Donald Trump no arrancó con buen pie su regreso a la Asamblea Nacional en Naciones Unidas. Nada más llegar, las escaleras eléctricas se averiaron y tuvo que subir a pie junto a la primera dama, Melania Trump, hasta la sala donde le esperaban las delegaciones para escuchar sus palabras. ¨Menos mal que la primera dama está en forma¨, ironizó. Pero los contratiempos no terminaron ahí. Cuando subió al podio, el teleprónter (que le muestra el guion que prepara para su intervención) también falló y el presidente norteamericano volvió a tirar de humor: ¨El que esté a cargo de esto tendrá problemas¨. Acto seguido prometió aprovechar para ¨hablar con el corazón¨, y así fue. Trump cargó con dureza contra la ONU, a la que acusó de burocrática, lenta e incapaz de dar respuestas en momentos de crisis mundiales, además dejó claro que esos `problemas técnicos´ evidenciaban que el sistema está roto. ¨Naciones Unidas tiene un enorme potencial¨, pero no lo está usando y ¨utiliza el dinero para apoyar a los que llegan ilegalmente a este país¨, dijo el mandatario norteamericano recordando que hace años, cuando él trabajaba en Nueva York, la ONU rechazó su propuesta de reforma del edificio por 500 millones de dólares y aceptó otras ¨que gastaron más con productos de peor calidad¨. ¨No saben arreglar cosas¨, ha sido su conclusión.

Trump ha ido directamente contra su predecesor y le ha acusado de ser culpable de la crisis migratoria, una invasión que él está consiguiendo ¨evitar¨. Asegura que su gobierno ha logrado en nueve meses algo que quizá ¨cueste creer, pero es real¨, y es que la cifra de ilegales que ¨entran en el país baje a cero¨, unos datos distintos a los compartidos por las patrullas fronterizas. ¨Les decimos: o te vuelves a tu país o te vas a la cárcel¨, esa es la estrategia de Trump que le agradeció al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, acoger a las indocumentados deportados en sus megacárceles y aseguró que no es un problema solo de EE UU, sino una cuestión mundial. ¨Europa también está siendo invadida por extranjeros ilegales y nadie hace nada por no ser políticamente correcto¨, ha dicho antes de poner como ejemplo la situación de Londres, cuyo alcalde según Trump es ¨lo peor y ha cambiado todo¨. Según el mandatario, lo que hace ¨bello el mundo es que cada país es sui generis (único)¨, abogando por el patriotismo y la individualidad que le ha llevado a justificar su política de aranceles, para según él ¨defenderse¨ porque ¨antes se nos habían impuesto a nosotros sin control¨, así que él los ha impuesto ¨para defender nuestra soberanía y seguridad contra naciones que se han aprovechado de nosotros¨, ha dicho culpando al ¨dormilón de Biden¨, de esta situación.

La expectación por su discurso era máxima; como dice el refrán, ¨cuando EE UU estornuda, el resto del mundo se resfría¨, y todas las delegaciones tenían algo que ganar o perder cuando Trump habló. En la carpa habilitada para prensa, no cabía ni un alfiler, y miles de periodistas llegados de todos los rincones del mundo tomaban notas sin descanso de cada palabra que lanzaba el mandatario con un afilado lenguaje y sin tapujos. Le dedicó poco tiempo, pero a Trump no le quedó otra que hablar de la situación en Gaza, pasando de puntillas por las vidas que se han perdido en el conflicto. No hizo mención de las víctimas mortales, ni de la denegación de visado al líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, pero sí aseguró que ¨reconocer al Estado palestino es un premio para los terroristas de Hamás¨. Culpó que Hamás de rechazar ¨nuestras ofertas de paz¨ y aseguró que lo único que pide es ¨acabar con la guerra¨.

Trump presumió de haber acabado con siete conflictos bélicos en el tiempo desde que llegó a la Casa Blanca, y volvió a insinuar que deberían darle el Premio Nobel, aunque a él ¨no le importen los premios¨, sino ¨salvar vidas¨. Aunque parece que hay una guerra que se le resiste, la de Ucrania, que ¨tiene que cesar¨. Ha reconocido que creyó que conseguir la paz ¨sería más fácil por mi buena relación con Putin¨, pero no ha sido así, y lo que tenía que durar ¨unos pocos días¨, va camino de extenderse tres años.

Pero si hay algo que realmente le preocupa a Trump es la cuestión nuclear. Ha vuelto a ella varias veces a lo largo de su discurso asegurando que ¨al principal patrocinador del terrorismo no se le puede dotar de arsenal nuclear¨ en referencia a Irán, y ha anunciado que su país presidirá un encuentro sobre esta cuestión durante la semana en un momento en que se intenta renovar el acuerdo nuclear. Igual de preocupado parece tenerle China, a la que acusa de ¨financiar la guerra¨ en Ucrania, ¨comprando petróleo a Rusia¨, igual que los ¨miembros de la OTAN que también compran petróleo ruso¨, ha remarcado riéndose de que estaban financiando a su propio enemigo. Tampoco ha tenido compasión con las energías renovables, de las que dice que ¨son un engaño¨, y ¨muy caras¨, además ¨se tienen que reconstruir constantemente¨. ¨Si China las construye¨ y las manda al resto del mundo, ¨por algo será¨. No habrá tregua para las embarcaciones venezolanas que siguen, según él, tratando de introducir droga en EE. UU., ¨las seguiremos bombardeando¨, ha dicho en medio de la tensa situación en el Caribe. Su cierre de discurso ha sido un preámbulo de sus acciones para el mandato que le queda: ¨la inmigración y el ato coste de la energía renovable están destruyendo el planeta¨.