Trump pide encarcelar al gobernador de Illinois y al alcalde de Chicago por oponerse a la militarización de su Estado

El presidente despliega a la Guardia Nacional en varias ciudades gobernadas por los demócratas por sus supuestos niveles insostenibles de crimen

El Mundo, Pablo Scarpellini , 09-10-2025

Donald Trump no está dispuesto a tolerar insurrecciones de ningún tipo en las ciudades demócratas en las que está desplegando soldados de la Guardia Nacional. El miércoles solicitó el ingreso en prisión del gobernador de Illinois, JB Pritzker, y del alcalde de Chicago, Brandon Johnson, dos de los cargos públicos que han expresado su rechazo frontal a la decisión de Trump de militarizar la principal ciudad del Estado. Se trata de una petición insólita y sin precedentes que eleva aún más la tensión entre la administración del presidente republicano y las ciudades controladas por alcaldes progresistas.
“¡El alcalde de Chicago debería estar en prisión por no proteger a los agentes del ICE! ¡Y el gobernador Pritzker también!”, escribió en su red social, Truth Social, donde casi a diario descarga su frustración con “la izquierda radical” que, en su opinión", se ha convertido en el verdadero enemigo interno del país.
No hay delito alguno ni acusación formal que pese en contra del gobernador estatal y el regidor de Chicago. Sin embargo, la decisión de Johnson de declarar zonas libres de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) ha desatado las iras en Washington. También, la multitud de protestas en las calles de Chicago contra la decisión de Trump de enviar centenares de efectivos de la Guardia Nacional a Chicago, además de la colaboración ciudadana durante las redadas de los agentes federales.
El martes comenzó a circular en redes un vídeo donde varias personas tratan de impedir que dos agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos se lleven a un inmigrante que pedía ayuda a gritos en medio de una calle de Chicago. Tras varios minutos de violento forcejeo, los agentes cejaron en su intento y abandonaron la zona a toda prisa en su vehículo.
Pritzker cree que Trump ha perdido la cabeza y que sufre “demencia”. Sostiene que es “un hombre al que se le ha metido algo en la cabeza y no se lo puede sacar. No lee. No sabe nada de lo que está pasando actualmente. Es algo que está metido en algún rincón de su cerebro que le obliga a meterse con las ciudades”, dijo en una entrevista con el diario Chicago Tribune.
En las redes sociales, escribió que su petición de arrestar a representantes elegidos democráticamente está en línea con su estilo autocrático de gobernar. “¿Qué más queda en el camino hacia el autoritarismo declarado?”, indicó. Johnson, por su parte, afirmó que “no es la primera vez que Trump intenta que arresten injustamente a un hombre negro. No me voy a ir a ningún lado”.
A los 200 miembros de la Guardia Nacional que llegaron el martes a Chicago se sumarán otros 300 del mismo cuerpo procedentes de Illinois. No es la única ciudad bajo mando demócrata que está atravesando la misma situación. En Portland, se registraron protestas durante el fin de semana tras la decisión de Trump de militarizar la ciudad, un envío de tropas de la Guardia Nacional que la jueza federal Karin Immergut bloqueó el domingo. El jueves podría producirse algo similar en Illinois. Una jueza designada por Joe Biden estará presidiendo el caso tras las demandas presentadas el lunes por el Estado de Illinois y la ciudad de Chicago.
Mientras, la tensión sigue siendo palpable en la principal urbe del Estado. En los últimos días se han producido arrestos y enfrentamientos con las autoridades federales, que en algunos casos recurrieron al uso de gases lacrimógenos contra los manifestantes y que han sido acusadas de un uso excesivo de fuerza.
Trump ya había avisado de que tomaría acciones para acabar con los niveles insostenibles de crimen que, a su modo de ver, hacen insoportable la vida en ciudades como Los Ángeles, Washington o Chicago, todas ellas regidas por demócratas. Las cifras oficiales no sostienen el escenario apocalíptico que describe el presidente estadounidense. Su solución pasa por desplegar a miembros de un cuerpo militar de reserva que jamás ha intervenido en materia de seguridad ciudadana y que está, en teoría, bajo control del gobernador de cada Estado. Trump ha hecho saltar por los aires todas esas reglas.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)