Madrid – Inquietud y preocupación. Eso es lo que sienten los agentes
encargados de custodiar los centros de internamiento de inmigrantes de las
Islas Canarias. Los cayucos no dejan de llegar a sus costas y las
instalaciones están cada vez más repletas de subsaharianos cada día más
inquietos y revueltos ante el hacinamiento en el que viven.
   Y la
tensión que soportan está empezando a salir a borbotones, bajo cualquier
excusa. El miércoles, en El Matorral (Fuerteventura), la negativa que
recibió un interno para repetir cena degeneró en una refriega en la que
resultaron heridos cinco policías. Ayer y el jueves fue la presencia de
los agentes senegaleses enviados para identificar y repatriar a sus
compatriotas lo que caldeó peligrosamente los ánimos en el mismo centro y
en el de La Isleta (Gran Canaria).
   La secuencia fue, en ambos casos,
casi idéntica. Dos de los policías senegaleses son indentificados por los
inmigrantes indocumentados y, a continuación, se produce el motín. Unos
600 subsarianos se ven envueltos en cada uno de ellos. Chillan, se
increpran entre ellos, se rasgan las vestiduras y, como colofón a la
protesta, se niegan a entrar en el comedor para evitar ser devueltos a la
miseria de su país. «Algunos, en La Isleta, utilizando las cajas de fruta
y otros productos y tiza han hecho pancartas en las que han escrito No
repatriación Senegal», explican algunas fuentes.
   Débil presencia policial
   Frente a ellos, una
más que exigua fuerza policial. Cuatro agentes de las Unidades de
Intervención Policial (UIP) en el caso de Fuerteventura y cinco en el de
La Isleta que poco más que blandir su material antidisturbio de manera
disuasoria pueden hacer para apaciguar a la incontrolada turba. Eso y
echar mano de todos los refuerzos que tienen a mano. «De momento, cuando
ven el material, se calman, pero la situación no puede seguir así. No es
de recibo que el Gobierno no se haga cargo de la crítica situación que
estamos viviendo aquí y envíe tres o cuatro grupos de agentes
antidisturbios para vigilar los centros», advierten con preocupación
agentes que trabajan en las islas.
   Para intentar descongestionar los
centros de internamiento de La Gomera y evitar que se repitan situaciones
como las de La Isleta y Los Matorrales, la directora insular de la
Administración del Estado en la isla, Pilar Hernández, anunció ayer que el
Ejército ha instalado siete carpas en los aledaños de El Camello, lugar
habilitado para acoger a los inmigrantes que lleguen a la isla por mar.
   Hernández explicó que las carpas tienen una capacidad para albergar a
24 personas cada una y será el lugar donde descansarán los inmigrantes a
su llegada. En estos momentos se trabaja para adecuar tanto la instalación
como el entorno y avanzó que se mejorarán las dotaciones, informa Efe.
   El viernes durmieron en El Camello 186 inmigrantes, 69 de ellos
provenientes del cayuco que arribó el pasado 6 de septiembre al Puerto de
San Sebastián.