Campo de refugiados mauritano Entramos en Mbera, el parapeto de la inmigración en mitad del desierto: "Huimos escapando de la muerte, las violaciones y la deshonra"

Es la otra frontera, a escasos kilómetros de un Malí que se desangra entre Al Qaeda y los herederos de Wagner. Casi 300.000 personas viven allí y alrededores. "Los recién llegados, de no existir, irían a la costa directamente, a intentar llegar a Europa", dice un líder tribal

El Mundo, , 17-11-2025

En el campo de refugiados de Mbera hay una melancol�a que hace que nos olvidemos de la sonrisa de los ni�os. Ellos corren por doquier con sus camisetas del Real Madrid y del Barcelona cual conexi�n inmediata con el lugar de donde venimos. Sus madres tienen en sus ojos enormes l�grimas que no caen. Una resistencia tras huir de la masacre, de las violaciones, de las mutilaciones, del absoluto horror… Cada mirada de ellas es un pu�al en la memoria. Como la de la mujer en la habitaci�n, ojos de gacela, ropas multicolores iluminadas apenas por una luz que entra por un recoveco. �Ejecutaron a mi esposo�, suelta. Quiere permanecer an�nima. El relato de las voces femeninas es coral. La mujer de los ojos cristalinos observa un punto del suelo, como queriendo resucitar a su amor con el recuerdo…

TRAVES�A ENTRE AVIONES Y ARENA
Voy apuntando distancias para calcular el camino de ida y vuelta para contar su historia, para que no quede en el olvido. Unos 3.000 kil�metros en vuelo desde Madrid, con escala en Casablanca, para llegar a Nuakchot, la capital de Mauritania. Van dos trayectos. Hay que hacer noche en la ciudad para hacer un tercero. Coger un avi�n de las Naciones Unidascon direcci�n Nema, a 950 kil�metros, camino de la afilada punta que es la frontera con Mal�. Volamos en un Beechcraft 1900 Series. Pocas veces en �frica he volado en un avi�n tan confortable para llegar a un destino as�, entre la esperanza y desesperanza.

Desde all�, otros 250 kil�metros m�s entre las arenas que levantan como nubes los todoterrenos. El ch�fer parece por momentos conducir m�s por intuici�n que por certeza. La sangre bereber tiene la orientaci�n en los genes. En unas l�neas queda resumida una traves�a de m�s de 24 horas y 4.200 kil�metros. Mbera es un campo de refugiados con poblaci�n de ciudad. Es ya el proyecto de una urbe de refugiados construida en medio de dunas rec�nditas.

Reses y burros dominan el paisaje animal del campo de refugiados al sur este del pa�s africano.
Reses y burros dominan el paisaje animal del campo de refugiados al sur este del pa�s africano.MICHELE CATANI / UE / CR�NICA

Se estima que ya viven dentro, tras las �ltimas oleadas por el caos en Bamako y la legendaria Tombuct�, 136.000 personas. En los alrededores, otras 154.000, aunque algunos ya hablan de 173.000. Y subiendo. La capital maliense est� bajo asedio de Al Qaeda. El JNIM, o Grupo de Defensa del Islam y los Musulmanes, controla el acceso a la ciudad. No hay gasolina y, como medio pa�s tiene electricidad gracias a grupos electr�genos, apenas hay luz. Esa es la noticia de estos d�as. El c�ctel mort�fero lo completa la actuaci�n de los Africa Corps, los que tomaron el relevo de los Wagner del difunto Yevgeny Prigozhin, cuya crueldad compite con la de los yihadistas. Y huyendo de ambos llegan a Mbera.

ELLAS QUE SOBREVIVIERON A LAS BALAS
�Un d�a unos mataron a parte de mi familia; despu�s llegaron los otros y acabaron con el resto�, dice otra v�ctima. �Huimos escapando de la muerte, las violaciones y la deshonra�. Cada testimonio es m�s desgarrador que el anterior. Incluso los silencios, perdidos entre traductores de distintos dialectos, hablan de ese escapar de violaciones, de ser esclavos o mutilados. Sobrevivir aqu� es el verbo m�s recurrente.

