Uno de cada cinco permisos de trabajo a extranjeros en Gipuzkoa se hacen ya en origen

Desde que Euskadi asumió en julio esta competencia se han tramitado 2.500 expedientes, 500 de ellos en origen

Diario Vasco, Beñat Arnaiz, 26-11-2025

2025 está siendo un año novedoso para los extranjeros residentes en Euskadi por los cambios que se han dado en las regularizaciones tras el nuevo … reglamento de Extranjería que entró en vigor en mayo, y en su acceso al mundo laboral después de que el Gobierno Vasco asumiera el 1 de julio la competencia para gestionar los permisos de trabajo. Esta última modificación está permitiendo contar a las instituciones autonómicas con una visión «más cercana» de la situación socioeconómica del territorio y el departamento de Trabajo y Seguridad Social ha tramitado en poco más de cuatro meses 2.500 expedientes de solicitudes de permisos de trabajo en Gipuzkoa, de los cuales una quinta parte, 500, corresponden a autorizaciones que ha realizado para contrataciones en origen. Son cifras dirigidas a combatir la falta de mano de obra que padecen muchos sectores ahora y durante los próximos años no solo en Gipuzkoa, donde la población extranjera aumenta continuamente, sino también en Europa al considerarse un fenómeno que afecta a todo nuestro entorno.

Mariví Portugal, directora de Trabajo y Seguridad Social del Gobierno Vasco y que participará hoy en la ponencia ‘Transferencia de los permisos de trabajo para personas extranjeras’ que organiza Cáritas en la Cámara de Gipuzkoa, transmite que esta nueva competencia «nos permite tener una visión más real de la mano de obra que se demanda, tanto a través de las contrataciones en origen –autorizaciones– como de las personas que ya están aquí y tienen un arraigo sociolaboral o socioformativo». En Euskadi las solicitudes tramitadas para obtener el permiso de trabajo alcanzan los 8.000 en el mismo período de tiempo, de las cuales 1.200 son autorizaciones en origen, lo que supone un porcentaje menor (15%) respecto al dato guipuzcoano (20%).

Al ser una competencia recién adquirida, «tenemos datos absolutos y conocemos la realidad, pero no contamos con comparativas sobre los anteriores años», explica Portugal, que traslada que las cifras actuales se encuentran en un escenario en el que ha habido un ‘boom’ de regularizaciones en las oficinas de Extranjería, que no ha sufrido modificaciones y siguen a cargo del Estado –Euskadi gestiona los permisos de trabajo y España las regularizaciones–. «En el momento en que se negociaron las transferencias había unas estimaciones que tampoco eran fiables porque la nueva normativa iba a dar lugar a lo que se ha producido, una subida exponencial», pero admite que «nosotros estamos teniendo valores totales que nos están desconcertando un poco porque el número es elevado».

Todo ello en un contexto en el que la necesidad de mano de obra por parte de las empresas vascas para los años venideros es acuciante. Se calcula que durante la próxima década harán falta 10.000 trabajadores extranjeros cada año para cubrir el déficit de profesionales. Sucede en una sociedad en la que la llegada de foráneos equilibra el saldo vegetativo negativo y hace crecer la población.

Muestra de ello son los 733.700 habitantes que se registraron en Gipuzkoa según la última estadística, un nuevo récord; y que en mayo de este año la Seguridad Social en Euskadi superó la barrera de los 100.000 afiliados extranjeros sobre el 1.029.149 del total, lo que representa ya casi el 10%. Por poner en contexto, en mayo de 2015, diez años antes, los extranjeros afiliados a la Seguridad Social rozaban los 50.000, menos de la mitad de ahora.

En ese tiempo la presencia de foráneos en el sector del transporte se ha disparado un 267%, y ahora son otros los sectores que lideran la captación de esta población. «Hay un número importante de personas que obtienen el permiso de trabajo y son empleados del hogar, que trabajan en la hostelería o también en el sector de la construcción», donde trabajan en torno al 15% de extranjeros en Gipuzkoa, según datos de la Seguridad Social.

