«Gallego» ya no significará «tonto» o «tartamudo»

La RAE eliminirá estas definiciones tras consultar a las Academias de

La Razón, 12-09-2006

madrid – La Real Academia de la Lengua Española (RAE) está estudiando la
posibilidad de eliminar de su diccionario (DRAE) las acepciones de
«gallego» como «tonto» o «tartamudo», tal como solicitó el Bloque
Nacionalista Galego al considerar estos significados «vejatorios y
peyorativos». Estas acepciones son utilizadas, según la RAE, en Costa Rica
y El Salvador como «usos particulares», por que lo que pedirá informes a
las Academias de ambos países para que determinen si apoyan la supresión
reivindicada por los nacionalistas.
   Así, tal como informó ayer el
Bloque Nacionalista Galego en un comunicado que hizo llegar a los medios
de comunicación, la Real Academia de la Lengua Española se comprometió a
remitir a la Secretaría Xeral de Política Lingüística las conclusiones de
las dos Academias latinoamericanas, de las que «se espera» una resolución
«favorable» a las reivindicaciones.
   El Bloque Nacionalista
Galego presentó el pasado 16 de abril una proposición no de ley en el
Congreso para que se eliminen del Diccionario de la Real Academia Española
(RAE) las acepciones del término «gallego» en las que este gentilicio
aparece como sinónimo de «tonto» y «tartamudo», por tratarse de una
«sinonimia prejuiciosa, estereotipada, vejatoria y peyorativa».
   Quinta y sexta acepción
   En concreto, el texto que
los nacionalistas presentaron para su debate en la Comisión de Cultura,
instaba al Gobierno a «hacer las gestiones oportunas» para que la RAE
retire estas acepciones de la última edición de su Diccionario de la
Lengua Española. En ella aparece como quinta acepción la definición de
gallego como «tonto» o «falto de entendimiento o razón», usada en Costa
Rica; y como sexta, la que identifica este gentilicio con «tartamudo»,
propia de El Salvador.
   Los nacionalistas gallegos recalcan, en la
exposición de motivos de su iniciativa, que la inclusión de estos
sinónimos peyorativos chocan con el propósito de «fijar las voces y
vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y
pureza», que inspiró la creación de la Real Academia Española en 1714. De
hecho, el Bloque recuerda que a principios del siglo XX la Academia ya
suprimió la definición de gallego como sinónimo de «bruto».
   El Bloque Nacionalista Galego admite que un diccionario debe recoger «los
usos más frecuentes del léxico en todos los territorios donde una lengua
esté presente», pero recalca que se ha de diferenciar «con rigor lo que es
denotativo de lo que es connotativo, prejuicioso o simplemente xenófobo o
discriminatorio».
   En opinión del grupo proponente, este «rigor»
debe tenerse incluso más presente «en el caso de los gentilicilios»,
porque «no puede darse acogida a significados o campos semánticos que sean
claramente atentatorios contra la dignidad y el respeto que todos los
pueblos merecen».
   No obstante, añade que, en el caso de que
estos significados no puedan «obviarse» por ser muy utilizados debe
especificarse que responden a un uso «coloquial, prejuicioso, vulgar o
chabacano».
   Además, los nacionalistas gallegos se quejan de que
las acepciones cuya supresión defiende ocupen los lugares quinto y sexto,
por delante de la que se refiere al idioma gallego, que ocupa el séptimo,
y que se define simplemente como «lengua de los gallegos».
   En el texto de la proposición no de ley que presentaron en el Congreso
de los Diputados, el BNG compara esta situación con la de la definición de
la palabra «catalán» en el diccionario de la Real Academia de la Lengua,
cuya referencia como lengua aparece en la tercera acepción y se la define
como «lengua romance vernácula que se habla en Cataluña y en otros
dominios de la antigua Corona de Aragón».
   «Catalán» y
«vasco» en la RAE
   Los nacionalistas gallegos, que echan en
falta estas referencias históricas y territoriales en la definición que
hace el diccionario de «gallego», recalcan que en el caso de los
gentilicios «catalán» y «vasco» «no figuran alusiones de carácter
vejatorio o prejuicioso», pese a que, en su opinión es sabido que «en este
contexto de irracionalismo, en el Estado español hay hablantes que
identificarían los dos gentilicios con acepciones indignas de figurar en
el diccionario de la lengua».
   «La ideología de una sociedad se
manifiesta de muy diversas maneras. El diccionario de su lengua no está
ajeno a ella. Pero está claro que los elaboradores de diccionarios
estándares tiene que poner un límite al tópico y al prejuicio», concluye
el Bloque Nacionalista Galego en la proposición que ante el Congreso de
los Diputados.
   

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