�Tengo 68 a�os. Pens� morir en mi aldea. Lo ten�a todo. Y ahora estoy aqu� y doy gracias por sobrevivir. Por estar en paz. Por vivir�, dice Oumahani. Ha huido con sus dos hijas y sus cuatro nietos: una ni�a de 7 a�os, dos chiquillos de 5 y 3, y una beb� de apenas 4 meses. �Mataron a los hombres de la familia�, comenta, valiente. Sus ojos vibran mientras relata su pena. El sol ahonda sus ojeras.

El drama tiene rostro de mujer, la mayor�a. Aturdidas por lo vivido. Otras descubren la paz tras el infierno.
El drama tiene rostro de mujer, la mayor�a. Aturdidas por lo vivido. Otras descubren la paz tras el infierno.MART�N MUCHA / CR�NICA / EL MUNDO

En un camino r�pido por los alrededores, uno puede ver la dimensi�n de este campamento-ciudad. Entre los residentes que est�n dentro y en las inmediaciones suman en torno a 300.000 personas. Solo Nuakchot, la capital de Mauritania con 1,4 millones, la supera. La segunda urbe es Nuadib�, con cerca de 200.000. Aqu� hay ocho colegios, cuatro centros m�dicos, un gran mercado, una sede de la ONU dedicada a la migraci�n, un banco… Tambi�n hay espacio para acicalarse. Enumero una decena de peluquer�as. La m�sica suena. Aqu� reina TikTok. Las noticias desde Mal� son las peores. Una vez m�s.

En la frontera, la voz de la corresponsal de France 24 resuena al paso de los reci�n llegados. �Miles de malienses han huido hacia el oeste, a la frontera con Mauritania, durante las �ltimas dos semanas, debido al bloqueo impuesto por el grupo JNIM, vinculado a Al Qaeda, que contin�a aislando a las comunidades�, relata. Somos testigos directos de lo que pasa.De aquello que narran con sus c�maras 4K.

�Los reci�n llegados, de no existir Mbera, ir�an a la costa directamente, a intentar llegar a Europa�, dice un l�der tribal en conversaci�n con Cr�nica. Aqu� hay gentes que llevan m�s de una d�cada, estables y construyendo la futura ciudad, pero eso est� cambiando.

Para llegar desde Madrid se toman tres aviones. Se recorren 3.950 km por aire. M�s otros 250 km en todoterreno ya en tierra.INFOGRAF�AS: EMILIO AMADE / CR�NICA / EL MUNDO
—�Cree que los refugiados que arriban ahora intentan llegar a Europa?
—S�. Porque en el contexto de la inmigraci�n, todo lo relacionado con la falta de recursos en el campo fomenta ciertas ideas, unas que son realmente da�inas. Entre los j�venes hay un sentimiento de querer crecer, de cambiar, de ir a otro lugar… No solo poder comer. La situaci�n de refugiado no es una elecci�n.
—Este lugar es como una met�fora, un s�mbolo de una nueva frontera. Un parapeto…
—De no existir este lugar, intentar�an otra cosa: tomar la ruta de los traficantes, la de las mafias. El desempleo juvenil en los campamentos agrava la situaci�n. Lo agrava y fomenta ciertas mentalidades…

EL L�MITE FUERA DEL VALLADO
El per�metro vallado del campamento es de s�lo 9,7 kil�metros. Pero su extensi�n es muy superior. Desde Mbera uno ve la influencia del mundo de otra manera. Para algunos es lugar de paso; para otros, el lugar donde permanecer�n antes de ir a la capital. Mauritania es un pa�s en crecimiento, que hasta hoy ha podido controlar la llegada de vecinos con este campamento-ciudad. Pero est� llegando a su l�mite.

