En el Partido Popular siguen convencidos de que pueden acaparar el voto de las mujeres decepcionadas con el PSOE tras esta legislatura. Alberto Núñez Feijóo, que ha ido conformando acuerdos con Vox por toda España, cree que las votantes no penalizarán sus acuerdos con la extrema derecha y que serán menos benevolentes con el PSOE tras los errores de las pulseras para maltratadores o los comentarios y actitudes del exministro José Luis Ábalos sobre las mujeres de su entorno. El líder popular se cree capaz de lograr un trasvase de apoyos desde Ferraz a Génova y por eso, en los prolegómenos del 25N, el líder del PP cerró un acto contra la violencia machista. “El PP ha liderado la lucha contra la violencia contra las mujeres. Este gobierno ha fallado a muchas mujeres”, sostenía durante su intervención.

En el evento, donde participaron altos cargos del partido junto a Ángela Carmona, jueza del juzgado nº3 de Sevilla y en el pasado presidenta del observatorio contra la violencia de género en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Feijóo quiso resaltar sus pilares políticos para combatir la violencia machista. El presidente popular resumió su parecer en dos ideas con las que, considera, las mujeres están más protegidas: expulsar a migrantes y derogar la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como ley del ‘solo sí es sí’, diseñada por el Ministerio de Igualdad de Irene Montero

El enfoque punitivista del Partido Popular compite con Vox. A medida que las encuestas alertan de que la ciudadanía se preocupa más por la seguridad, la derecha recrudece su discurso, y eso es lo que vino a demostrar Feijóo, dispuesto a “endurecer el castigo” sobre los delitos contra la libertad sexual. “Si el delincuente es español, se aumentarán las penas de cárcel; si es extranjero, además de esto, se le expulsará de España”, sostuvo. El gallego no puso sobre la mesa la prevención ni políticas sociales y puso hincapié en agravar las penas de los condenados.

Poner el foco en la migración como culpable de los males es un leitmotiv que el PP explota desde que constató el auge de Vox en las encuestas. En un documento con medidas contra la migración presentado en octubre, Feijóo ya defendió esta tesis: “La regla general será la expulsión ante condena por delitos especialmente graves o reincidencia dolosa en delitos menores”, sostiene el documento elaborado por el PP. La derecha insiste en vincular delincuencia a migración y pone el foco sobre los extranjeros a pesar de la falta de correlación entre las ideas.

La derogación de las leyes
Derogar la ley del solo sí es sí es otra de las grandes promesas de Feijóo: “Este Gobierno se ha vanagloriado de ser el más feminista de la historia, ha fallado a todas las víctimas. Pusieron en marcha la chapuza de la ley del solo sí es sí (…) con efecto devastador, porque ha quebrado la confianza de las mujeres en el sistema”, alegó. Desde el inicio de la legislatura, el PP se ha comprometido a “derogar el sanchismo” y sus leyes y esta es una de las que tienen marcadas en rojo.

El Partido Popular vio en el fallo de las pulseras para maltratadores otra falla en los principios progresistas, de ahí que desde entonces haya intentado por todos los medios presionar para lograr la dimisión de Ana Redondo, ministra de Igualdad. Sin éxito en sus embestidas, Feijóo intenta mantener el pulso sobre la cuestión y entre su batería de medidas futuribles, propone también una “auditoría completa” del sistema para “devolver la credibilidad” a todos los planes de vigilancia. Por último, otra de las medidas consistiría en “una ley integral de trata” para perseguir “la captación de personas cada vez más jóvenes por las redes sociales”.

Las medidas se intentaron apoyar con datos que han sido desmentidos en el pasado. “Las agresiones sexuales con penetración han aumentado un 231% desde 2018”, aseguró Feijóo, un dato que ya fue desmontado en el pasado por Newtral. A su vez, alertó de que “el conjunto de delitos contra la libertad sexual se ha incrementado un 62%”, un dato que no es rastreable y que no aparece en ningún informe. De nuevo, una fórmula a la que solía acostumbrar la extrema derecha, pero que ahora también forma parte del argumentario del PP.