Desastre emigratorio

Parece ser que en Senegal, pertenecientes a mafias o demagógicas ideologías políticas están realizando publicidad sobre las grandes posibilidades que tiene España en trabajo y bienestar, lo cual está provocando una oleada de inmigración a nuestro país.




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Día: Sábado, 9 de septiembre
Edición: 9GENERAL
Número de Página: 17
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}»Acerca de las oposiciones a cuidadores

La publicación en sus columnas de Cartas al Director: «Irregularidades en las convocatorias de oposición a cuidadores en Navarra», me inspiran las siguientes reflexiones:

Sobre la existencia de dos ejercicios: La … [leer más]


»Plazas vacantes en Arturo Kampion

Colegio Arturo Kampion, día 7 de septiembre de 2006. Hoy empezamos el nuevo curso escolar, y la ilusión con la que empiezan nuestros hijos el nuevo ciclo se ve truncada … [leer más]

La historia de hace 5 años con la inmigración se repite, como sucedió en los países latino – americanos. Se les engañaba diciendo que en España «se ataban los perros con longaniza» y nadie hacia nada para impedirlo.

África es ese continente maltratado por guerras, enfermedades y fenómenos climáticos, cuyos habitantes, especialmente de los países subsaharianos, quieren salir de la miseria en que viven , en una oleada de emigración masiva difícil de evitar.

Se está tratando con barcos y helicópteros detener la salida de cayucos de las costas senegalesas y mauritanas. Pero esto no va a bastar, no ya por el «efecto llamada», sino por la ladina actividad de los que negocian con la pobreza.

Hay que ir a la raíz. Hay que combatir la propaganda que incita al salto a España, con otra propaganda que abra los ojos de la realidad a esos pobres seres humanos. Al parecer son cientos de miles los que esperan en las costas de estos países, una oportunidad para salir de la miseria, aun a costa de jugarse la vida.

Las ONG deben colaborar en este trabajo, pero no sólo para acoger, sino también para impedir su salida informando sobre la realidad que les espera. El secreto es ese: informar para evitar que estas personas sean engañadas por quienes se enriquecen a su costa.

Es un trabajo al que las órdenes religiosas misioneras deben dirigir sus esfuerzos, recibiendo tanto como las ONG, toda la ayuda posible en tal sentido. Para ellos no es un problema puntual del momento. Lo han vivido y lo viven día a día. Su experiencia es importante.

Manuel Alonso Domingo