El embajador de la Uni�n Europea en Mauritania es el madrile�o Joaqu�n Tasso Vilallonga. Hace poco una delegaci�n de la UE visit� tambi�n el campamento de Mbera y localidades cercanas a la frontera. La UE es uno de los que m�s apoya a Mauritania. Es testigo directo de c�mo el campo de refugiados supera sus confines. �Por eso, la poblaci�n alrededor ya supera a los que viven dentro. Y hay un drama adicional: la situaci�n en el sur de Mal� es preocupante, ya que podr�a generar llegadas en otras regiones de Mauritania sin la infraestructura adecuada�, afirma Tasso.

Es una urbe de refugiados construida en medio de las dunas. Cada historia que cuentan es m�s desgarradora que la anterior…
Es una urbe de refugiados construida en medio de las dunas. Cada historia que cuentan es m�s desgarradora que la anterior…MICHELE CATANI / UE / CR�NICA / EL MUNDO

Felizmente, hay un factor que ayuda a la convivencia. �La hospitalidad mauritana y la proximidad cultural y �tnica entre las poblaciones fronterizas explican la buena acogida de los refugiados�. Pero hay m�s riesgos ante la amenaza de un �xodo masivo. Mauritania ha logrado contener el peligro terrorista hasta ahora, pero la llegada masiva de personas podr�a complicar la situaci�n…

La UE apoya al Gobierno de Mauritania abiertamente y le financia para reforzar la capacidad de contener la amenaza. El embajador enumera las acciones que est�n tomando: �Ayudamos a Mauritania en la acogida de refugiados y apoyamos a las poblaciones de acogida. En fortalecer la formaci�n profesional de los j�venes para mejorar su empleabilidad. Fomentar la migraci�n legal. Contribuir en aumentar la capacidad de Mauritania para combatir la trata de personas y las operaciones de b�squeda y rescate en el mar…�.

Por ahora, la pol�tica de la Uni�n Europea de ayudar a Mauritania ha contribuido tambi�n a aminorar el flujo de la ruta del Oeste de la inmigraci�n africana. �Ha reducido en un 60% el n�mero de barcos que llegan a Canarias este a�o�.

Lo confirma un l�der de Mbera. �El Estado mauritano est� vigilando lo que pasa aqu� para minimizar la inmigraci�n ilegal…�. Hay otra sensaci�n que confirman los que llevan mucho tiempo aqu�. �Gracias a Dios, los refugiados en Mauritania se dan cuenta de que est�n llegando a Mauritania�. Hay una coexistencia pac�fica en estos lares. A�n.

Recorremos escasos 75 kil�metros para llegar a la esquina misma de Mauritania, el puesto fronterizo de Fassala-Ner�. A menos de 500 metros, los soldados malienses enristran sus fusiles. Est�n en alerta roja. Como ha escrito Xavier Aldekoa, un gran conocedor de la regi�n: �Mal�, al borde del colapso. El grupo yihadista JNIM ha bloqueado el suministro de combustible y amenaza con conquistar la capital. Si Bamako cae, Al Qaeda reinar�a muy cerca (Mal� est� m�s cerca de Espa�a que Grecia)�. Las familias enteras llegan con sus animales, reses y burros, todo lo que tienen. En su ruta han visto camiones achicharrados. Uniformados de uno y otro bando descontrolados.

ELLA Y SUS OJOS
M�s miradas. Una ni�a con iris color marr�n oliva destaca entre otras. Est� enfadada. Observa la c�mara con una rabia in�dita. Contrasta con los otros peque�os que intentan jugar en medio de polic�as nerviosos. Su madre est� acostada, agotada del esfuerzo de llegar, a la espera de obtener el impreso de las Naciones Unidas que registre su fecha de ingreso y cu�ntos miembros de su familia llegan con ella.

