No se veía esta imagen desde hace 11 años, Felipe VI, Rey de España, dirigiéndose a los líderes mundiales desde el atril de la Asamblea General de la ONU. La ocasión lo merecía: el 80 aniversario del organismo en un momento en el que «es evidente que los tiempos han cambiado», según dijo el Monarca español exigiendo adaptación y firmeza, y defendiendo la continuidad de la organización porque todavía quedan cosas por hacer, «creer en las Naciones Unidas es creer en los Derechos humanos».

El Rey de España, que el martes abrió la segunda jornada de la reunión de alto nivel que se celebra esta semana en Nueva York, fue claro recordando a la «comunidad internacional que debe asumir su responsabilidad para hacer realidad cuanto antes una solución viable que contemple la existencia de los dos Estados», y aunque «reconoce el derecho de Israel a defenderse» del «execrable terrorismo de Hamás», recalcó que, «con la misma firmeza, demandamos que el Gobierno de Israel aplique sin reservas el derecho internacional humanitario en toda Gaza y Cisjordania. Exigimos que la ayuda humanitaria llegue sin dilaciones, un alto el fuego con garantías y la liberación inmediata de todos los rehenes que aún retiene Hamás con tanta crueldad», dijo.

Felipe VI alzó hoy la voz en las Naciones Unidas con un discurso directo y sin rodeos, pidiendo a la comunidad internacional que «detengan ya esta masacre porque no podemos guardar silencio ante la devastación, la hambruna y tanta muerte». «Un tiempo sin normas es una Edad Media», sentenció.

El Rey de España, uno de los países europeos más críticos con la ofensiva israelí, también se mostró «profundamente orgulloso» de las «raíces sefardíes» de su país, «por eso nos duele tanto, nos cuesta tanto comprender lo que el Gobierno israelí está haciendo en la Franja de Gaza».

El Monarca recordó que, en 2015, España abrió la puerta de la nacionalidad española a los sefardíes expulsados en 1942, una medida que, según el Gobierno, permitió a cerca de 72.000 personas recuperar el vínculo histórico con el país.

La situación en Gaza está siendo uno de los temas clave en esta 80 edición del Debate General, en un momento en el que cada vez más países se están uniendo a la solución de dos estados y cuando varios líderes europeos presentan una visión bastante pesimista de un mundo que se acerca cada vez más al abismo. En medio de guerras y conflictos, como «la guerra desencadenada por la agresión –no provocada e injustificable– de Rusia, en violación de la soberanía y la integridad territorial del país. La paz en Europa no será posible sin justicia ni responsabilidad.

En su intervención, España se ha mostrado partidaria del «pacto mundial migratorio y de refugiados», una cuestión que Donald Trump, el mandatario norteamericano, también hizo estrella de su discurso, asegurando que Europa se está echando a perder por «no tomar decisiones políticamente incorrectas» para luchar contra la llegada de inmigrantes ilegales. Pero este país tiene otra visión, y «aspira a ser referente en temas sociales», dijo Felipe VI, por lo que apuntó que es de vital importancia «la cooperación en el seno de la Unión Europea», a la que señaló como «un ejemplo para el multilateralismo, que es más necesario que nunca».

El Rey, en quien Moncloa delegó para ser la voz de España, no se limitó solo a hablar de guerras, también puso sobre la mesa otros desafíos globales como la lucha contra el cambio climático. «La triple crisis planetaria a la que nos enfrentamos –cambio climático, contaminación y pérdida de biodiversidad– nos exige un refuerzo de la gobernanza y unos recursos suficientes para acelerar la transición energética justa, que nos permita triplicar las capacidades de energías renovables, duplicar la eficiencia energética y continuar descarbonizando nuestras economías», dijo.

También mencionó la igualdad de género, y además mostró su preocupación por la «erosión de las democracias» y la falta de apego hacia valores esenciales como la «convivencia democrática». Asimismo, quiso reforzar la proyección internacional de España, y subrayó la estrecha relación con África, la «hermandad» con América Latina, y, en clave doméstica, destacó la importancia del acuerdo político alcanzado el 11 de junio con respecto «a la soberanía y jurisdicción sobre Gibraltar, que aportará confianza, seguridad jurídica y estabilidad a las vidas de la población del Campo de Gibraltar y del propio Gibraltar».

Felipe VI se reunió después con Zelenski, que agradeció el «apoyo genuino y efectivo» de España a Ucrania.

El Rey llegó a la Gran Manzana este lunes con una apretada agenda de compromisos, algunos de ellos compartidos con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como la sesión de la Asamblea General de ayer, en la que se decidió que fuera el Monarca quien se dirigiera al hemiciclo para honrar el 80 aniversario del organismo.

El martes por la noche también fue Felipe VI quien acudió a la recepción ofrecida por el presidente estadounidense, Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump, en un hotel del bajo Manhattan.