Movilización masiva en Gipuzkoa contra la violencia machista

La jornada del 25N reúne a miles de personas en las calles del territorio para denunciar que las agresiones contra las mujeres se sostienen gracias a «redes de complicidad y silencio»

Diario Vasco, Ion M. Taus, 25-11-2025

Ni la lluvia, ni el viento, ni el granizo que cayó por momentos frenó el clamor de los guipuzcoanos contras la violencia machista. Miles de … personas se movilizaron este martes en diferentes localidades con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, con una manifestación en San Sebastián como eje principal de las diferentes convocatorias del territorio.

La hora de la marcha llegó a la capital con un tiempo de perros. Aun así, antes del arranque de la marcha dejó de llover y decenas de personas aguardaban ya en el Boulevard. Con el paso de los minutos, el número creció y varios centenares de ciudadanos volvieron a teñir de morado las calles de la capital. «Es nuestra obligación moral estar aquí», explicaba la profesora Ana Calatayud, recién llegada con un grupo de docentes de la Comunidad Valenciana, convencida de que «educar en igualdad es la solución desde la raíz».

La marcha partió a las 19.00 horas encabezada por una pancarta con el lema ‘Konplizitate sareen aurrean, erresistentzia feminista. Vuestra hipocresía es violencia’, mientras una batucada marcaba el ritmo a lo largo del recorrido por las calles Hernani, Avenida de la Libertad y República Argentina, y levantaba el ánimo pese al frío y el viento. A lo largo de la marcha sonaron consignas como ‘Gora borroka feminista’, ‘Ez, ez, ez, erasorik ez’ y ‘Ni una menos, vivas nos queremos’, coreadas por grupos de jóvenes, familias, cuadrillas y personas mayores. «Hay que venir a todas las marchas», decía Manu González Baragaña, convencido de que esta lucha «es una batalla cultural que tenemos que ganar».

El manifiesto leído al final de la marcha en el kiosko del Boulevard denunció que la violencia machista se sostiene gracias a «redes de complicidad y silencio» y a estructuras «capitalistas, cisheteropatriarcales, racistas y colonialistas» que perpetúan la desigualdad. El Movimiento Feminista recordó a las mujeres asesinadas este año y extendió su solidaridad a las feministas palestinas, saharauis y sudanesas. Alertó del auge del antifeminismo y de la impunidad con la que se difunden «mensajes misóginos, tránsfobos y fascistas» en redes y medios de comunicación. También criticó que muchos utilicen el feminismo «para encubrir discursos de odio» y denunció las agresiones sufridas por colectivos feministas en distintos puntos de Euskal Herria. El texto defendió «el derecho a un aborto libre, gratuito y público» y reclamó la derogación de leyes que considera lesivas para las mujeres, como la Ley de Extranjería. El manifiesto concluyó llamando a reforzar la «resistencia feminista» y a responder a las redes de complicidad patriarcal con «redes de complicidad feminista que luchen contra ellas».

El acto de Donostia volvió a ser el más multitudinario del territorio, pero la respuesta se extendió por toda Gipuzkoa. Arrasate, Beasain, Eibar, Tolosa, Lasarte – Oria, Errenteria, Irun, Zumarraga y Urretxu celebraron sus propias concentraciones, muchas de ellas previas a la cita principal. En numerosos ayuntamientos se colgaron pancartas, se improvisaron minutos de silencio y se organizaron pequeños actos. «Estamos todos unidos, o al menos deberíamos estarlo», afirmaba Lourdes Abalde, que insistía en que «hay que modificar las leyes para que quien ejerce violencia se lo piense dos veces».

La jornada llegó atravesada por cifras duras. Osakidetza atendió el pasado año a 2.121 mujeres víctimas de violencia de género, casi seis al día y un 3,2% más que en 2023. De ellas, 374 fueron víctimas de agresión sexual, con un dato especialmente alarmante: cuatro de cada diez eran menores de edad. Gipuzkoa registró 599 casos, un aumento del 16,7%, el mayor de la CAV. En Bizkaia fueron 1.202 y en Araba 320. La violencia se detectó en Urgencias (1.041 casos), Atención Primaria (1.003) y Atención Hospitalaria (77).

Las manifestantes miraban estos números con preocupación. «No podemos permitir que haya mujeres dentro del sistema de protección que acaban asesinadas», denunciaba Mónica Zúñiga, de Gipuzkoa Feminista Elkartea. «Tenemos 83 feminicidios este año, y seguimos discutiendo si las instituciones están atendiendo como deben», lamentaba.

A esta tendencia se suma un fenómeno creciente que preocupa especialmente: la violencia machista afecta cada vez a mujeres más jóvenes. Una de cada tres víctimas que ingresa en Urrats, el centro foral de acogida inmediata para mujeres en situación de vulnerabilidad y riesgo alto, tiene entre 18 y 25 años. El servicio, de ubicación confidencial por motivos de seguridad, estrenó en febrero un nuevo espacio con 24 plazas para responder al aumento de demanda. «Estamos viendo un auge del pensamiento retrógrado entre adolescentes», alertaba Calatayud. En su trabajo como docente lo observa a diario: «Les llegan mensajes simplistas y sin filtro, no tienen herramientas para distinguir verdad de mentira». En esto incidía Zúñiga, ya que le «preocupa el clima de negacionismo en torno a la violencia machista, es otra forma de apoyar la violencia»

Paralelamente, estudios estatales muestran un repunte inquietante de actitudes machistas entre los varones jóvenes. Un 11% de los chicos de 16 a 21 años no identifica como agresión forzar a su pareja a mantener relaciones sexuales, y un 14% considera aceptable amenazarla o golpearla. Para González Baragaña, el fenómeno refleja una crisis más profunda: «Tenemos un problema de comunicación. No solo en este tema; también en el clima, la migración… No sabemos llegar a los jóvenes con mensajes claros».

Muchas mujeres mayores presentes en la marcha compartían una doble mirada doble de reconocimiento del camino recorrido junto a la inquietud por el presente. «Hemos avanzado muchísimo respecto a generaciones anteriores, lo vemos clarísimo, pero todavía quedan muchas cosas por hacer», recordaba Abalde. En esa línea, Carmen Herrero, del sindicato ESK, defendía que «muchos hombres ya creen en la igualdad, pero a algunos todavía les cuesta». Añadía que la discriminación continúa en ámbitos tan cotidianos como la maternidad o la conciliación laboral: «Las mujeres tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida».

También emergió en los testimonios el impacto de la migración, la educación y el choque cultural. «Hay personas que llegan sin haber sido educadas en el respeto a la mujer, y si no te respetan creen que eres suya», apuntaba Herrero. Insistía en que el mensaje del día debería ser claro y es que «la mujer no es un objeto».

Gipuzkoa ha afrontado este 25N con el recuerdo reciente de las expresiones más extremas de esta violencia: tres mujeres han sido asesinadas en el territorio en los dos últimos años a manos de sus parejas o exparejas. Se trata de Yoanna (53 años), Leonor (45) y Lourdes (47). En el conjunto de España, 38 mujeres han sido asesinadas en lo que va de 2025.

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