La película italiana 'Nuovomondo' se suma a las favoritas de Venecia
Diario Vasco, 09-09-2006VENECIA. DV. El mortecino cine italiano de los últimos años, demasiados para un pasado tan glorioso, tiene escasos motivos de esperanza, pero al menos uno de ellos toma forma y se consolidó ayer en Venecia. Emanuele Crialese, que se dio a conocer en 2002 con Respiro, aunque tuvieron que descubrirlo los franceses en Cannes, fue muy aplaudido en la Mostra con su nuevo filme, Nuovomondo. Siendo italiano y con ese toque de autor que buscan los festivales, tiene muchos boletos para llevarse el León de Oro. De hecho no parece casualidad que haya sido el último filme proyectado en el concurso antes de la entrega de premios de esta noche. Nuovomondo es cine delicado, sencillo, rodado con primor, y que tiene una curiosa personalidad, realista y soñador al mismo tiempo.
Como demostró en la estupenda Respiro, pocos directores italianos han sabido captar últimamente con tanta autenticidad el mundo rural y antiguo de su país, centrando la atención en la humanidad de sus personajes y en la naturaleza que les rodea. En esta ocasión, Crialese retrata la Sicilia de principios de siglo, donde una familia decide emigrar a América. Dividido en tres partes, el filme muestra con economía de medios el hogar, el viaje y la llegada al nuevo mundo, una historia que alude directamente a la inmigración de nuestros días. Lo mejor de la película es el primer tercio, estimulante y lleno de hallazgos, que describe la vida mísera y casi salvaje de los protagonistas, después se va oscureciendo en el interior del barco que les lleva a Nueva York y desemboca en la burocracia incomprensible e inhumana que les recibe en la Isla de Ellis. Quizá la película es excesivamente austera, pero hay muchos momentos conmovedores. Una buena noticia, por fin, para el cine italiano.
La Mostra celebró fuera de concurso un acto especial para proyectar La flauta mágica, un peculiar experimento de Kenneth Branagh, que tras sus numerosas incursiones en la obra de Shakespeare ha decidido probar con la ópera y con Mozart. El estreno del filme tuvo lugar nada menos que en el legendario marco del teatro de la Fenice. El resultado final es irregular, con ratos que rayan el tostón, pero interesante.
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