La Región de Murcia cuenta con 250 plazas para la acogida de inmigrantes,
que por lo que reconoce el Gobierno socialista, son ya más de 1.500 los
llegados a la Comunidad en lo que va de año. Cataluña, esa región
solidaria y abierta, amante del 07 para el Tercer Mundo y base
incondicional de Greenpeace, sólo dispone de 48 literas para atender el
hambre de los que hasta allí arriban. Fíjense que, quiénes más tienen,
menos quieren acoger. ¿Curioso axioma? ¡No! Sencillamente la cara más dura
que el cemento armado. El socialismo se aleja a pasos agigantados del
concepto de solidaridad. Ha perdido el norte de la igualdad, del respeto a
las ideas, a la libertad y se acerca, cada día más, al abismo de la
intolerancia.