La matriarca explica lo que siente su hija: est� enfadada, no entiende lo que ha pasado. �Un d�a jugaba con sus amigos; al otro, no hemos tenido apenas tiempo de coger nuestras cosas y se ha visto en medio de la nada�. Su ce�o fruncido resume la rabia de perderlo todo con solo cuatro a�os y estar aqu� con 42 grados a la sombra. �Hay guerra, hay matanzas. Y todos necesitamos escapar para estar seguros… Ella tiene razones para su furia. Ha huido muy peque�a. Ha dejado atr�s su casa y hoy nos quemamos bajo este sol que abrasa�.

LO HUMANO Y LA GEOPOL�TICA
Sus tiernos ojos enfadicas sirven para entender lo humano de lo que pasa aqu�. Lo cercano y lejano a la vez. Pero esa guerra en Mal� es mucho m�s que un conflicto armado. Es un reto geopol�tico global. El 5 de marzo de 2025, el Instituto Espa�ol de Estudios Estrat�gicos, adscrito al Ministerio de Defensa, describe as� lo que est� pasando: �Es una crisis de seguridad sin precedentes�. Lo que est� sucediendo es una ola expansiva, marcada por �la intensificaci�n de la violencia y la expansi�n territorial de grupos yihadistas como el Grupo de Defensa del Islam y los Musulmanes (JNIM) y la Provincia del Estado Isl�mico del Sahel (EI Sahel)�.

Una chica fulani que huy� con su familia viste a�n el velo negro impuesto por el JNIM. Imagen tomada el 5 de noviembre de 2025.
Una chica fulani que huy� con su familia viste a�n el velo negro impuesto por el JNIM. Imagen tomada el 5 de noviembre de 2025.MART�N MUCHA / CR�NICA / EL MUNDO

El epicentro de su acci�n es Mal�, un pa�s de 25 millones de habitantes, rico en oro, diamantes de sangre y litio. En plena devastaci�n, su fr�gil gobierno inauguraba una mina de litio en la regi�n de Bougouni, adem�s de otra gigantesca refiner�a del activo refugio por excelencia, del que este pa�s es el segundo productor del continente. Es literalmente un polvor�n, con intereses yihadistas y rusos —Putin, en la diana—, al que Europa, muy especialmente Francia, ha descuidado pese a considerarse esencial.

As�, seg�n Defensa, �la regi�n ha alcanzado niveles r�cord de violencia y la retirada de las fuerzas internacionales ha dejado un vac�o de poder que los grupos extremistas han aprovechado para expandir su control, mientras que las respuestas represivas de los Estados han agravado el conflicto. Al mismo tiempo, la rivalidad entre los grupos yihadistas ha intensificado la letalidad de sus acciones, sometiendo a la poblaci�n civil a un ciclo vicioso de violencia y pobreza�.

Argumentos s�lidos que hacen que hoy Mauritania —y muy especialmente Mbera— sea ya un parapeto para esa oleada migratoria. Ayuda tambi�n que este pa�s tenga una de las tasas demogr�ficas m�s bajas del mundo. Con 5,5 millones de habitantes y 1.025.520 kil�metros cuadrados de superficie —dos veces Espa�a—, est� en torno a los 7 habitantes por cada 100 kil�metros cuadrados. Espa�a se ha comprometido, para el control de la inmigraci�n ilegal, a darle m�s de 300 millones de euros. La Uni�n Europea, otro socio de honor, suma medio millar de millones de euros. Ya es un socio preferente.

EL FRENO Y EL HUNDIMIENTO
Los fondos han frenado el principal foco de la ruta a Canarias por el �frica Occidental. De enero a octubre han llegado 14.172 migrantes por esta v�a, un 59% menos que en 2024. De ellos, 5.108 provienen de Mal�, un 40%. Ante el aumento del control de Mauritania, se ha abierto la temible v�a de Gambia, a�n m�s al sur. En agosto, en las costas de M’haijratt, a unos 60 kil�metros al norte de Nuakchot, aparecieron los cad�veres de 70 inmigrantes que iban, parad�jicamente, a las Islas Afortunadas. En la embarcaci�n viajaban un centenar de personas.

