Ségolène y su compañero Hollande: comparten almohada pero no ideología

El primer secretario socialista pide a la posible candidata que respete la

La Razón, 10-09-2006

PArís – Por mucho que los trapos sucios convenga lavarlos en privado, la
pareja formada por François Hollande, primer secretario del Partido
Socialista francés, y Ségolène Royal, posible candidata de la formación a
las elecciones presidenciales, lo tiene crudo. A pesar de que compartan
cuatro hijos y un mismo hogar desde hace 40 años, sus aspiraciones
políticas les obligan a chocar continuamente. Y muchos se preguntan si a
base de golpes la pareja puede terminar saltando por los aires.
   La
última disputa ha tenido lugar a micrófono abierto. François Hollande ha
leído la cartilla a Royal, instigado por los enemigos de su compañera
sentimental, después de que Ségolène se pronunciase esta semana en contra
del «mapa escolar». Un sistema creado en 1963 para fomentar la integración
social y que impone a los alumnos el centro de enseñanza público más
cercano a su domicilio.
   La ex ministra de Educación explicó que este
método no permite superar los tabiques sociales, pues la separación en
función del domicilio impone una segregación económica y racial, sobre
todo en las periferias de las grandes ciudades, donde algunas aulas
acumulan hasta un 90 por ciento de alumnos de origen inmigrante. Un
informe conocido estos días indicaba que un tercio de los padres utilizan
triquiñuelas, como empadronar a sus hijos en casas de familiares o en las
direcciones de sus negocios para cambiar la «zona escolar» de sus hijos.
«Hay que acabar con la obligatoriedad del mapa escolar. Algunos
estudiantes se sienten obligados a ir a colegios desvalorizados», protestó
la líder de todos los sondeos de popularidad.
   Los dos grandes
inconvenientes de la postura de Ségolène son que el proyecto socialista
para 2007 preconiza exactamente lo contrario y que el primero en levantar
la voz para proponer la libre elección de centro por parte de los padres
fue Nicolas Sarkozy, líder de la enemiga UMP. Un nuevo argumento para que
los detractores de la presidenta de la región Poitou – Charentes puedan
volver a tacharla de reaccionaria y poco fiel a los principios
socialdemócratas.
   División interna
   La
ejecutiva nacional del partido, de la que no forma parte su compañera, fue
el lugar elegido por el primer secretario de la formación para llamar a
capítulo a Ségolène Royal. «Dentro el proyecto socialista es implanteable
suprimir el mapa escolar», subrayó Hollande, quien apostilló
inequívocamente que «algunos, y también algunas, deben saber que no
representan la posición del partido». Una sonora desautorización que
espoleó las críticas. «No podemos ir a remolque de la derecha. Esto es
grano para el populismo», se indignaron dirigentes del partido. «Se trata
de guiños a un electorado que no es de izquierdas. Si los hace
involuntariamente, es grave; si se trata de cálculo político, es todavía
peor», juzgó el diputado Claude Bartolone.
   Royal les
respondió airada que «los militantes quieren que el partido mire los
problemas tal como los viven los franceses, y deje de fabricar fórmulas en
serie». Este espinoso asunto no es la única coincidencia entre la ex
ministra y el titular de Interior, los dos favoritos en la carrera al
Palacio del Elíseo. La posible candidata socialista a las presidenciales
también comparte con Sarkozy que es necesario devolver la disciplina a las
aulas, mientras que el ministro del Interior ha «copiado» a su posible
rival electoral el restablecimiento de un servicio civil obligatorio de
seis meses para los jóvenes franceses.
   El coqueteo continuo de
ambos con las propuestas del otro destapa un nuevo eje político en
Francia, que no enfrenta a izquierda y derecha, sino el deseo de
renovación de la nueva generación política, encarnada por estos dos
nombres, con los defensores, conservadores y progresistas, de que el
modelo social galo permacezca inmutable.
   

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