».

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