La afirmación proviene de los dirigentes del Senegal: las leyes españolas fomentan la inmigración. Pero, contra lo que pudiera parecer, el ministro del Interior senegalés, de visita en Madrid, no hacía referencia al ‘efecto llamada’ de las regularizaciones sino a la norma humanitaria de que el inmigrante irregular, en el plazo de cuarenta días, ha de ser repatriado o dejado en libertad. Horas antes, el presidente del país, de visita en Alemania, había arremetido también contra España. Esto es lo que hay, y Rubalcaba está trabajando fondo para disipar unas resistencias que están en el origen de nuestro principal problema. Como se sabe, la reestructuración de Interior ha incluido la reasunción de funciones sobre el candente asunto de la inmigración por parte de Interior para intentar solucionarlo. Falta hace.