El tráfico ilegal de los falsos menas: abandonados por sus padres en viaje turístico por Madrid

La Policía detecta a decenas de niños del Magreb que piden con esta treta reagrupar a toda su familia

ABC, Carlos Hidalgo, 27-11-2025

La Policía Nacional viene detectando en Madrid casos de menores extranjeros que son abandonados en España por sus padres para que puedan beneficiarse del sistema de acogida, que administran las comunidades autónomas. Fuentes consultadas por ABC muestran su preocupación por «el goteo incesante» de estos falsos menas. Aseguran que la finalidad de este ardid es doble: que los adolescentes gocen del sustento público durante varios años, a coste cero para sus progenitores; y que, al cumplir la mayoría de edad, soliciten la reagrupación familiar en territorio europeo.
El primer caso, explican, se dio hace alrededor de un lustro en Algeciras (Cádiz). «Ahora, vamos detectando casos, decenas de ellos», señala una fuente policial de vasta experiencia. La Brigada Provincial de Extranjería de Madrid está sintiendo los efectos de este abandono de menores que, sin llegar al colapso de las llegadas masivas por el aeropuerto de Barajas y las derivaciones de adolescentes desde las Islas Canarias, sí comienza a ser un problema.
«Lo que hacen es que llegan a España con sus padres como si fuesen turistas, con el visado correspondiente, normalmente en avión, desde Marruecos y Argelia. Luego, le dicen al niño que se acerque a una comisaría de Policía y que explique que ha venido solo a España, en patera o del modo que sea», añade. En ese mismo momento, puede decirse que el joven entra en el sistema de protección de la Comunidad de Madrid, siendo derivado a una de las plazas de acogida para menores extranjeros no acompañados, los conocidos como menas.

«Es un goteo constante y vamos detectando casos. Su objetivo es que vienen aquí, los progenitores no gastan en su educación ni en vestirlos ni darlos de comer. A los seis meses de encontrarse bajo custodia del Ejecutivo regional, obtienen la tarjeta de residencia. Y, cuando cumplen los 18 años, pueden pedir que venga el resto de su familia a instalarse en el país», detalla. Eso sí, por lo general, el perfil de estos chicos dista del que a veces salta a las páginas de sucesos: «Suelen ser familias de clase media o media alta en el Magreb, y ellos no son especialmente problemáticos; no estamos hablando de los menas que se dedican en España a cometer atracos ni nada por el estilo. No están asociados a la delincuencia».
Consideran los agentes especializados que, de alguna manera, el primer caso, el de Algeciras, sirvió como «efecto llamada»: «Aquello salió bien y se ha corrido la voz». La cuestión es que estos menores, cuando se encuentran en el recurso social, suelen llamar a sus casas para poner a los padres al tanto. «Los hay que afirman a la Policía que han llegado en patera, lo cual es falso. En otras ocasiones, les solicitamos el contacto de sus padres y los llamamos. Si siguen en Madrid, a los adultos los detenemos por abandono de menores». Pero, de algún modo, es la pescadilla que se muerde la cola, pues, al no ser aptos para cuidar de sus hijos (por razones obvias), la administración se sigue haciendo cargo de los menores. «Los progenitores que son arrestados, tras pasar a disposición judicial, son puestos en libertad y, rápidamente, vuelven a su país», lo que redunda en la impunidad de estos ilícitos.
Existe otro problema añadido: «Lo ideal sería poder incluir la acusación de favorecimiento de la inmigración ilegal, pero está asociado al ánimo de lucro, pero la Fiscalía no considera que exista esa agravante», se quejan las fuentes consultadas.
Esta situación que existe ahora en Madrid ya se ha visto en otras comunidades autónomas, como Canarias, Baleares, País Vasco y Cataluña. Uno de los casos más recientes ha ocurrido en Tarragona, donde se ha detenido a treinta padres y madres que dejaron a sus hijos a las puertas de comisaría y de centros de menores. En ningún caso eran niños no acompañados. La Comunidad de Madrid también se ha implicado en la denuncia de los falsos menas.

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