Aliança sale a la calle en busca del voto joven: "Quiero que mi hermano pueda disfrutar de una infancia catalana y eso, sin orden, hoy está en peligro"

El partido de Sílvia Orriols organiza un "supersábado" de carpas informativas en 42 localidades de Cataluña con las elecciones municipales en el punto de mira

El Mundo, Gerard Melgar, 27-10-2025

“Nos estamos acercando a los 3.000 afiliados”, presume un alto cargo de Aliança Catalana (AC) sobre una cifra que representaría rozar la mitad de los que tienen ERC (unos 8.000) y Junts (alrededor de 6.000) para un partido que, hasta hace un año y medio, era simplemente una fuerza municipal de Ripoll, localidad de menos de 11.000 habitantes de la provincia de Girona donde gobierna en solitario desde junio de 2023.
“El tren de los liderazgos independentistas del 2017 ya ha pasado”, sentencia Miquel junto a la carpa informativa instalada esta mañana en Barcelona en lo que han bautizado como “superdissabte [supersábado]”, una acción coordinada en 42 poblaciones con las que la formación de la alcaldesa y diputada Sílvia Orriols quiere seguir ejercitando músculo y, al mismo tiempo, escenificar “un cambio de etapa”. “Ni Junts ni Esquerra tienen capacidad para organizar algo similar porque no les acompaña el estado actual de ánimo”, sostiene Jordi Amela, presidente en la comarca del Barcelonès, la más poblada de Cataluña con 2,5 millones de habitantes. Un mensaje en la línea del que la lideresa de AC publicó ayer al anunciar el acto: “Están nerviosos y pierden los papeles porque ven que somos cada vez más y más movilizados”.
Cuatro furgonetas de los Mossos d’Esquadra y algunas patrullas de la Guardia Urbana custodiaban desde primera hora el espacio elegido por Aliança, en la plaza del Centro, para captar militantes y difundir su programa. Sin incidentes, más allá de algunos gritos por parte de un grupo de jóvenes del colectivo antifascista del barrio de Sants e incluso de una agrupación de escoltes [boy scouts]. El lema “fuera fascistas de nuestros barrios”, también presente en una gran pancarta colgada en un edificio de la zona, ha sido respondido con un “comunistas, id a trabajar”, aunque desde el interior de la carpa se ha escuchado: “No en feu cas (No hagáis caso)”.
A Sergi, de 19 años, uno de los jóvenes que hoy ha estampado su firma en la hoja de inscripción de AC, no le importa ser señalado. “Tengo un hermano de tres años y quiero que pueda disfrutar de una infancia catalana como la que yo tuve, pero eso hoy está en peligro”, explica mientras se coloca en la muñeca la pulsera de la senyera recibida tras haberse afiliado. “El orden y la seguridad” son las dos principales razones por las que apoya a Orriols, a quien pudo saludar durante la manifestación de la reciente Diada. “Se está dejando entrar a mucha gente al país que no respeta los derechos básicos y campa a sus anchas”, sostiene al hablar sobre la inmigración, un debate que ha centrado la mayor parte de las conversaciones de quienes se han acercado al puesto informativo. “Nunca he tenido problemas con la gente autóctona por el hecho de ser homosexual, pero sí que he recibido insultos por parte de personas de una determinada etnia”, asegura.
A su lado, Martí, de 16 años, explica que no se ha afiliado al ser menor de edad, pero ya tiene claro qué papeleta elegirá la primera vez que pueda acudir a la urnas: “Votaré a Aliança, hasta hace poco simpatizaba con Junts, pero se ha convertido en un partido cuyo único objetivo es calentar la silla”.
“Tanto Carles Puigdemont como Oriol Junqueras representan la derrota y por eso la gente joven elige a Orriols”, prosigue Miquel, que pone también como ejemplo la sorpresa que causa al nacionalismo más clásico ver que la juventud celebra en Cataluña los éxitos de la Selección española de fútbol con banderas y camisetas: “Es exactamente lo mismo, las nuevas generaciones quieren abrazarse a un proyecto ganador”.
Sergi explica que nunca ha estado demasiado movilizado por el independentismo, aunque su preocupación por “el futuro de la lengua catalana” sí lo lleva a apoyar la secesión. Son varias las encuestas que, en los últimos meses, han mostrado que AC podría captar un número considerable de votantes no soberanistas. De hecho, durante la mañana, no ha sido extraño escuchar conversaciones en castellano de quienes acudían a coger los folletos con el lema “Salvem Catalunya! (¡Salvemos Cataluña!)” sobre la imagen de Orriols. “Aquí hace falto mano dura de verdad”, reafirma en español un hombre de edad avanzada al pasar junto a la caseta y recibir el documento impreso con la receta de la dirigente independentista contra la inseguridad o el islamismo y bajo un eslogan que sigue siendo el mismo (“Salvemos Ripoll”) que le dio la victoria en las elecciones municipales de 2023 en su localidad, erigida desde entonces en la Covadonga de la Reconquista catalana que pregona Aliança.
Folletos informativos de Aliança Catalana con la imagen de Sílvia Orriols.
Folletos informativos de Aliança Catalana con la imagen de Sílvia Orriols. Victòria RoviraARABA PRESS
“Veo todos los vídeos que cuelga en las redes sociales, tiene un par de narices”, valora el discurso de la líder de AC Antonio, quien confiesa haber estado afiliado a Vox e incluso haber colaborado con este partido en tareas de seguridad: “Salí rebotado de allí y el mensaje de Aliança me gusta”, dice mientras pide información.
Aunque explican que ha sido casual, la escenografía de esta mañana, sin ninguna estelada en la carpa, contribuye a que ciudadanos alejados del nacionalismo catalán se hayan aproximado al lugar. “Siempre tenemos colgada una cruz de sant Jordi (roja sobre fondo blanco) y una estelada en la lona azul, pero hoy hemos estrenado una nueva y por eso no están”, argumenta uno de los responsables. Eso sí, como puntualiza Amela, el jefe de filas en Barcelona, la enseña independentista “ha quedado muy asociada al procés”, es decir, “a la vieja política de Junts y Esquerra”.

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