Palabras que hieren

Ofender a la periferia siempre es una rentable maquinaria para Ayuso, aunque sea un discurso perverso para el PP vasco

Diario Vasco, Alberto Surio, 01-10-2025

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, es una fuente inagotable de polémicas. Al confundir deliberadamente la frase del lehendakari Imanol Pradales en … el Alderdi Eguna ‘Ayuso entzun, Euskadi euskaldun’ por ‘Ayuso entzun, pim pam pum’, la baronesa de Chamberí juega en el barro y tergiversa la verdad en aras de enredar y generar una atmósfera propicia a sus intereses. Lo hace instalada en un castillo de naipes que tropieza con el más elemental principio de realidad. Aquí nos rasgamos las vestiduras ante semejante manipulación pero en cierto entorno político de la Villa y Corte seguro que tiene su público y gusta la gracia. Le va bien en esa estrategia de hipérbole hasta la extenuación aunque a veces implique despreciar a las verdaderas víctimas de la violencia. Provocar y ofender a la periferia siempre es una máquina rentable.

Será o no fruto de la mala fe, pero Ayuso ha puesto de relieve, una vez más, la espiral tóxica que mueve a cierta política. El empleo de las palabras para herir y agredir al adversario está lamentablemente de moda. Ayuso recurre a la sal gorda y a demonizar al ‘otro’ y en este ‘totum revolutum’ se escuchan bien poco las voces que hablan de su gestión, ya sea para juzgar sus éxitos y fracasos en educación, vivienda, salud, la política de cuidados o transporte público. En su imaginario en blanco y negro solo existen los ‘otros’, empecinados en luchar contra ella, que, por otra parte, ha defendido sin pestañear al Gobierno de Netanyahu en su exterminio ‘a sangre y fuego’ de Gaza.

En los tiempos que vivimos, Ayuso representa a la perfección a una nueva derecha radicalizada al extremo que asume el corpus ideológico de Vox, que agrede al euskera sin rubor y que ha perdido los complejos a la hora de mentir o de envolverse en la bandera de las medias verdades que mueven emociones. En el exceso por naturaleza, el personaje que hace tiempo que devoró a la persona y el odio como combustible, Ayuso se ha convertido en el ‘enemigo ideal’ del nacionalismo vasco y de la izquierda, en una ‘bestia negra’ que ella aprovecha como nadie para aglutinar a un nuevo nacionalismo español envuelto en la misma bandera de tópicos y en una alergia a la diversidad que es de hacérselo mirar, Pero su simplismo conecta emocionalmente con una parte de la sociedad madrileña que pide ‘más madera’. Ahí está el verdadero problema. Este trumpismo castizo nos ubica en medio de una ‘guerra cultural’ sin precedentes. Un registro perverso para el PP vasco y que sitúa a Feijóo en un territorio imposible sin compañeros de viaje al margen de la ultraderecha.

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