España podría no participar en Eurovisión por primera vez en la historia si Israel sigue en el concurso, según la decisión anunciada por RTVE. No es un caso aislado: Islandia, los Países Bajos, Irlanda y Eslovenia también han condicionado su asistencia. Pero ¿cuándo se decidirá sobre la expulsión de Israel?

Desde sus inicios, Eurovisión ha sido más que un festival de música: ha servido como termómetro político y social del continente. Desde la Guerra Fría hasta la invasión rusa de Ucrania en 2022, cuando Moscú fue expulsado del festival y Europa votó en masa al candidato ucraniano como muestra de solidaridad, el festival ha reflejado afinidades y disputas internacionales.

La pregunta es inevitable: si la ONU acusa a Israel de genocidio, ¿por qué la Unión Europea de Radiodifusión (UER) no ha tomado la misma decisión que con Rusia?

Tel Aviv lleva décadas usando Eurovisión para blanquear su imagen y vestirse como país moderno y progresista a la vez que el conflicto árabe-israelí tenía lugar. Mientras Netanyahu colonizaba territorios palestinos, el festival le servía como escaparate para proyectarse como un país culturalmente integrado en el contexto occidental.

La disparidad de trato de la UER ha reabierto el debate sobre su supuesta neutralidad política. Y esto puede explicarse, en parte, por la distinta percepción de los conflictos a nivel internacional.

Aunque existe una fuerte presión social desde el inicio del genocidio, la comunidad internacional se ha mostrado dividida y pasiva, en parte sometida a intereses diplomáticos y comerciales con Israel. Hasta este mes de septiembre, casi tres años después del inicio de la masacre, cuando la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU ha concluido oficialmente que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza.

A esta denuncia se suma ahora la política europea. Más de 50 eurodiputados de diferentes grupos entre ellos Podemos, ERC o BNG han exigido a la UER la expulsión de Israel de Eurovisión. Señalan que permitir su presencia mientras se enfrenta a investigaciones por crímenes de guerra y genocidio supone un “blanqueamiento” de violaciones graves del Derecho Internacional.

La decisión final se tomará en la Asamblea General de la UER, prevista para principios de diciembre en Ginebra. El posible veto va más allá de la televisión. Detrás hay un intento de aumentar la presión internacional y un gesto simbólico de rechazo al genocidio.

En este vídeo te explicamos qué supondría para España no participar en Eurovisión, repasamos cómo Israel ha instrumentalizado el festival para lavar su imagen y analizamos el papel político del concurso como escaparate internacional.