La Unión Europea presentará el próximo jueves su hoja de ruta 2030 para “preservar la paz y la preparación de la Defensa”, documento a cuyo borrador ha tenido acceso EL MUNDO y que incluye una explicación muy detallada del futuro muro antidrones que se ha convertido en una prioridad. El documento señala que, evidentemente, el sistema será una forma de hacer frente a las cada vez más recurrentes provocaciones y violaciones de Rusia. Tendrá “capacidades interoperables para la detección, el seguimiento y la neutralización de drones, así como capacidades para atacar objetivos terrestres aprovechando la tecnología de drones para realizar ataques de precisión”, señala el documento.
Será, además, un sistema “totalmente interoperable y conectado entre los Estados miembro” y “con la capacidad de actuar conjuntamente para proteger infraestructuras críticas junto con la OTAN”. Con un enfoque 360º, prosigue el texto, que es algo que especialmente España e Italia han exigido y que no es otra cosa que una forma de decir que servirá para la protección de toda la UE. Pero, al mismo tiempo, el texto de Bruselas incide en que la prioridad es la frontera Este. Y aquí destacan tres puntos.
El primero es que el muro de drones no será, en esencia, tan solo una defensa pasiva, sino que se adaptará a otras amenazas más allá de las que vengan por las fronteras de Rusia y Bielorrusia, similares a las lanzadas el pasado mes de septiembre con la incursión de más de 20 drones de cierto tamaño en cielo polaco. Es una iniciativa “flexible, ágil y de vanguardia”, según define el texto, para “contrarrestar las amenazas de drones en todos los ámbitos del territorio europeo”.
En la génesis del plan parece que se tienen en cuenta los últimos incidentes en el Báltico, que implican de una u otra forma a algunos barcos de la llamada “flota fantasma” rusa de petroleros y cargueros, que según las autoridades de países como Dinamarca, han servido para lanzar drones hacia aeropuertos comunitarios y así crear una gran disrupción en el tráfico aéreo. El documento asegura que estos recursos vigilarán “las operaciones híbridas, las incursiones de drones, la flota en la sombra de Rusia y el riesgo de agresión armada”.

Aprendizaje de Ucrania
El proyecto prevé proteger “todo el continente europeo” y hace especial mención a “medidas de seguridad marítima en el Báltico y en el mar Negro”, todo coordinado por el cuartel general de la Alianza Atlántica.
Resulta interesante en segundo lugar la referencia a Ucrania como país puntero en el desarrollo de esta tecnología como arma de guerra para hacer frente a un ejército en teoría mucho más poderoso. “Europa tiene ahora la oportunidad de aprender del modelo ucraniano de innovación tecnológica militar rápida, en estrecha relación con la propuesta de Alianza Europea de Drones con Ucrania”.
Cientos de pequeñas start-ups de Kiev han lanzado una carrera tecnológica contra sus enemigos rusos para mejorar cada pocos días, y siempre en conexión con sus propios soldados en el frente, los miles y miles de drones que se usan cada día para vigilar, atacar, desminar, evacuar heridos y llevar munición y alimentos a las posiciones más alejadas. Los ejércitos europeos están hoy muy lejos de esas capacidades.
Si hace meses eran los drones de fibra óptica rusos los que revolucionaban el campo de batalla, al no poder ser derribados con guerra electrónica, ahora los ucranianos han creado los drones de cuatro canales, aparatos no tripulados que reciben órdenes del piloto a través de cuatro frecuencias de radio a la vez. La guerra electrónica rusa puede eliminar alguna e incluso varias a la vez, pero no las cuatro, por lo que el dron seguirá volando hacia su objetivo.
Como tercer punto de interés, el documento también menciona “usos duales, como la protección fronteriza, la instrumentalización de la migración, la protección de infraestructuras críticas y la lucha contra el crimen organizado transnacional”. En el pasado más reciente, la UE ha vivido varias invasiones de frontera usando la inmigración como arma arrojadiza contra algún Estado miembro: por ejemplo, Marruecos provocó de forma poco disimulada la llegada de miles de adolescentes a Ceuta en 2021, de la misma forma que Aleksandr Lukashenko, el dictador de Bielorrusia, lo hizo contra Polonia usando inmigrantes de Oriente Próximo, conducidos ad hoc hacia la frontera de la UE. Según dicho documento, este muro antidrones debería monitorizar cada una de las fronteras, también para evitar actividades criminales como el narcotráfico o la trata de mujeres.
El texto, por último, ofrece una estimación de las fechas en las que se aprobarán y se darán los diferentes pasos para la puesta en marcha del muro. Lo primero, más allá de la presentación de la propuesta, es que el Consejo Europeo apruebe el programa Vigilancia del Flanco Oriental en el que se encuadra el muro de drones. Esto, según Bruselas, será antes de finales de 2025. Lo que se denomina como “capacidad inicial” del muro de drones llegará a finales del próximo año, en 2026, y antes de que termine 2027 debería estar “completamente operativo”.