En este último sector, «muchos» de los casos son autorizaciones de trabajo en origen. Es decir, de personas que están en su país y reciben la autorización para trabajar y residir –este trámite es de Extranjería– en una empresa concreta. Es un permiso temporal. Para estas circunstancias, las autorizaciones en origen están únicamente reservadas para aquellas profesiones que están en el catálogo de profesiones de difícil cobertura o que, al menos, la empresa en cuestión haya intentado cubrir el puesto y no lo haya conseguido. Esa es una de las excepciones, que la oferta de trabajo haya sido publicada antes en Lanbide sin haber sido cubierta, y la otra es que se trate de inmigrantes de países que disponen de un acuerdo con España.

De todos modos, hay casuísticas de todo tipo porque «vemos la necesidad de mano de obra en todas las escalas, y en menor medida también hay un número de personas extranjeras que crean su propio negocio».

La directora de Trabajo y Seguridad Social recuerda que se trata de personas que «están con nosotros de forma legal. Estamos regularizando el mercado de trabajo y hablamos de personas que vienen ya con un contrato o que si están aquí han seguido un camino para poder trabajar».

Según recoge el proyecto de Presupuestos del Gobierno Vasco para 2026, la previsión es que el próximo año se rebasen las 27.000 solicitudes de permisos de empleo, 2.840 en origen y 24.240 a través de fórmulas de arraigo para inmigrantes que ya están en Euskadi. Estos últimos han visto facilitada su regularización porque el nuevo reglamento de Extranjería instaurado el 20 de mayo facilita obtener los papeles, ya que ha reducido de tres a dos años la exigencia de empadronamiento previo, admite las jornadas parciales que superen las 20 horas –antes eran 30– y es suficiente que el contrato garantice retribuciones proporcionales al salario mínimo interprofesional (SMI).

Solicitudes de permisos de trabajo ha recibido en Gipuzkoa el Gobierno Vasco desde que asumió la competencia el 1 de julio. Una quinta parte de ellas son autorizaciones en origen. Sobre los datos de Euskadi, el total es de 8.000 y 1.200 en origen.

El Gobierno Vasco tiene entre manos una materia nueva y está tratando de «captar la inquietud y las necesidades de los sectores y el personal implicado» en la falta de mano de obra. En ese contexto, Cáritas ha organizado para esta mañana en la sede de la Cámara de Gipuzkoa en Donostia (de 9.00 a 10.00) una jornada entre los diversos agentes involucrados en la transferencia a Euskadi de los permisos de trabajo. La ponencia irá a cargo de Víctor Monreal, delegado territorial de Trabajo y Seguridad Social; y posteriormente Mariví Portugal participará en una mesa redonda junto a Aintzane Uriguen, directora de la Fundación Zorroaga; Txema Muñoz, gerente de la empresa Campezo Obras y Servicios; y Jon Telletxea, responsable de Acción Social de Cáritas Gipuzkoa. Portugal adelanta que «estamos engranando todas las piezas y queremos transmitir que esperamos que el resultado se vea muy próximamente y que facilite, con el conocimiento del mercado que podemos aportar nosotros, la agilización en los plazos que se tramitan los expedientes», aunque aclara que «la competencia que tenemos no es plena y nosotros no somos los gestores de los expedientes». Poner en funcionamiento todo el sistema está requiriendo mucho trabajo porque «nosotros entramos el 1 de julio a ser los competentes de una transferencia que se nos dio en mayo, es decir, con muy poco plazo, y fundamentalmente estos meses estamos poniendo en marcha todos los dispositivos que son necesarios para llevarlo a efecto. Estamos aprendiendo y centrándonos en qué es lo que podemos hacer para que se agilicen las tramitaciones». El objetivo es «reducir los plazos, pero insisto que son expedientes compartidos». Añade que aunque es «pronto» para hacer un primer balance, «estamos intentando hacer los deberes como podemos y en Gipuzkoa el impulso está siendo importante, parece que se está reaccionando bien y acortando los plazos». Resume que, en definitiva, «facilitamos el acceso al empleo de personas extranjeras, lo que significa mano de obra para las empresas».

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