El agua, con 42 grados, el bien m�s preciado.
El agua, con 42 grados, el bien m�s preciado.MICHELE CATANI / UE / CR�NICA

El r�gimen de Mohamed Ould El Ghazouani ha visto c�mo el man� europeo est� cambiando su pa�s. La capital crece a un ritmo de entre el 5 y el 6% anual en los �ltimos dos a�os. Este exgeneral gobierna desde 2019 con mano de hierro. A pesar de que la corrupci�n es uno de los dramas del pa�s —su predecesor fue condenado a cinco a�os de prisi�n—, se le aplaude desde Occidente por mantener controlados los movimientos yihadistas. Es aliado tambi�n de Estados Unidos. Es el pa�s africano que m�s inmigrantes recibe deportados de la tierra de Trump. Siete vuelos con deportados ha recibido desde enero de 2025, hecho que ha sido denunciado por distintas organizaciones de derechos humanos.

Espa�a no se queda atr�s. El Gobierno de S�nchez, a pesar de sus socios de izquierdas, ha ayudado a construir dos centros de internamiento de inmigrantes, incluyendo �reas para beb�s, en Nuakchot y Nuadib�. Lo public� el 10 de octubre de 2025 una web asociada al Ministerio de Relaciones Exteriores. �El proyecto ha contado con 4,5 millones de euros de financiaci�n del Fondo Fiduciario de Emergencia de la Uni�n Europea, creado en la cumbre de La Valeta sobre migraci�n (2015) entre �frica y la Uni�n Europea para abordar las causas ra�z de la migraci�n�, describe. Tienen en total cerca de 200 plazas.

Ni�os que recientemente huyeron de la ciudad maliense de Ler� junto con sus familias, esperan en el puesto fronterizo de Mauritania, el 4 de noviembre de 2025.
Ni�os que recientemente huyeron de la ciudad maliense de Ler� junto con sus familias, esperan en el puesto fronterizo de Mauritania, el 4 de noviembre de 2025.MICHELE CATANI / UE / CR�NICA

�Su funcionamiento est� inspirado en los centros de acogida temporal a extranjeros existentes en Canarias�. Los socios pol�ticos que permiten gobernar a Pedro S�nchez, como ERC, Bildu o Izquierda Unida, han pedido ya explicaciones al Gobierno que ellos apoyan. Podemos ha pedido directamente su cierre. Una prueba m�s de que Mauritania es ya el parachoques trasero contra la inmigraci�n ilegal. Desde Mbera a la costa.

LOCURA POR MIGRAR O POR NO CONSEGUIRLO
Expertos en la zona consideran que el fen�meno de la inmigraci�n por la v�a mauritana hay que revisarlo con otros puntos de vista. Primero, no ver lo que sucede aqu� s�lo desde el punto de visto euroc�ntrico. Recalcar siempre que hay una crisis humanitaria descomunal, con hambre, trata y masacres que no cesan… Y, que hay otros factores fundamentales que sopesar: como el poder de las redes sociales en los j�venes y su partida. �TikTok, Snapchat y WhatsApp son testigos y vectores de los sue�os de un El Dorado que albergan los j�venes africanos en busca de �xito, recursos o prestigio�, se relata en Les Explorations. Se cuenta, para responder que as� es, la historia de Sidi Ahmed Mohamed, 22 a�os, quien est� internado en el psiqui�trico de Nuakchot por no poder emigrar. Por no conseguirlo desarroll� psicosis paranoide.

