Podemos tumba junto a PP y Vox el traspaso de competencias de inmigración a Cataluña y maniata los Presupuestos
Esquerra denuncia que la postura en contra de los morados es un disparo a quemarropa» en la unidad de las izquierdas y Sumar se parte en la votación
Diario Vasco, , 23-09-2025El rechazo del Congreso a la proposición de ley para traspasar las competencias de inmigración a Cataluña no solo supone una nueva derrota para el … Gobierno, también ha abierto profundas heridas entre sus aliados parlamentarios que embarran la negociación de los Presupuestos Generales del Estado de 2026 al evidenciar la incapacidad del Ejecutivo de sentar a todos en la misma mesa. La foto de la investidura de Pedro Sánchez, en 2023, parece cada vez más difícil de repetir. Con la estrategia electoral marcando cada discurso, cada gesto en el hemiciclo, la pugna ya no se limita solo a los clásicos ejes izquierda – derecha o nacionalismo – centralismo. Durante el debate pudo verse, por ejemplo a ERC –a favor de la iniciativa– tachar de «jacobinos» a Podemos –que la rechazó por «racista»–, al tiempo que acusaba a los de Carles Puigdemont de usar la cuestión de la inmigración como contención frente al ascenso de Aliança Catalana en las encuestas de intención de voto.
EH Bildu, BNG o los comunes –dentro de Sumar– también se mostraron críticos con los morados, pero si parecía que, como en otras ocasiones, los de Ione Belarra se iban a quedar al margen de este bloque y sumarse a PP y Vox en el rechazo a una propuesta del Gobierno, la aritmética parlamentaria, ya endiablada de por sí durante toda la legislatura, se complicó hasta el extremo que el grupo parlamentario Sumar no pudo evitar partirse. El diputado de Compromís que aún permanece en la bancada magenta, Alberto Ibáñez, se desmarcó por la mañana de sus compañeros de bancada, también votó en contra el parlamentario de la Chunta,Jorge Pueyo. Izquierda Unida, por su parte, mantuvo la incertidumbre sobre el sentido de su voto hasta última hora de la tarde, aunque finalmente votaron a favor.
Hechos que vuelven a minar la posición de Movimiento Sumar en el espacio político que lideró el 23 – J un día después de que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, se dirigiera a los 26 diputados que quedan en el grupo parlamentario –iniciaron la legislatura con 31 pero le han mermado la marcha de Sumar y de la diputada de Compromís Àgueda Micó– para pedir un voto favorable al traspaso de competencias en migración.
La situación es de tal calibre que incluso antiguos aliados ahora están enfrentados encarnizadamente. Aunque el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, utilizó con Podemos un guante de seda durante el debate para criticar la postura de los morados –«su gente es mi gentes», les espetó–, en redes sociales, su antecesor en el cargo, Joan Tardá, afeaba al partido de Belarra que su posicionamiento contrario a la delegación competencial «difícilmente podrá olvidarse». «Es un disparo a quemarropa en la unidad de las izquierdas», zanjó. Un mensaje que no tardó en responder el exvicepresidente segundo y exlíder de Podemos, Pablo Iglesias: «Lo que no se olvidará es ERC posicionada contra los grupos antirracistas catalanes, ERC a favor de los CIE».
En medio de esta batalla campal, y con la derrota casi asegurada para el Ejecutivo, el Partido Popular prefirió mantener un segundo plano en el debate. Tampoco entró a fondo el PSOE, cuyo diputado José Zaragoza, encargado de defender, junto a la portavoz de Junts, Miriam Nogueras, la proposición de ley que ambos partidos presentaron conjuntamente, prefirió emplear parte de su tiempo en polemizar con los populares por sus diferencias en la calificación de lo que los socialistas reconocen ahora como «genocidio» en Gaza, mientras los de Alberto Nuñez Feijóo no lo elevan más allá de «masacre».
En Moncloa se limitan a dar por cumplido el pacto con los posconvergentes pese a que este no haya fructificado –como ocurre aún con la amnistía para Carles Puigdemont, pendiente aún de la decisión del Tribunal Constitucional–. «Las cosas están bien con Junts», afirman fuentes del Gobierno. Pero estos no han quedado satisfechos. Nogueras denunció la «mala gestión» del fenómeno migratorio por parte de los diferentes gobiernos españoles que ha llevado a su comunidad, en su opinión, al «colapso» y defendió que la delegación permitiría una «gestión eficiente y de proximidad» y «controlar el actual desbordamiento».
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