Alberto Núñez Feijóo sigue reafirmándose en el endurecimiento de su discurso migratorio. Esta vez prometiendo a Europa que España blindará la frontera sur continental a la inmigración irregular si consigue llegar a la presidencia del Gobierno y relevar al socialista Pedro Sánchez.
Aprovechando una reunión con los secretarios de política internacional del Partido Popular Europeo que está teniendo lugar en Barcelona, Feijóo ha clamado contra “las políticas de puertas abiertas” actuales y ha manifestado a sus colegas europeos: “España debe decidir quién entra y en qué condiciones, sabiendo que da acceso a vuestros países”. El líder popular ha prometido acabar con el “modelo disfuncional en el que la irregularidad es la vía más rápida para la entrada” porque, ha sostenido, “la inmigración mal gestionada es una fuente de conflictos y precariedad”.
El presidente del PP ha subrayado que su intención “no es criminalizar”, sino establecer unas políticas migratorias “que garanticen el orden y la humanidad”, “reforzando los controles, garantizando retornos efectivos de los irregulares e integrando a través de un puesto de trabajo”.
El compromiso de Feijóo llega sólo unos días después de que anunciara la más llamativa de sus medidas migratorias: la implantación de un “visado por puntos” para cribar a los inmigrantes en función de dónde van a trabajar y de qué país proceden.
Feijóo ha extendido su compromiso con Europa a otros asuntos apremiantes como la Seguridad y la Defensa, al prometer a los dirigentes europeos congregados contribuir a que la Unión continúe siendo “bastión y refugio de libertad, democracia y estado de derecho”, “sus tres pilares”. El presidenciable popular ha defendido el refuerzo de la inversión en Defensa para combatir a los que quieren “detruir el modo de vida europeo”. “Putin debe saber que Europa no tolerará ninguna invasión más, nos está poniendo a prueba, cada incursión rusa es un ensayo”, ha alertado.
Asimismo, ha apostado por dejar de fomentar el “decrecimiento económico” y potenciar en su lugar la “libertad de mercado”, además de defender sectores productivos como la ganadería, la agricultura o la pesca para garantizar la “soberanía alimentaria” europea.