�Por quedarse cuando todos los dem�s se van�. A la guerra y la pobreza hay que a�adir esos falsos sue�os que nadie combate y llegan desde Europa con m�sica de fondo y filtros. En el campamento y en el puesto fronterizo es f�cil encontrar m�viles de �ltima generaci�n. Contrasta con los Nokia invencibles de los viejos l�deres de la comunidad. Dos mundos encontrados.

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Son tan famosos a ambos lados de la frontera que los influencers africanos son vistos como enemigos por los terroristas. Por eso ha causado conmoci�n la ejecuci�n sin piedad en Mal� de Mariam Ciss�, por yihadistas afines a Al Qaeda, en la regi�n de Tombuct�, de donde proceden buena parte de los que llegan a Mbera. El jueves 6, justo cuando est�bamos recorriendo la frontera mauritana, fue secuestrada esta creadora de contenidos que contaba con casi 150.000 seguidores. Al d�a siguiente, la asesinaron a balazos en la plaza de Tonka.

EL MERCADO DE LOS 500 PUESTOS
Cae la tarde en el campo de refugiados. El mercado, con m�s de 500 puestos, ya cerr�. La pelota sigue rodando. Hay un chiquillo de nueve a�os con la camiseta de Espa�a de Nico Williams, cuyos padres son de Ghana, corriendo tras un bal�n. Le persigue otro chiquillo con una camiseta oscura en cuya manga se lee �celebrando �frica�. Las chicas, espigadas y atentas, van en grupo como protegi�ndose. Se cruzan hombres sin alguna de sus extremidades. Aqu� la comida estrella es el arroz con legumbres. La carne es un privilegio de pocos. Aqu� los burros compiten en n�mero con reses y camellos.

Los planes para Mbera son ambiciosos. Planificado por expertos de la ONU y con financiaci�n internacional —destacando los fondos de la Uni�n Europea—, se le trata ya como una aut�ntica urbe en ciernes. �Estamos planeando la transformaci�n del campamento en ciudad. Se busca promover un nuevo tipo de h�bitat y refugio para transformarlo en una en los pr�ximos a�os�. Suena todo a utop�a posible.

MICHELE CATANI / UE / CR�NICA

El proyecto principal es lograr dotar de electricidad total al campamento, reforzar las dotaciones de agua y construir carreteras que permitan conectarlo con las ciudades m�s cercanas. Llegar aqu� es una odisea digna de Sirat, esa pel�cula entre dist�pica y escapista. Eso s�, aqu� hay internet de alta velocidad. Desde 2024, se utiliza Starlink para mejorar la conectividad en zonas sin cobertura de red, facilitando el registro en l�nea.

Es su modo de reencontrarse con quienes dejaron atr�s. O tambi�n de intentar conectarse aunque no haya nadie al otro lado de la l�nea. Como dice una superviviente, �solo nos queda la esperanza de que un d�a aparezcan en la pantalla�. Su esposo fue capturado, golpeado y muri� antes de llegar al hospital. Por eso su familia huy� en distintas direcciones. Quisiera saber si lograron salvarse. El atardecer arriba.

EP�LOGO
Los seis d�as en Mauritania acaban. La noche en �frica no es como en otros lugares. La luz es distinta. La arena es m�s naranja. La luna convive con el sol en esta �poca. En el viaje desde la capital m�s dif�cil de pronunciar, de quiz�s el pa�s menos poblado por kil�metro cuadrado, la madrugada llega pronto. Los coches se conducen como en un videojuego donde se va hasta el l�mite de estrellarse frente a frente. Las barcazas est�n en la orilla esperando a esos pasajeros que quieren dejar estas tierras. Dejamos este muro de contenci�n entre la guerra civil y miles que quieren cruzar un pa�s para llegar a Europa. El avi�n en la pantalla es un liliputiense. La belleza de la desolaci�n est� por doquier. El viaje de retorno acaba de comenzar y no olvido los ojos verde olivo de esa ni�a. Esa peque�a que vio el horror demasiado pronto.

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