Como cada año, todo comenzó pasadas las 4.00 horas, cuando la Feria de 2006 apagó sus farolillos y los melillenses más rezagados apuraban las copas antes de irse a sus casas. Entonces comenzaba el día para las decenas de marroquíes que se aventuraban ocultándose entre las atracciones feriales para llegar a la Península como polizones, y también comenzaba una dura jornada para los agentes de la Policía Local, la Policía Nacional y la Guardia Civil que se encargaban de evitar que consiguieran su objetivo.

En total, los agentes actuantes identificaron a 80 personas, aunque sólo una docena de ellas estaban ocultas en las distintas atracciones feriales – nueve menores – , una cifra muy inferior a la de años anteriores, en los que se computó un número mucho mayor de interceptados. Y es que el nuevo sistema de detección de pulso puesto a disposición de la Guardia Civil en la zona de embarque hace prácticamente imposible que alguno consiga llegar a los buques con destino a la Península.

Cordón policial

Desde un primer momento, «la fuerza actuante ha establecido un cordón policial para impedir el posible acceso y ocultarse en los enseres y maquinarias de las atracciones feriales y se ha procedido a realizar una inspección exhaustiva de estos», según la Delegación del Gobierno.

El segundo dispositivo, situado en la zona de embarque del puerto, ha contado con la participación de 50 agentes de la Guardia Civil, que se ha visto reforzada en recursos humanos para la ocasión. Allí se interceptó a nueve de los doce que se ocultaron.

Este control concluirá hoy al mediodía coincidiendo con el último embarque de los camiones que transportan las atracciones feriales que restan – el 60 por ciento de las totales – dado que, hasta el momento, sólo se ha efectuado el 40 por ciento.